Forma de citar este artículo en APA:

Zuluaga Mesa, D. E. (2023). Entretanto, Perseitas. Perseitas, 11. DOI: https://doi.org/10.21501/23461780. 4818

Editorial

Entretanto, Perseitas

Meanwhile, Perseitas

DOI: https://doi.org/10.21501/23461780.4818

David Esteban Zuluaga Mesa

El acontecer de nuestra vida sucede en una temporalidad distinta a la del acontecer del mundo. Para hacerme una idea de esto utilizo la palabra entretanto para referirme a aquello que ocurre en nosotros o con nosotros, mientras otros acontecimientos tienen lugar en el mundo y que, por su naturaleza particular, importa solo a un grupo reducido de personas.

El asunto se ilustra más o menos así: en los primeros días de septiembre de 2023, mientras los medios de comunicación del mundo informaban sobre los más de 9000 muertos y los centenares de desaparecidos a causa del terremoto Marrakech-Safí en Marruecos y la tormenta Daniela en Libia, una colega de la universidad en la que trabajo, asistía, entretanto, a su ceremonia de graduación posgradual. Entretanto, en la calle, dos conductores discutían sobre la culpabilidad de un choque vehicular y, entretanto, un amigo cercano se lamentaba por el reciente fallecimiento de su madre.

El caso es que mientras las dos catástrofes naturales quedaron grabadas en los libros de historia, las celebraciones, discusiones o tristezas particulares de los otros acontecimientos solo tienen relevancia para nosotros, quienes los vivimos, y para nuestros seres cercanos que nos acompañan. Y esto aplica incluso para los muertos, desaparecidos y damnificados de Marruecos y Libia, pues su particular acontecimiento sucede entretanto la historia documenta cifras, mientras que los nombres, recuerdos, gestos, tactos, sensaciones, vivencias, historias y afectos particulares solo conciernen a las familias y allegados, a menos que también hayan quedado sepultados bajo los escombros.

El entretanto de nuestra vida es análogo a la existencia de una persona en relación con la inmensidad de la galaxia que habitamos, ante la cual somos, si acaso, insignificantes. Sin embargo, a veces, elevamos nuestro ego un tanto más alto de lo que realmente hemos logrado o vivido, convirtiendo ese entretanto en centro y medida de todo lo que ocurre. Esto menoscaba el pensar y limita nuestro juicio, ya que no podemos ser sensatos cuando nos posicionamos como el centro y la medida de nuestras propias elucubraciones y extravíos. Lo que necesitamos, en realidad, es tejer con los otros entretanto el mundo, que nunca se detiene y sigue su curso.

El mundo, el lenguaje y el pensamiento se configuran como la base sobre la que descansa el sentido de lo que decimos. Cuando establecemos únicamente la relación pensamiento-lenguaje, nos volvemos ególatras (y nos adoramos a nosotros mismos); cuando privilegiamos la relación mundo-lenguaje, nos convertimos en autómatas (y actuamos sin reflexión); y cuando ponemos nuestro empeño en la relación pensamiento–mundo, nos volvemos mártires (y defendemos ideales ajenos). En cambio, al asumir la relación ternaria mundo-lenguaje-pensamiento, se establece un equilibrio, en la medida en que el lenguaje es siempre signo de algo y tiene la capacidad de poner en el pensamiento la imagen (εἰκών) de los asuntos que, pese a no estar presentes frente a nosotros, tienen lugar en el entramado del mundo. Por eso, solo tejemos con los otros cuando comprendemos que el entretanto que nos acompaña también forma parte de un mundo que cohabitamos.

Digo todo esto, porque a mi entender, Perseitas, tras 10 años de existencia, es una publicación que sabe tejer, que funda su existencia en una red de colaboraciones que cohabitan en una publicación viva. En ella convergen narraciones plurales que nos han enseñado a superar las pretensiones ególatras de los primeros días, esas que suelen caracterizar a la juventud; a vivir con naturalidad los automatismos de los procesos editoriales, en los que la rigidez puede obstaculizar el movimiento; y a no menoscabar el ánimo con los insanos sistemas de medición de ciencia del Estado.

Perseitas, desde su inicio en 2013, ha sido un proyecto que, aunque pudiera considerarse irrelevante para quienes no lo han vivido de cerca, ha tenido un notable crecimiento y ha sido testigo de acontecimientos significativos que, entretanto, tuvieron lugar en el mundo: el mismo año en que nació, Benedicto XVI renunció a su pontificado y fallecieron Hugo Chávez y Nelson Mandela. Asimismo, a medida que vivíamos nuestra pequeña aventura editorial, sucedieron otros hitos significativos: en 2014, se reanudaron las relaciones entre Cuba y Estados Unidos después de 53 años, y falleció Gabriel García Márquez. En el 2015, la misión espacial New Horizons se acercó por primera vez a Plutón y nos despedimos del escritor uruguayo Eduardo Galeano. 2016 fue testigo de la pérdida de Umberto Eco, la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, y la entrada de la sonda espacial Juno en la órbita de Júpiter.

En los años siguientes, 2017, 2018 y 2019, fallecieron, respectivamente, Zygmunt Bauman, Stephen Hawking y Toni Morrison. Además, se descubrieron siete exoplanetas, Donald Trump ordenó el bombardeo a bases militares de Siria, y Volkswagen fabricó el último ejemplar en el mundo del Volkswagen Escarabajo. Por otro lado, el 2020 estuvo marcado por la declaración de la OMS de la pandemia de COVID-19; ese mismo año murieron Mario Bunge y Carlos Ruiz Zafón. En 2021, el Cairo abrió al público el Museo Nacional de la Civilización Egipcia, pero también fue el año en que nos dejó el teólogo suizo Hans Küng. En 2022, Rusia invadió a Ucrania y falleció la reina Isabel II. Y en 2023, mientras conmemoramos los 10 años de un sueño editorial, presenciamos la muerte de Milán Kundera y la del maestro Fernando Botero. También somos testigos (en presente) de la llegada a la Tierra de una cápsula que se separó de la sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA, con muestras del asteroide Bennu, que promete nuevos hallazgos sobre el origen de la vida. Pero también somos testigos del cruento conflicto entre Israel y Hamás, con sus miles de víctimas mortales. Y esta lista continúa.

Y menciono todo esto porque ese entretanto, a veces ajeno, a veces cercano, constituye todo aquello que somos. Y Perseitas contiene fragmentos de esa porción de mundo en el que nació, es decir, pedazos de historias —en plural—, que en el fondo no son otra cosa que una manifestación de la cultura. Por lo tanto, cada uno de los artículos publicados en la revista son, efectivamente, los textos de la cultura, los ecos de la vida con los que se va dejando memoria de aquello que, para alguien, en algún momento, representó algo. Y es bonito ver los entresijos por los que deambuló la conciencia inquieta de algún diletante.

Hace 10 años, escribí la primera presentación de Perseitas con motivo del lanzamiento de su primer volumen. En aquel momento dije que “al reunir varias voces, distintas miradas y diversas conceptualizaciones, se busca que cada autor ‘per se’, manifieste su visión del mundo, sus reflexiones y experiencias” (Zuluaga, 2013, p. 2). Creo que ese pensamiento, que en ese entonces arrojé con timidez, sirvió como hoja de ruta para hilvanar un sueño que hoy se vive en presente continuo, en medio de un mundo que vive de palabras y pequeños gestos.

Finalmente, quiero expresar mi reconocimiento a Carolina Orrego Moscoso, jefa del Fondo Editorial; a Yulieth Estefanía Ruiz Pulgarín, editora de la revista; a Arbey David Zuluaga Yarce, diseñador; a Luisa Fernanda Córdoba Quintero, asistente editorial; a Daniela Flórez González, profesional del Fondo Editorial, quienes conforman el actual equipo de Perseitas; pero también a Freddy Fernández Márquez y Leidy Andrea Ríos Restrepo, quienes en otro tiempo también hicieron parte de esta historia. También a los autores, evaluadores, correctores de estilo y, en general, a todas las personas que le han dado vida al proyecto Perseitas. A cada uno de ellos, mi gratitud infinita y buenos augurios en el camino que sigue.

Conflicto de interés

El autor declara la inexistencia de conflicto de interés con institución o asociación de cualquier índole. Asimismo, la Universidad Católica Luis Amigó no se hace responsable por el manejo de los derechos de autor que los autores hagan en sus artículos, por tanto, la veracidad y completitud de las citas y referencias son responsabilidad de los autores.

Referencias

Zuluaga Mesa, D. E. (2013). Presentación. Perseitas, 1(1). https://revistas.ucatolicaluisamigo.edu.co/index.php/perseitas/article/view/900

Notas de autor

David Esteban Zuluaga Mesa

Doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín. Director del Doctorado en Educación e integrante del grupo de investigación Filosofía y Teología Crítica en la Universidad Católica Luis amigó, Medellín, Colombia. ORCiD: https://orcid.org/0000-0002-8975-5957.

Correo electrónico: david.zuluagame@amigo.edu.co