Revisión de tema
La posesión demoníaca: psicosis, neurosis histérica o trastorno neuropsicológico
Recibido: 20 de noviembre de 2018 / Aceptado: 16 de enero de 2019 / Publicado: 9 de abril de 2019
Vallejo Grajales, D. (enero-junio, 2019). La posesión demoníaca: psicosis, neurosis histérica o trastorno neuropsicológico.
Poiésis, (36), 192-199. DOI: https://doi.org/10.21501/16920945.3198
Duván Vallejo Grajales*
Resumen
La posesión demoníaca, descrita por innumerables culturas a lo largo de la historia, sigue siendo actualmente un tema a discutir dentro del debate entre ciencia y religión. Este ensayo reflexivo, se ha propuesto analizar el fenómeno y abordarlo desde diversas perspectivas psicológicas que nos brinden una posible explicación lógica y coherente del suceso con el fin de esclarecerlo frente a las supersticiones de la cultura a través del método hermenéutico. Los signos de los posesos pueden deberse a otros factores, tanto neurobiológicos como psicológicos, como, por ejemplo, la aversión a los objetos religiosos y el surgimiento de una segunda personalidad, puede deberse a un cuadro de trastorno conversivo (neurosis) o presentarse en la esquizofrenia (psicosis), y la amnesia después del episodio puede deberse a la sobrecarga funcional del cerebro. Existen otros signos más complejos de explicar, como lo son el hablar en lenguas diferentes o la levitación; el primero lo trataremos descriptivamente desde el síndrome del idioma extranjero, que puede presentarse producto de factores neurológicos o en la misma psicosis, y la levitación podemos verla desde la física, con la llamada levitación magnética, a través de una hipótesis en la cual esta condición podría cumplirse en los seres humanos debido a la sobreexcitación cerebral que generaría cierto campo magnético. Finalmente, dentro de los aportes del psicoanálisis encontramos la neurosis como forma en que se manifiesta este fenómeno y damos por concluido que la posesión demoníaca se debe a dos sucesos: neurosis o psicosis, recalcando la importancia del análisis del contexto para realizar criterios diferenciadores en nuestro diagnóstico psicológico.
Palabras clave
Neurosis; Psicoanálisis; Psicosis; Religión; Signo.
Abstract
Demonic possession, described by innumerable cultures throughout history, is still a topic to be discussed by the science and the religion. This reflexive essay purpose to analyze and approach the phenomenon from different psychological perspectives that provide us with a possible logical and coherent explanation of the event in order to clarify it against the superstitions of culture through the hermeneutical method. The signs of the possessed may be due to other factors, both neurobiological and psychological, as for example, the aversion to religious objects and the emergence of a second personality, may be due to a picture of conversion disorder (neurosis), or present in schizophrenia (psychosis), and amnesia after the episode may be due to functional overload of the brain. There are other signs that are more complex to explain, such as speaking in different languages for levitation; first we will make a description of the syndrome of the foreign language, that can appear product of neurological factors or in the same psychosis, and the levitation we can see it from the physics, with the call magnetic levitation, through a hypothesis in which this condition could be fulfilled in humans due to brain overexcitation that would generate a certain magnetic field. Finally, within the contributions of psychoanalysis, we find neurosis as a way in which this phenomenon is manifested by people, and we conclude that demonic possession is due to two events: neurosis or psychosis, emphasizing the importance of context analysis to make differentiating criteria in our psychological diagnosis.
Keywords
Neurosis; Psychoanalysis; Psychosis; Religion; Sign.
La posesión demoniaca, un fenómeno si bien considerado en términos religiosos, ha sido descrito a lo largo de la historia por innumerables creencias como las chamánicas, sumerias y posterior- mente cristianas. Dentro de nuestra cultura, las supersticiones acerca de diversos fenómenos psíquicos tienen su base en este hecho que con un análisis más detallado, podría ser ampliamente diferenciado de las distintas creencias míticas sin fundamento alguno que tienden a originar una incomprensión generalizada de varias situaciones de la psique humana. Dentro de este texto nos adentraremos en una breve reflexión del fenómeno de la posesión con el fin de comprender este suceso a través de distintas perspectivas en nuestro ámbito psicológico.
En primer lugar, debemos nombrar los signos característicos de la posesión demoniaca, los cuales la mayoría de ustedes conocerán:
Ante lo sagrado o lo religioso se da una gama de sensaciones que van, según el sujeto, desde el fastidio hasta el horror, desde la leve expresión de molestia hasta la manifes- tación de ira y furia. 2.-En estos casos más extremos, el horror lleva a accesos de furia, acompañados normalmente de blasfemias o insultos dirigidos hacia el objeto religioso que se ha situado en la proximidad. 3.-El poseso en los episodios agudos de manifes- tación de ira furiosa, pierde la consciencia. Cuando vuelve en sí no recuerda nada. La amnesia es total y absoluta. Sin embargo, aunque no recuerde nada el sujeto durante el episodio ha padecido un cambio de personalidad mientras ha durado esa crisis de furia. Durante esa crisis una segunda personalidad emerge. 4.-Esa segunda personali- dad siempre tiene un carácter maligno. Es frecuente que durante esos momentos las pupilas se vuelvan hacia arriba, o hacia abajo, dejando los ojos en blanco. Los músculos faciales se ponen frecuentemente en tensión. También las manos muestran crispación. En esos momentos de crisis, la persona articula la voz llena de odio y rabia. 5.-Acabada la crisis furiosa, la persona vuelve lentamente a la normalidad, el tránsito de vuelta a la normalidad es prácticamente similar en cuanto al tiempo y al modo al tránsito que se observa de la vuelta del estado de hipnosis al estado normal de conciencia. 6.-Fuera de las crisis furiosas en que emerge la segunda personalidad, la persona lleva una vida completamente normal, sin que esta patología afecte para nada ni a su trabajo ni a sus relaciones sociales. El sujeto aparece como una persona perfectamente cuerda. En todo momento distingue perfectamente entre la realidad y el mundo intrapsíquico, no observa una conducta delirante. 7.-En algunos casos sí exponen cosas que parecen alucinaciones sensoriales (concretamente exponen que, esporádicamente, ven sombras, sienten una difusa sensación extraña en alguna parte concreta del cuerpo u oyen crujidos). Por el contrario, no oyen voces internas, ni sienten que algo les corre bajo la piel (Fortea, 2012, pp. 93-94).
Ahora bien, conociendo los signos debemos pasar a analizar uno a uno, para determinar qué posibilidades hay de que sea una posesión demoniaca de lo que estamos hablando.
Refiriéndonos concretamente al primer síntoma, la aversión de lo sagrado, podría esta aversión deberse a varios motivos y no específicamente a una posesión demoniaca, ¿podría más bien deberse a un trauma que detone por el estímulo del elemento sagrado?, cabe aclarar que cada caso
es único y debe ser analizado tomando en cuenta el contexto de la persona y los factores bioló- gicos y psíquicos de esta. Los ataques de furia podrían ser una respuesta al estímulo presentado, generando poco a poco una sobreexcitación de la corteza cerebral.
Siguiendo con los signos, la sobreexcitación de la corteza cerebral genera fatiga por sobrecarga funcional, el constante funcionamiento de las neuronas ante los factores internos y externos presentados por el estímulo religioso podría derivar en un colapso momentáneo del sistema nervioso, lo cual a su vez produciría la amnesia total, y a su vez este proceso podría deberse a un episodio psicótico o hace parte de la neurosis del sujeto, cuestión que debatiremos más adelante. La segunda personalidad emerge entre este colapso cerebral como una respuesta a la gran carga de procesos nerviosos que están sucediendo en ese instante, o bien podría deberse a un trastorno psicótico breve de acuerdo con los síntomas presentes según el DSM-5.
Cabe distinguir otros signos no mencionados en la cita anterior, como lo son el hablar en otras lenguas que son “desconocidas” para el sujeto o la levitación que puede suceder durante un exorcismo. Si bien pueden parecer un fenómeno extravagante ante los más escépticos, no lo son del todo si realizamos una debida investigación; el hablar lenguas extranjeras posee una expli- cación neurológica, desde el síndrome del idioma extranjero, este
se presenta como una condición adquirida por lesiones secundarias a evento vascular cerebral (EVC), trauma, esclerosis múltiple (EM), en el hemisferio dominante para el habla, involucrando regiones fronto-temporo-parietales y subcorticales izquierdas: giro precentral, área premotora, área motora suplementaria, giro poscentral, áreas parietales izquierdas de asociación, cerebelo y ganglios basales. La sintomatología puede persistir por meses o años, o desaparecer de forma espontánea o progresiva; y en menor nú- mero de casos se presenta de forma breve en pacientes con trastornos psiquiátricos, esquizofrenia y trastorno conversivo (Buentello-García, Martínez-Rosas, Cisneros-Franco y Alonso-Vanegas, 2011, pp. 1-2).
Por lo tanto, la presencia de este signo es posible solo en casos del síndrome anteriormente descrito. Además, debemos resaltar especialmente la última parte del párrafo anterior, nos damos cuenta que esta alteración puede presentarse en casos de psicosis (esquizofrenia) o neurosis (trastorno conversivo).
Sumado a lo anterior, el fenómeno de la levitación parece sernos de lejana explicación, y concuerdo con la mayoría de los lectores en este sentido, pero existe un suceso desde la física que podría explicarnos y esclarecer este acontecimiento: la levitación magnética;
Se le llama levitación al fenómeno físico que ocurre cuando un objeto es mantenido de manera estable en el aire en una posición particular, sin sujeción mecánica alguna. Para que exista la levitación en un campo gravitatorio se deben cumplir dos condiciones:
La presencia de una fuerza que contrarreste el peso del cuerpo.
Para la suspensión estable, es necesaria una fuerza variable adicional que se oponga a cada desplazamiento del objeto respecto a la posición de levitación (Ríos Ruiz, 2010, p. 9).
Esta levitación podría deberse a la misma sobreexcitación de la corteza cerebral y a los compo- nentes bioquímicos que actúan en este proceso, produciendo así un campo electromagnético nulo dentro del cuerpo, y chocando contra el campo electromagnético de la superficie donde se encuentra (que actúa como superconductor), generando así una imagen del campo electromagnético, lo cual a su vez genera una repulsión y la variable que sostenga el desplazamiento de esta sería la gravedad u otro posible campo electromagnético afectado; o también el superconductor podría ser el mismo cuerpo de la persona que se encuentra en ese estado de sobreexcitación generando así el proceso de levitación. Un dato relevante de este proceso es que el sujeto no es consciente de lo sucedido y parece encontrarse en una especie de trance, además de que es una levitación catatónica: el sujeto permanece rígido e inmóvil durante el periodo en que esto se manifiesta.
Habiendo ya contrastado los síntomas, existen dos fenómenos que resuenan entre la explicación de la posesión demoniaca: la neurosis y la psicosis (vista en términos de esquizofrenia). Llegados este punto debemos resaltar que muchos exorcistas priman la consulta a un psiquiatra antes de realizar un proceso, pero como bien dice el psiquiatra Cascioli en una entrevista:
El padre decide si involucrar a un médico psiquiatra. Este profesional debe tener una pre- paración académica pero también espiritual. Hay médicos que no creen en la existencia del diablo. No reconocen la actividad demoniaca ordinaria o extraordinaria. Los exorcis- tas a veces se encuentran en dificultad cuando envían a sus pacientes a los psiquiatras que no tienen fe y que no reconocen el maligno (Ramos Díaz, 2015, p. 2).
Dato de mucha importancia, ya que no hace falta leer entre líneas para dar cuenta que el diagnostico psiquiátrico de este fenómeno se basa en cuestiones subjetivas del profesional, como un acto de fe, por lo cual un análisis neutral no reconocería allí ningún demonio.
Retomando los dos elementos planteados, neurosis y psicosis, debemos establecer una diferen- ciación clara y sustancial para proceder con nuestro análisis, introduciendo la perspectiva freudiana de estos sucesos:
Según todos los resultados de nuestro análisis, las neurosis de transferencia nacen a consecuencia de la negativa del yo a acoger una poderosa tendencia instintiva dominan- te en el Ello y procurar su descarga motora, o a dar por bueno el objeto hacia el cual aparece orientada tal tendencia. El yo se defiende entonces de la misma por medio del mecanismo de la represión; pero lo reprimido se rebela contra este destino y se procura, por caminos sobre los cuales no ejerce el yo poder alguno, una satisfacción sustitutiva
-el síntoma- que se impone al yo como una transacción; el yo encuentra alterada y ame- nazada su unidad por tal intrusión y continúa luchando contra el síntoma, como antes contra la tendencia instintiva reprimida, y de todo esto resulta el cuadro patológico de la neurosis, y por otra parte tenemos la psicosis, “la percepción del mundo exterior cesa por completo o permanece totalmente ineficaz. Normalmente el mundo exterior domina al yo por dos caminos. En primer lugar, mediante las percepciones actuales continua- mente posibles, y en segundo, con el acervo mnémico de percepciones anteriores, que constituyen, como «mundo interior», un patrimonio y un elemento del yo. El yo se pro- cura independientemente un nuevo mundo exterior e interior y surgen dos hechos indu-
bitables: que este nuevo mundo es construido de acuerdo con las tendencias optativas del Ello y que la causa de esta disociación del mundo exterior es una privación impuesta por la realidad y considerada intolerable (Freud, 1924, pp.1-4).
La distinción principal de estas dos situaciones nos las expone el mismo Freud en el apartado anterior, dejando en claro que en la neurosis prevalece la duda mientras en la psicosis existe la certeza de esa realidad distorsionada; poniendo un ejemplo desde esta perspectiva y desde nuestro tema, el neurótico diría “estoy observando al diablo” mientras que el psicótico “el diablo me está observando”. Incluso la diferenciación de estos sucesos se da por medio del lenguaje y el simbo- lismo utilizado.
Una diferenciación más específica de estos trastornos la podemos encontrar en el DSM-5 en los apartados de “espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos” y “trastornos de síntomas somáticos y otros trastornos relacionados”. Dentro de ellos podremos encontrar los criterios para el diagnóstico de estos trastornos para diferenciarlos entre sí; cabe mencionar que corresponde a una perspectiva neurobiológica, relacionada de igual forma con la estructura psíquica del ser humano.
Llegado a este punto, podremos hacer conjeturas acerca del tema que nos atañe a este texto, pero aun así recordemos que cada caso es único y por lo tanto no debemos caer en el error de generalizar y prejuiciar el diagnostico preliminar; analizados ya los signos de la posesión demoniaca y habiendo hecho distinción acerca de la neurosis y psicosis, ¿Qué se asemeja más a una posesión? Claramente la neurosis prevalece entre nuestros candidatos, pero aun así existen casos en los cuales podría este hecho deberse a alguno de los diferentes trastornos psicóticos, y más claro aún resalta que no hay posibilidad de llamar a un episodio neurótico o psicótico producto de la acción de un ente demoniaco.
Dentro del cuadro de la neurosis encontramos finalmente una explicación de un caso analizado por Freud (1923):
Retornamos, por tanto, a nuestra hipótesis de que el demonio, al que nuestro pintor vende su alma, es para él un sustituto directo del padre. Con ello armoniza también la figura en que primero se le apareció: la de un honrado burgués de edad madura, con barba negra, capa roja y sombrero negro, un bastón en la derecha y un perro negro a su lado. Luego, su apariencia se hizo cada vez más espantable y podríamos decir más mi- tológica, mostrando ya, como atributos, cuernos, garras de águila y alas de murciélago. Por último, en la capilla, surge bajo la forma de un dragón alado.
Dios y el diablo eran, en un principio, idénticos, una sola figura, disociada más tarde en dos de cualidades opuestas. En los tiempos primitivos de las religiones, Dios mismo integraba aún todos aquellos rasgos temerosos que luego fueran reunidos para formar su antítesis. Trátese, pues, el proceso, ya bien conocido por nosotros, de la disociación de una representación de contenido contradictorio -ambivalente-, en dos elementos con- trarios, intensamente contrapuestos. Pero las contradicciones dadas en la naturaleza primitiva de Dios son un reflejo de la ambivalencia que denomina la relación del individuo con su padre personal. Si el Dios bondadoso y justo es un sustituto del padre, no es de
extrañar que también la actitud hostil, que odia, y teme, y acusa al padre, haya llegado también a manifestarse en la creación de Satán. Así pues, el padre sería el prototipo individual, tanto de Dios como del diablo (pp. 7-13).
Lo que Freud nos plantea dentro del cuadro de la neurosis es un demonio como sustituto del padre, lo cual en el caso del pintor se detono debido a su situación economica y a la melancolia generada por la muerte de su padre, pero finalmente este es solo un caso y no siempre se deberá a esta sustitución, sino que pueden haber factores internos y externos que agreguen pequeñas diferencias en la teoría.
Antes de finalizar, debemos aclarar que lo expuesto en este texto explica el suceso de la posesión clásica y original, el por qué de esta aclaración se debe al surgimiento de diversos aconte- cimientos alrededor de la posesión demoniaca, pero que poseen diversas explicaciones distintas a las planteadas aquí ya que corresponden a casos diferentes de los expuestos, con lo cual la inves- tigación sobre estos sigue abierta; Tengamos en cuenta, además, que de miles de casos que se presentan en busqueda de un exorcismo anualmente, solo dos o tres de ellos son reales y avalados por el Vaticano.
Otras cuestiones que nos surgen al observar estos casos son: ¿Por qué la mayoría de los casos de posesión se dan en mujeres?, a lo cual la respuesta corresponde al cuadro de la neurosis histerica, que es de mayor probabilidad en las mujeres pero igualmente puede suceder en los hombres como hemos observado con el caso del pintor descrito por Freud o también, ¿Por qué a veces el metodo exorcista es funcional? Lo que podría deberse a un efecto sugestivo sobre la neurosis o psicosis, pero no es completamente funcional, ya que no se resuelve la causa principal y lo mejor sería dejar este método tan arcaico por otras prácticas más convenientes y dignas para la persona, el resto de situaciones que de este fenómeno deriven, las dejo a la posible explicación del lector.
Y para concluir, la posesión demoniaca es un término mal usado para referirse a situaciones que el ser humano no podría explicar sin un amplio análisis de la situación, con lo cual este hecho puede verse en términos de una neurosis o una psicosis teniendo en cuenta los diversos contextos y factores implicados en el caso.
Conflicto de intereses
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Referencias
Buentello-García, R. M., Martínez-Rosas, A. R., Cisneros-Franco, J. M., y Alonso-Vanegas, M. A. (2011). Síndrome de acento extranjero. Arch Neurocien, 16(3), 167-169. Recuperado de http:// www.medigraphic.com/pdfs/arcneu/ane-2011/ane113j.pdf
Fortea, J. A. (2012). Summa Daemoniaca. tratado de demonología y manual de exorcista. Zaragoza, España: Editorial Dos Latidos. Recuperado de http://www.benditasalmas.org/admin/files/ summa_daemoniaca.pdf
Freud, S. (1923). Una neurosis demoníaca en el siglo XVII. Recuperado de http://caece.opac.com. ar/gsdl/collect/apuntes/index/assoc/HASH1296.dir/doc.pdf
Freud, S. (1924). Neurosis y psicosis. Recuperado de http://caece.opac.com.ar/gsdl/collect/ apuntes/index/assoc/HASHb906.dir/doc.pdf
Ramos Díaz, A. W. (18 de julio de 2015). ¿Cómo distinguir una posesión demoniaca de una enfermedad mental? Aleteia. Recuperado de https://es.aleteia.org/2015/07/18/ como-distinguir-entre-una-posesion-demoniaca-y-una-enfermedad-mental/2/
Ríos Ruiz, J. D. (2010). Diseño y construcción de un sistema de levitación magnética controlado por un algoritmo PID (Tesis de pregrado). Recuperado de https://repository.eafit.edu.co/bitstream/ handle/10784/2799/RiosRuiz_JuanDavid_2010.pdf