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Cardozo, J.F., y Rúa Penagos, J. A. (2023). Métodos y técnicas empleados en investigaciones teológicas latinoamericanas publicadas entre 2018 y 2020.
Perseitas, 11, 1-32. DOI: https://doi.org/10.21501/23461780.4440
MÉTODOS Y TÉCNICAS EMPLEADOS EN INVESTIGACIONES TEOLÓGICAS LATINOAMERICANAS PUBLICADAS ENTRE 2018 Y 2020
Methods and techniques used in Latin American theological research between 2018 and 2020
Artículo de investigación científica y tecnológica
DOI: https://doi.org/10.21501/23461780.4440
Recibido: noviembre 25 de 2021. Aceptado: junio 9 de 2022. Publicado: julio 7 de 2022
Juan Felipe Cardozo
Jonathan Andrés Rúa Penagos
Resumen
El objetivo de este trabajo fue analizar cuantitativamente los métodos y técnicas de la investigación teológica en países latinoamericanos de habla hispana, entre 2018 y 2020, para el fomento de herramientas que favorezcan estudios en el área. El estudio fue cuantitativo, positivista y descriptivo, examinando el Scimago Journal & Country Rank (SJR) 2018, revisando, además, artículos publicados entre 2018 y 2020, nueve publicaciones de universidades que ofrecen el programa Teología, trabajos de grado y tesis en repositorios digitales. Para un total de 402 investigaciones sistematizadas, usando el análisis de contenido para discriminar métodos y técnicas utilizados. La información se registró en una matriz para su análisis porcentual por criterios. Se concluye que una quinta parte de las investigaciones usaron exclusivamente métodos sociales, en su mayoría de enfoque cuantitativo y nivel descriptivo. Entre los sociales cualitativos destacaron la fenomenología, IAP, método comparativo y biográfico. Se usaron mayoritariamente métodos teológicos tradicionales: hermenéutico, exegético, praxeológico latinoamericano e histórico-crítico, pero el primero sigue siendo preferido. Las técnicas fueron variadas, mezclando enfoques y métodos, especialmente reflexión, análisis semántico, análisis histórico-gramatical y narración. De las técnicas sociales, la favorita fue encuesta-cuestionario. El país con más publicaciones fue Colombia (45,7 %) y el año con mayor número de estas fue el 2018 (55 %). El enfoque predilecto fue cualitativo (87,1 %), usado mayoritariamente en universidades católicas (78,6 %). El resto (21,4 %) corresponde a universidades adventistas, con más igualdad en los enfoques.
Palabras clave
Ciencia; Investigación; Latinoamérica; Métodos; Técnicas; Teología.
Abstract
The objective of this research was to quantitatively analyze the methods and techniques of theological research in Latin American Spanish-speaking countries, between 2018 and 2020, for the promotion of tools that favor studies in the area. The study was quantitative, positivist and descriptive, examining the Scimago Journal & Country Rank (SJR) 2018, reviewing articles published between 2018 and 2020, nine university publications that offer the Theology program, degree studies and theses in digital repositories, to a total of 402 systematized investigations, using content analysis to discriminate methods and techniques used. The information was registered in a matrix for its percentage analysis by criteria. It is concluded that a fifth of the investigations used exclusively social methods, mostly with a quantitative approach and a descriptive level. Among the qualitative social ones, the following stood out: Phenomenology, IAP, comparative and biographical method. Traditional theological methods were mostly used: Hermeneutic, Exegetical, Latin American Praxeological and Historical-critical, but the former is still preferred. The techniques were varied, mixing approaches and methods, especially reflection, semantic analysis, historical-grammatical analysis and narration. Of the social techniques, the favorite was survey–questionnaire. The country with the most publications was Colombia (45.7%) and the year with the highest number of these was 2018 (55%). The preferred approach was qualitative (87.1%), used mostly in Catholic Universities (78.6%). The rest (21.4%) corresponds to Adventist Universities, with more equality in the approaches.
Keywords
Latin America; Methods; Research; Science; Techniques; Theology.
Introducción
La investigación es un proceso sistemático de búsqueda de información para resolver una situación problemática. Hacer investigación forma parte del quehacer educativo del futuro pastor o teólogo en todos sus niveles de preparación (Weber, 2009, p. 14). Sin embargo, cumplir esta tarea dependerá de diversos factores: el tipo de fenómeno estudiado, los objetivos que se persiguen y la perspectiva de análisis. De allí que algunas estrategias investigativas sirven para alcanzar ciertas metas, pero no para otras (Hermans y Schoeman, 2015), considerando al método como requisito y herramienta que ayuda a ordenar la investigación, coadyuvando al logro de los objetivos preestablecidos. Para ello, se apoya en un conjunto de reglas y operaciones denominadas técnica; que acerca el método al objeto de estudio y auxilia al investigador en su aplicación (Nateras, 2005).
Ahora bien, en el campo teológico, a lo largo de la historia el método ha ido variando y, actual y particularmente en Latinoamérica, se implementa el círculo hermenéutico con una mediación socioanalítica, una mediación hermenéutica y la dialéctica teoría-praxis. A pesar de que la investigación en teología tiende a ser más bibliográfica debido a la escasa publicación de estudios, pues en general se divulgan artículos de reflexión (Toro, 2017), la revisión de distintos trabajos permite observar el uso de otros métodos inductivos, a diferencia de los tradicionales deductivos, como los cualitativos etnográficos, biográficos (historias de vida o estudios de caso con observación participante y entrevistas a profundidad); cuantitativos (uso de encuestas) e incluso mixtos.
Por ejemplo, Mejía (2004) reportó en Colombia catorce modelos metodológicos con un elemento común, la reflexión teológica. Asimismo, Vélez (2005) habló de métodos en plural para hacer teología en la academia, considerando clara la realidad diversa de la condición humana. Por su lado, Suárez (2006) encontró investigaciones donde la metodología no se hacía explícita, a lo que Coy, Navarrete, López y Bonilla (2007) sumaron que muchos de los trabajos obedecían a intereses personales sin articulación con alguna propuesta de investigación institucional; mientras que González (2008) consideró que aún la teología carecía de un método específico, estando sometida a las exigencias científicas de la Modernidad, por lo que cada método se fue aproximando a determinados problemas.
Sin embargo, Burgos (2010) ratificó a la hermenéutica como herramienta para “la comprensión de la historia del hombre como historia de salvación cristiana” (p. 93), así como Carbullanca (2018), para quien este método dialoga con el científico, asumiendo la historicidad del hombre. Esto es reafirmado por Ayala (2013), quien evidenció la intencionalidad de dirigir la investigación en el ambiente académico desde “la praxis ética cristiana de liberación” (p. 8), a pesar de que afirmó que “no hay una especificidad metodológica en la teología” (p. 42), concluyendo que se debía dar un diálogo interdisciplinar con las ciencias sociales que colaboren con el entendimiento del sentir del pueblo desde las distintas disciplinas.
De allí que, Azcuy (2016) presentara la entrevista “en profundidad” como “contribución de la investigación cualitativa al método de la teología espiritual” (p. 73), mostrando al método biográfico como una perspectiva novedosa y prometedora. También dedujo que el método descriptivo aporta un contexto, el método hermenéutico colabora en su interpretación y el método sistemático en la formulación y síntesis de núcleos teológicos (Azcuy, 2016). Pareciera entonces que, para desarrollar sus estudios, la teología ha asumido métodos de las ciencias sociales, entre ellos la investigación acción participativa (IAP), cuyo representante más destacado en sociología es Orlando Fals Borda de Colombia (Bacher, 2017); lo que ha permitido construir una teología de la acción basada en tres momentos “ver-juzgar-actuar”, propuesto por J. Cardijn como método pastoral, a partir de un modo de interdisciplinariedad y colaboración instrumental presentado en la constitución pastoral Gaudium et spes (1965).
Más recientemente, el argentino residente en Chile Schickendantz (2017), planteó la necesidad que tiene la teología de “asumir los desafíos de la llamada tercera Ilustración” (p. 99), siendo uno de ellos la insuficiencia metodológica que ha llevado al uso de métodos de investigación cualitativa para acceder a la realidad histórico-contextual. Nuevamente en Colombia, Galvis (2018) propuso la importancia del diseño fenomenológico y la posibilidad de hacer investigación desde la narrativa para generar reflexión pedagógica” (p. 93). Así, Cerda (2019) propuso la teología empírica como una herramienta para integrar de forma sistemática y metodológicamente fundada la experiencia religiosa actual en los procesos de generación de conocimiento. Según esta autora, las metodologías de carácter cualitativo pueden ser más coherentes con el objeto de estudio, por lo que recomendó experimentar con investigaciones mixtas.
En todo caso, Saldaña (2019), en Colombia, resaltó el dinamismo del proceso teológico en América Latina, con una realidad diversa que debe propiciar un diálogo interdisciplinar, con metodologías propias y mediciones socioanalíticas y hermenéutico-prácticas. En este contexto, Cortés, Trejos y Segredas (2019), en Costa Rica, afirmaron que actualmente la teología se inclina por emplear las ciencias sociales como instrumentos para lograr su juicio, por lo que se ha enriquecido al hacerse más eficaz en su práctica. Esta diversidad de opciones requiere de teólogos con capacidades intelectuales y psicológicas entrenadas para realizar una teología de cruce o Teología Pastoral Inter Loci (Bacher, 2011), que acerque la teología académica y la pastoral eclesial (Bacher, 2017).
Por ello, es indispensable determinar qué métodos y técnicas se han venido empleando para hacer investigación en este campo en los últimos años, tiempo en el que se vienen dando importantes cambios en la región en todos los ámbitos, cambios que han configurado nuevas realidades de interés para la teología. Así, la diversidad de métodos y técnicas deben ser descritos como una forma de generar conocimiento válido en el área de investigación propia, que clarifique las herramientas que permiten dar respuesta a las inquietudes de la región, propiciando un equilibrio entre la fe y la razón, pero con suficiente rigurosidad y razonamiento, sabiendo que la investigación en teología extrapola los espacios universitarios para hacerse también pastoral e incluso popular. Esto explica entonces el valor del presente estudio, que pretende resaltar los profundos cambios que ha venido experimentando en razón de los métodos y técnicas incorporados a su campo de actuación.
De allí que la teología puede y debe aprovechar las herramientas que le aporta la investigación social, lo que implica hacer una práctica teológica más diversa y dinámica, que pudiera generar un mensaje más transcendente al responder a los intereses y necesidades del hombre, desde una investigación hecha por teólogos conscientes de las expectativas sociales y sus retos a la luz del Evangelio. Por ello, el objetivo general propuesto fue analizar de forma cuantitativa los métodos y técnicas que se han empleado en investigaciones teológicas de países con habla hispana en América Latina, publicadas entre 2018 y 2020, como aporte al fomento de herramientas que favorezcan estudios en el área.
Para su logro, se formularon como objetivos específicos: (i) Detallar los métodos y técnicas de investigación provenientes de las ciencias sociales que se vienen empleando en los estudios de teología. (ii) Discriminar en artículos indexados y publicados y en tesis de repositorios institucionales, los métodos y técnicas empleados por los autores en los respectivos estudios. (iii) Ponderar los métodos y técnicas encontrados en los trabajos consultados, según diversos criterios de clasificación.
Marco teórico
Ciencia, enfoque, método y técnica en la investigación
El hombre tiende a indagar la realidad que le rodea en múltiples aspectos: naturales, físicos o sociales, denominando ciencia al conocimiento derivado de estos elementos, caracterizada según Carbonelli, Cruz e Irrazábal (2011) “por ser racional, sistemática y por ofrecer pruebas de aquello que intenta explicar” (p. 21). Esto se logra mediante la investigación, que implica seguir un camino lógico pero riguroso, orientado por objetivos demostrables, destinados a resolver un problema y producir conocimientos (López, 2014). Por ende, para hacer investigación se requiere claridad en enfoque, métodos y técnicas.
En relación con el enfoque, se trata de la orientación metodológica, estrategia general o dirección en el proceso de planteamiento, construcción y búsqueda de solución del problema abordado. Para Ortiz (2015), incluye “métodos, principios y orientaciones más generales del sistema investigativo” (p. 13). Este autor afirma que hay tres tipos de ciencias: empírico-analíticas (positivistas o racionalistas), histórico-hermenéuticas y crítico-sociales, con paradigmas y enfoques contrastantes (Ortiz, 2015, p. 13).
Sea cual sea el enfoque, el investigador escoge al mismo tiempo el o los métodos a emplear. Es decir, la forma de alcanzar un objetivo o determinado proceso, definido por Kuprian (1978) en Ortiz (2015), como “la cadena ordenada de pasos (acciones) basada en un aparato conceptual determinado y en reglas que permiten avanzar en el proceso del conocimiento, desde lo conocido a lo desconocido” (p. 24), siendo entonces más específico y concreto (Ortiz, 2015). Por tanto, ambos términos se complementan y se retroalimentan.
En referencia a los métodos, a principios del siglo xx, se afianzó el inductivo, propuesto por investigadores y filósofos empiristas lógicos, para quienes la ciencia deriva de los hechos. Ya a mediados del siglo xx, uno de sus principales críticos fue el austríaco Karl Popper, quien comprobó sus falencias y formuló el modelo hipotético deductivo (Carbonelli et al., 2011). Este actúa en sentido contrario, pues va de lo general a lo particular (Tamayo, 1990).
Ahora bien, considerando el enfoque que se use para obtener y procesar la información, estos se clasifican en cuantitativos y cualitativos. Afirman Gómez y de León (2014) que “el proceso deductivo corresponde fundamentalmente al enfoque cuantitativo, mientras que el enfoque cualitativo se basa en el proceso inductivo” (p. 228). Asimismo, el cuantitativo se considera positivista, donde la naturaleza es entendida desde un lenguaje matemático, siendo el enfoque más empleado en la investigación y en la estadística, su principal instrumento (Trujillo, Naranjo, Lomas y Merlo, 2019). Por su parte, el enfoque cualitativo se fundamenta en las ideas del paradigma interpretativista de las ciencias sociales, para el que existen variadas realidades construidas desde la óptica personal de cada individuo (Trujillo et al., 2019). Otros autores señalan que este enfoque se caracteriza por provenir de distintas perspectivas epistemológicas (Carbonelli et al., 2011).
Hoy día, es más común combinar ambos enfoques tomando en cuenta los requerimientos del objeto o del mismo estudio, emergiendo el enfoque mixto, que se ha consolidado durante la última década y se sustenta filosóficamente en el pragmatismo (Trujillo et al., 2019), con uso básicamente en las ciencias sociales, mezclando herramientas cuantitativas y cualitativas, según las características del fenómeno (Carbonelli et al., 2011).
Una vez definidos paradigma, método y enfoque, deben seleccionarse las técnicas correspondientes. Rojas (2011) en Trujillo et al. (2019) señala que corresponden a “un procedimiento típico, validado por la práctica, orientado generalmente —aunque no exclusivamente— a obtener y transformar información útil para la solución de problemas de conocimiento” (p. 64). Entonces, el investigador puede usar diversas técnicas en una misma investigación, por lo que es primordial escoger la óptima para cada paso a lograr.
Métodos y técnicas de investigación en la historia de la teología
La teología debe manejar métodos y técnicas que permitan que su mensaje sea pensado coherentemente con los presupuestos del pensamiento (Alszeghy y Flick, como se citó en Vélez, 2008). Actualmente, se habla de teologías no neutras, que se diferencian en el método usado en su elaboración. Por ello, es importante develar los presupuestos que cada una emplea para explicitar a qué “interés” responden (Habermas, como se citó en Vélez, 2008).
Así, en su historia se aprecian diferentes énfasis. En el primer milenio, el conocimiento de la patrística tuvo un profundo componente afectivo y místico, Dios se consideró un “misterio” al que la persona se aproxima por medio del amor y la fe. En la Edad Media (siglos v al xv) predominó la intelectualidad y la razón, surgiendo diversas posturas metodológicas y epistemológicas. La teología ingresó a la universidad y se consideró la “madre de todas las ciencias”. En este ambiente fue conformando teoría distante de la pastoral y la historia (Vélez, 2008).
Posteriormente, en la Edad Moderna se incorporaron otras dimensiones del conocimiento que dificultaron más el pensamiento teológico, entendido como hermenéutica y solo tiene sentido si consigue transformar la realidad, buscando interpretar la pre-comprensión del propio acto de creer, por lo que necesita estudiar las condiciones sociales, políticas, económicas e ideológicas en el que ocurre. Entre sus representantes se encuentran F. Schleiermacher (padre de la Teología Liberal), Karl Barth (evangélico) y Karl Rahner (católico) (Vélez, 2008). Este período se caracterizó por la racionalidad reflexiva, es decir, crítica y autocrítica, y es donde comienzan las dificultades para la teología, pues se invierte el método, partiendo ahora de lo empírico y experimental. Aunque con visión positivista, no se considera ciencia (Vélez, 2008), coincidiendo en que lo que permite el diálogo entre las ciencias positivistas y las humanas no es la verificación, sino la coherencia interna entre objeto, método, unidad y sistematización propia. En esa medida, la teología merece el título de ciencia, empleando igualmente modelos y paradigmas para comprender su objeto.
En este contexto, el método según Lonergan (2001) se considera “un marco destinado a favorecer la creatividad y la colaboración” (p. 9); es decir, la vía para lograr el conocimiento teológico apoyado en la investigación. Sin embargo, la teología es considerada como ciencia solo en sentido analógico, pues, aunque usa métodos inflexibles para procesar los datos, su fin es la realidad de Dios (Cantero, 2004). En síntesis, en teología la investigación es la búsqueda de la verdad, porque Dios es Verdad (Weber, 2009).
Para Weber (2009), entre los métodos que se emplean para hacer investigación en teología, se encuentran: (i) exégesis bíblica, descifrar el texto para mostrar lo que significa, utilizando el análisis semiótico y literario (Cantero, 2004), siendo objeto de estudio actual de la teología narrativa; (ii) investigación temática, indagar un tema, pregunta o problema, al cual se le da respuesta o solución teniendo como base la Biblia, en tres áreas: teología, historia y teología pastoral; (iii) investigación descriptiva, describir un grupo de personas, la población, como representación de la realidad concreta, cuantitativa y concisa, para sacar conclusiones y tomar decisiones, mediante la encuesta y la entrevista; (iv) desarrollo de programas, donde el investigador determina la necesidad de realizar un programa o intervención, su base teórica, objetivos, diseño, implementación y evaluación, aplicable al ambiente educacional y a la vida de la Iglesia; (v) estudio de casos, común en niveles avanzados de teología pastoral, que estudia una situación, las actividades de un grupo o incidente, analiza su marco de referencia, los factores que contribuyen a la interacción y lo que realmente ocurre desde un punto de vista bíblico-teológico, usado para lograr una reflexión más profunda en lo bíblico y en lo humano.
A estos, Cantero (2004) agrega otros métodos igualmente propios de la teología: (vi) correlación, fundamentada en los aportes de la teología sistemática de Paul Tillich (1982), que para Cantero (2004) “consiste en establecer la correlación entre el interrogante humano tal como se plantea en una situación dada y la respuesta que ofrece la revelación cristiana” (s/p); (vii) histórico-crítico, que inicia con el Concilio Vaticano II (1962-1965), impulsador de un movimiento para la investigación sobre los orígenes del cristianismo a partir de excavaciones arqueológicas, rastreo de documentos y estudio de las lenguas semíticas, empleando según Cantero (2004), “métodos de las ciencias históricas para la actualización del conocimiento” (s/p). Se considera un método exegético cuyo precursor fue Hermann Günkel (Cantero, 2004), apoyándose en variadas técnicas: crítica textual, filología, crítica literaria, crítica e historia de las formas, historia de las tradiciones, crítica e historia de la redacción (Krüger, Croatto y Míguez, 1996).
También, (viii) praxeológico, posiblemente surgido en Francia a finales del siglo xix, propuesto por L. Bourdeau en 1882 (Triana, 2012), sobre el que Cantero (2004) considera las fases siguientes: ver, juzgar, actuar y la devolución creativa, procurando establecer la relación entre la teoría y la práctica, a partir de las experiencias de docentes y estudiantes. Este enfoque cruza la investigación teórica, la investigación–acción, la investigación aplicada e implicada, siendo un método multirreferencial y pluridisciplinario (Juliao, 2011).
Se evidencia que hay un elemento común a cualquiera de los métodos que se empleen: la hermenéutica, proceso dialéctico que ha transformado la teología y ha permitido lograr la comprensión de la historia del hombre como historia de salvación cristiana, convirtiéndose en una matriz epistemológica y transversal (Burgos, 2010).
Métodos y técnicas de las ciencias sociales que contribuyen en la investigación teológica
Las herramientas disponibles para hacer investigación en el área social han evolucionado hacia el logro de una mayor cientificidad y exactitud en los resultados, ofreciendo información útil para la toma de decisiones y exponiendo las claves de la actuación del hombre como animal social (López, 2014). Para ello, parten de la seguridad en la explicación científica, la indagación de conocimientos probados sobre la realidad, y el deseo de introducir cambios en el entorno, transformándolo en función de las metas propuestas, sin mantener críticamente el modelo positivista de ciencia y la ampliación de conceptos que se ha dado con la interdisciplina.
La ciencia social, según Vázquez y Rivera (2014), “cuenta con sus propias particularidades y a lo largo de la historia ha ido cambiando y adaptándose a las formas metodológicas contemporáneas y a la exigencia de producción científica moderna” (p. 97), primer aspecto donde se cruza con la teología. Así, usando las teorías como modelos para la clarificación de la realidad, cobran vigencia diversas corrientes de pensamiento que formulan que el objeto de estudio presenta características absolutamente contrapuestas a las ciencias naturales, por lo que es fundamental asignarles un método de investigación propio (Carbonelli et al., 2011).
Por ello, el investigador social debe identificarse con una postura al inicio de cada investigación, previo a la elección del método y de las técnicas que usará, que le permita definir su posición filosófica orientadora, en la que deberá mantenerse durante todo el proceso investigativo con las variaciones que requiera (Vázquez y Rivera, 2014).
Pérez (1998) en Trujillo et al. (2019) destaca la relevancia del enfoque cualitativo como método de las ciencias sociales, al mencionar que “la complejidad de los fenómenos sociales no puede ser captada en toda su riqueza y profundidad a través del enfoque tradicional de carácter positivista” (p. 20). En este sentido, la investigación cualitativa es multimetódica (Trujillo et al., 2019). Hoy día, se consideran algunos de sus métodos como tradicionales, porque, según Correas (2005) en Vásquez y Rivera (2014), “se apegan principalmente a otorgar explicaciones de los fenómenos sociales desde la interdependencia entre el objeto y el sujeto, dando importancia fundamental a la semiótica” (p. 102).
Estos métodos tradicionales se inician con una metodología, es decir el estudio del método, adherida al procedimiento, siendo algunos de ellos: (i) el ya mencionado modelo hipotético-deductivo, que incluye los diseños pre-experimental, experimental, cuasiexperimental y ex-post-facto (Ortiz, 2015); (ii) hermenéutica o interpretación de textos (Correas, como se citó en Vásquez y Rivera, 2014); (iii) fenomenología, originada en la necesidad por comprender, explicar y entender la naturaleza de los fenómenos investigados, estudiándolos en su propia esencia (Trujillo et al., 2019); (iv) etnografía (etnometodología como método), que según Axpe (2003) en Trujillo et al. (2019) es el “estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos” (p. 49), y requiere un estudio largo del grupo casi siempre empleando la observación participante; y, finalmente, (v) investigación documental, proceso que aplica métodos científicos para la obtención de información relevante, fidedigna e imparcial, que permita extender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento (Ortiz, 2015). Esta última, dependiendo del tipo particular de documentos, recibe nombres específicos: bibliográfica, hemerográfica, audiográfica, videográfica, archivista o iconográfica (Ortiz, 2015).
Otros métodos igualmente cualitativos, pero más modernos son: (vi) biográfico o historia de vida, que consiste en describir e interpretar los hechos de vida de una persona (Azcuy, 2016); (vii) comparativo, que estudia dos o más objetos, sujetos o fenómenos, simultáneamente (Gómez y de León, 2014); (viii) investigación acción participativa (IAP), método que apuesta a las transformaciones sociales, institucionales y políticas, considerada una metodología de carácter social que genera enriquecimiento del conocimiento desde las realidades propias de los sujetos, reflexionando para generar simultáneamente avances teóricos y cambios sociales significativos (Trujillo et al., 2019).
Se agregan: (ix) teoría fundamentada o fundada, que tiene como objetivo la construcción de una teoría significativa que permita comprender, interiorizar y explicar el fenómeno de estudio (Trujillo et al., 2019); (x) interaccionismo simbólico, cuyo “foco de interés se centra en cómo los seres humanos usan, interpretan y configuran la vida social” (Mateo, como se citó en Ortiz, 2015, p.110), en otras palabras su significado, procurando emitir teoría o conceptos; (xi) investigación holística, que integra diversos enfoques, métodos y técnicas (Londoño y Marín, 2002), en un proceso sistemático que procura conocer algún fenómeno para hallar leyes generales o conseguir respuestas específicas a una necesidad o inquietud (Cantero, 2004), mediante un ciclo que tiene 10 fases metodológicas: explorar, describir, comparar, analizar, explicar, predecir, proponer, modificar, confirmar y evaluar (Londoño y Marín, 2002).
Finalmente, se puede mencionar (xii) la netnografía, que surge del uso de la tecnología como ámbito para la investigación social (Del Fresno, 2011), a través de las movilizaciones sociales citadas online y las nuevas formas de colaboración en red, que permiten investigar los comportamientos sociales en línea. En síntesis, todos los métodos de investigación social son útiles a la reflexión teológica, en lo que se conoce como teología contemporánea (Cantero, 2004).
En lo que respecta a las técnicas aplicadas en estudios sociales, destacan: (i) entrevista, (Ruiz Olabuénaga, como se citó en Sáenz y Téllez, 2014); (ii) encuesta (Hinojosa y Rodríguez, 2014); observación (Centeno y De la Garza, 2014; García, Morales y Pulido, 2018; Trujillo et al., 2019); (iii) estudio de caso (Ramírez et al., 2004; Ortiz, 2015); (iv) grupos de discusión (Krueger, como se citó en Porto y Ruiz, 2014); (v) historia oral (Ramírez et al., 2004); (vi) técnicas interactivas como juegos, colcha de retazos, mural de situaciones, fotolenguaje, cartografía corporal, siluetas, árbol de problemas, juicio, fotopalabra, sociodrama, zoom, taller, baúl del recuerdo, fotohistoria, entre otras (Quiroz, Velásquez, García y González, 2002; García, Morales y Pulido, 2018) y (vii) análisis de contenido, técnica propia de la investigación documental (Ortiz, 2015; Galeano, 2018).
Situación de los métodos y técnicas en la teología latinoamericana
En Latinoamérica se ha vivenciado una nueva manera de hacer teología, y esto ha significado ubicar el tema del método en el centro de su reflexión (Gutiérrez, como se citó en Vélez, 2008). Es en las Conferencias Episcopales Latinoamericanas de Medellín (1968) y Puebla (1979), donde se configura la teología de la liberación, que descubre la presencia de Dios en el pobre, en el explotado y en su lucha por su emancipación. Se adjudica a Gustavo Gutiérrez su estructuración metodológica como praxis cristiana liberadora (García, como se citó en Vélez, 2008). Por otro lado, el brasileño Clodovis Boff en 1976 describe sus tres dimensiones fundamentales: las mediaciones socioanalítica, hermenéutica y práctica. El nuevo objeto con que trabaja (lo político) se considera el centro material de la teología, por lo que necesita acudir a las ciencias sociopolíticas.
De esta manera, en la mediación socioanalítica, esta teología se encuentra con las ciencias sociales, especialmente con la teoría marxista, relación que implica la exigencia de la interdisciplinariedad. Aun cuando se considere un momento preteológico trabajado por las ciencias sociales, forma parte constitutiva del método por estudiar el objeto de la tarea teológica. De allí que fue necesario emplear un lenguaje más sencillo para el pueblo, que el mismo Boff con su hermano Leonardo, en 1986, presenta en tres momentos fundamentales: “ver-juzgar-actuar”. El primero permite la lectura crítica de la realidad social; el segundo, la confrontación de esa realidad con la Escritura; y el tercero lleva a la praxis como acción transformadora, por lo cual no puede evitar la intervención de las ciencias sociales, convirtiendo el análisis científico en parte fundamental del quehacer teológico.
Según Giraldo (1977), “la Teología de la Liberación asume las Ciencias Sociales como “`ciencias comprometidas´, condicionadas por determinados valores” (p. 121), relación dialéctica que se consolida cuando el punto de vista de la fe, opción influida por ideologías, determina la escogencia de los métodos y técnicas para acceder a la realidad, y este conocimiento científico de la realidad condiciona, a su vez, el quehacer teológico. Por ende, el método latinoamericano pretende hacer teología desde una mirada más sistémica e interdisciplinaria para responder a una sociedad pluralista, plurirreligiosa y altamente compleja, introduciéndose un método nuevo, la hermenéutica analógica, que genera categorías liberadoras como fuerza interior, justicia distributiva, máximos sociales como los derechos humanos y la defensa de la vida (Burgos, 2010).
Paralelamente, surge otro enfoque, la teología feminista, que resalta el lugar de la mujer en la familia y la sociedad. Sus orígenes se remontan al movimiento feminista, a la teoría crítica feminista y a la teología de la mujer o de la feminidad. Según Vélez (2008), “Se considera una teología contextual porque parte de las experiencias vividas por las mujeres, reflexión que coincide con su acceso a las facultades de teología” (p. 223). Utiliza la metodología del ver-juzgar-actuar a partir de la realidad de esta, la juzga a la luz de la Palabra de Dios y toma decisiones respecto de las acciones que deben transformar esa realidad. Su método es inductivo y realiza análisis crítico, exploración constructiva y transformación conceptual. En América Latina, esta teología ha tenido su propio desarrollo desde el primer encuentro realizado en México en 1979 (Vélez, 2008).
Otras teologías surgidas en el continente son las indígenas o amerindias, que ofrecen a las Iglesias cristianas y comunidades teológicas la experiencia y sabiduría de los pueblos autóctonos (Tomichá, 2013), cuyo sujeto es la comunidad y por tanto su método es vivencial y debe tomar en cuenta la riqueza de ritos y celebraciones de raíz autóctona, vistos a la luz del Evangelio (Ruíz, 2003).
También se puede mencionar otra teología culturalista, la teología argentina del pueblo con la especificidad que la singulariza (Scannone, 2015), donde se usa el análisis histórico-cultural, empleando como mediación ciencias más sintéticas y hermenéuticas, la historia, la cultura y la religión, enraizándolas en un conocimiento y discernimiento sapienciales, distanciándose del método marxista de análisis social, y de las categorías de comprensión y estrategias de acción que le corresponden (Scannone, 2016).
En síntesis, en el panorama de la teología latinoamericana se visualiza una actividad más creativa y la génesis de un proceso de diferenciación entre la investigación propiamente teológica y otros campos de las ciencias sociales; sin embargo, entre 1960 y 1970 se aprecia que las técnicas aportadas por las ciencias sociales se fueron involucrando en el trabajo teológico.
Metodología
Enfoque y método de la investigación
Este trabajo de investigación se enmarca en el enfoque cuantitativo fundamentado en el paradigma positivista, donde los datos son analizados usando herramientas estadísticas, ofreciendo respuestas claras y precisas a los objetivos propuestos (Centeno y De la Garza, 2014). Se optó por el método de investigación documental, considerado imparcial para las ciencias sociales y la teología.
Diseño de la investigación
En primer lugar, se consideró oportuna la realización de una investigación bibliográfica, con un amplio abordaje conceptual que por sí mismo se considera un aporte de la investigación. Para ello, se procedió a la consulta, revisión e interpretación de libros de metodología de la investigación, con aplicabilidad en ciencias sociales o en teología, esbozando los métodos y técnicas útiles en el quehacer teológico, descritos con amplitud en el marco teórico. La segunda fase, sin dejar de ser documental, fue más descriptiva, realizando la sistematización de información, modalidad investigativa que según Jara (2018) permite el “ordenamiento, clasificación y catalogación de distintos tipos de datos” (p. 52). Se justifica su uso con la finalidad de obtener generalizaciones sobre las metodologías empleadas en los trabajos consultados. Para su consecución, se empleó la revisión en el ciberespacio de investigaciones teológicas de autores latinoamericanos, divulgadas por universidades. Los datos fueron descritos y discutidos para establecer cómo se comporta la situación estudiada.
Unidades de investigación
En primer término, a partir de la información bibliométrica del Scimago Journal & Country Rank (SJR) año 2018, en relación con las revistas que trabajan con temas teológicos, se procedió a realizar la revisión sistemática de los artículos publicados en español por investigadores latinoamericanos entre 2018 y 2020, en las tres revistas allí reportadas (Theologica Xaveriana; Teología y Vida; Veritas), discriminando los métodos y técnicas utilizados en los respectivos estudios. Además, se incluyeron los artículos de otras publicaciones de universidades latinoamericanas donde se ofrece el programa Teología, ampliando las unidades de investigación a nueve revistas (Tabla 1).
Tabla 1. Revistas incluidas en la investigación, responsable editorial y país
Nombre de la revista |
Responsable editorial |
País |
Albertus Magnus |
Universidad Santo Tomás |
Colombia |
Theologica Xaveriana |
Pontificia Universidad Javeriana |
Colombia |
Franciscanum |
Universidad de San Buenaventura |
Colombia |
Cuestiones Teológicas |
Universidad Pontificia Bolivariana |
Colombia |
Veritas |
Pontificio Seminario Mayor San Rafael de Valparaíso |
Chile |
Palabra y Razón |
Universidad Católica del Maule |
Chile |
Teología y Vida |
Pontificia Universidad Católica de Chile |
Chile |
Teología |
Pontificia Universidad Católica Argentina |
Argentina |
Estudios Eclesiásticos |
Universidad Pontificia Comillas |
España |
De la última mencionada en la Tabla 1, solo se tomaron los artículos escritos en español publicados por investigadores latinoamericanos. Adicionalmente, se procedió a inspeccionar los repositorios digitales de universidades de esta parte del continente, incluyendo los métodos y técnicas de investigación empleados en los trabajos de grado, tesis de maestría y doctorales que allí se encontraron. En total, se sistematizaron 402 investigaciones.
Técnicas e instrumentos de recolección de los datos
En referencia a la técnica empleada para la revisión del material, se optó por el análisis de contenido, tanto en la fase documental como en la descriptiva, técnica usada de forma objetiva, fijando criterios que permitieran precisar los distintos métodos y técnicas empleados por los investigadores en los trabajos revisados. Con esta meta, se elaboró una matriz de registro de los datos, instrumento adecuado para sistematizar la información, donde se fueron organizando cada una de las investigaciones examinadas, inicialmente por país, año, nombre de la institución y nombre de revista o repositorio; y luego por número, título del trabajo, autor (es), origen, método, técnica, tipo (artículo, tesis y nivel) y páginas donde se encuentra, en caso de corresponder a una revista.
Procesamiento y análisis de los datos
Teniendo presente el objetivo del estudio, una vez sistematizada la información, se procedió a realizar el análisis de los datos mediante las herramientas del programa Microsoft Excel 2016, ponderando porcentualmente los diversos métodos y técnicas encontrados en los trabajos según diversos criterios de clasificación: año de publicación, editor y país, origen real de autor (es), enfoque, método y técnica de investigación empleados y orientación religiosa de la universidad (católica o adventista), este último criterio se consideró importante al encontrar profundas diferencias en los métodos y técnicas utilizados por cada una. Por último, se realizó la discusión de los resultados mediante el contraste con los aportes provenientes del marco teórico, para finalmente emitir las conclusiones de la investigación.
Resultados
Se presenta, a continuación, el análisis estadístico de los datos, considerando los distintos criterios surgidos de los objetivos. El Gráfico 1 recoge el total de trabajos catalogados por tipo y país de publicación.
Según el Gráfico 1, fueron más frecuentes los trabajos de grado (30,8 %), seguidos de ensayos (26,1 %), artículos de investigación (20,1 %), tesis de maestría (16,7 %), artículos de tesis doctoral (2,4 %) y artículos de tesis de maestría (1,4 %), mostrando un panorama bastante académico. En cuanto a los países de publicación, destaca Colombia (45,8 %), seguida de Chile (21,6 %). En el Gráfico 2 se presenta la distribución por país de origen del autor, criterio que se consideró relevante para tener un conocimiento más completo de los datos, repitiendo Colombia con mayor proporción de investigadores (42 %).
En lo relativo al número de trabajos realizados por año y enfoque de investigación, el Gráfico 3 muestra los resultados. El año 2020 se descartó porque para la fecha de realización del análisis (mayo, 2020), aún no se actualizaban las bases de datos con las investigaciones de ese año, pudiendo reportar en este trabajo apenas nueve estudios.
El Gráfico 3 detalla una mayor proporción de investigaciones en 2018 (55 % de los trabajos revisados), 50,7 % investigaciones cualitativas y 4 % a cuantitativas, existiendo un solo estudio mixto (0,2 % del total), mientras que para 2019, 34,6 % de los trabajos se realizó con enfoque cualitativo, 8 % con enfoque cuantitativo y de nuevo un solo estudio mixto (0,2 % del total). El 87,1 % del total de estudios consultados son cualitativos. En cuanto al uso de métodos únicamente propios de la teología o derivados de las ciencias sociales, el Gráfico 4 revela los resultados reportados.
Del Gráfico 4 resalta que las investigaciones documentales o bibliográficas (18,2 %) se sistematizaron en una categoría aparte, pues se hacen en todas las áreas del conocimiento y no pueden adjudicarse como método teológico ni social. Sin embargo, en 61,2 % se emplearon métodos propios de la teología y en 20,6 % se usaron métodos sociales. A continuación, los gráficos 5 y 6 detallan cuáles fueron los métodos utilizados.
El Gráfico 5 revela que de las 246 investigaciones realizadas con métodos teológicos, en 51,6 % se usó hermenéutica reflexiva, 25,6 % son estudios exegéticos, 9,8 % empleó método praxeológico propio de la teología latinoamericana, 6,9 % método histórico-crítico, 2,4 % utilizó correlación, 1,2 % fue desarrollo de programas, 0,8 % usó método cuantitativo descriptivo, 0,4 % estudios de caso, emplearon método trascendental, método feminista o se trató de un estudio mixto, deduciendo la preferencia que sigue teniendo el método hermenéutico entre los investigadores teológicos.
Asimismo, el Gráfico 6 muestra que, de las 83 investigaciones realizadas con métodos sociales, en 14,5 % se usó fenomenología, 9,6 % fueron estudios de investigación acción participativa, 7,2 % usó el método comparativo, 3,6 % se hizo con método biográfico e igual proporción empleó etnometodología, 1,2 % netnografía o teoría fundamentada. En cuanto a estudios cuantitativos, 32,5 % fue descriptivo, 22,9 % correlacional, 1,2 % pre-experimental o experimental. De igual modo, 1,2 % tuvo metodología mixta de carácter descriptivo. Pareciera entonces existir una leve inclinación hacia los estudios cuantitativos (59 %), lo que pudiera indicar que cuando un investigador acude a las ciencias sociales para resolver un problema investigativo prefiere estas metodologías. Seguidamente, en la Tabla 2 se observan las técnicas usadas en los estudios que se consultaron.
Tabla 2. Número de trabajos sistematizados por técnica de investigación utilizada
Técnica |
N° |
Técnica |
N° |
Técnica |
N° |
Reflexión hermenéutica |
170 |
Entrevista |
5 |
Cartografía social |
1 |
Encuesta-cuestionario |
52 |
Teología sistemática |
5 |
Consenso diferenciado |
1 |
Análisis semántico |
40 |
Historiograma |
4 |
Grupo de discusión |
1 |
Revisión documental |
30 |
Observación participante |
3 |
Pre-test y post-test |
1 |
Ver-juzgar-actuar |
24 |
Testimonio |
3 |
Análisis Cristológico |
1 |
Análisis histórico-gramatical |
14 |
Misiología |
2 |
Análisis diacrónico |
1 |
Narración |
12 |
Interdisciplina |
2 |
Taller |
1 |
Interpretación |
10 |
Análisis comparativo |
2 |
Feminista |
1 |
Análisis crítico |
6 |
Acción catequética |
2 |
Crítica de la recepción |
1 |
Lectura contextual |
6 |
Lectura meditada |
1 |
Total |
402 |
En 42,3 % de los estudios se empleó como técnica principal la reflexión hermenéutica. En las investigaciones cuantitativas, resalta la encuesta o cuestionario (12,9 %). Para los estudios exegéticos, prevalece el análisis semántico (10 %). Otra técnica que resalta es la que deriva del método praxeológico latinoamericano o teología de la acción (6 %). Por último, en el Gráfico 7 se ve el uso que se da a los enfoques metodológicos en universidades católicas y universidades adventistas (Universidad Peruana Unión y Universidad Montemorelos de México). Dentro de este último grupo, se sumaron cuatro artículos, tres de la Corporación Universitaria Adventista de Colombia y uno de la Universidad Adventista de Bolivia, que fueron divulgados por universidades católicas.
En este último gráfico resalta que investigadores católicos publicaron en el período estudiado el 78,6 % de los trabajos consultados contra 21,4 % de investigadores adventistas. Ahora bien, mientras los estudios de derivación católica son en su mayoría de enfoque cualitativo (77,1 % del total), los correspondientes a instituciones adventistas están más equilibrados (10 % del total son cualitativos y 11,2 % cuantitativos).
Discusión
La investigación reveló el destacado papel que viene jugando Colombia en la investigación teológica latinoamericana, que según los datos encontrados duplica en trabajos realizados a países como Chile, Perú, Argentina, México y Ecuador, donde también existen estudios de tercer y cuarto nivel en esta área. Además, pudo observarse que en otros países como Venezuela, Bolivia, Costa Rica y El Salvador igualmente se efectúan investigaciones en teología, aunque con escasa divulgación. De igual modo, se encontró una disminución en la producción investigativa en el transcurso de los años considerados (2018 a 2019), ya que los datos de 2020 fueron insuficientes.
Asimismo, se ratificó la preferencia hacia el enfoque cualitativo por parte de los investigadores teológicos. Este dato contradice lo propuesto por Cerda (2019), quien recomienda realizar investigaciones de carácter mixto, afirmando que esto viene ocurriendo en los últimos años en otras ciencias humanas; sin embargo, se aprecia que la teología se muestra tímida aún en este sentido.
Las estadísticas permitieron detectar que, efectivamente, la teología está aprovechando los métodos y técnicas correspondientes a las ciencias sociales para hacer sus investigaciones. Sobre este particular, se debe resaltar el aporte de Carbullanca (2018), quien considera que siendo el modelo científico técnico de las ciencias positivas el paradigma epistemológico hegemónico, la teología se enfrenta a un gran desafío, pues debe dar legitimidad científica a sus postulados. De allí la incorporación creciente de metodologías sociales en sus investigaciones.
En cuanto a los estudios realizados con métodos meramente teológicos, donde predominó la hermenéutica, Burgos (2010), ya con anterioridad resaltó el papel de esta como matriz epistemológica para una praxis teológica más sistémica e interdisciplinaria. De igual modo, Ayala (2013) encontró una opción preferencial de los investigadores por el método hermenéutico teológico, y Saldaña (2019) señala que la hermenéutica se asume como una racionalidad o lógica comprensiva más que como una metodología tipo recetario que desvirtúa la esencia del proceso hermenéutico. Este aspecto continúa haciéndose presente en la investigación teológica latinoamericana de los últimos años.
Ahora bien, tal como afirman Coy et al. (2007), la investigación en teología se puede asumir desde diferentes perspectivas, métodos y con el uso de diversas metodologías, pues carece de un método específico y cada método se ha ido aproximando a determinados problemas (González, 2008). A esto se suma lo indicado por Ayala (2013), en el sentido que la diversidad de métodos responde a la pluralidad de la teología apoyada en la unidad de la verdad; a lo que Saldaña (2019) agrega que, en los distintos escenarios teológicos, se usan distintos métodos a pesar de ser campos que se superponen o trabajan en común.
De igual modo, los resultados encontrados permiten resaltar las ventajas que los investigadores teológicos comienzan a encontrar en la IAP, pues tal como señala Vélez (2017), esta no solo intenta producir conocimiento, sino también transformar la realidad investigada.
Independientemente de si el método desarrollado en la investigación fue propiamente teológico o social, o de si el enfoque fue cualitativo o cuantitativo, se pudo apreciar un amplio uso de técnicas de distinto tipo en los estudios sistematizados, que incluso se llegan a mezclar o superponer en algunos trabajos. A pesar de ello, la técnica preferida entre los investigadores teológicos sigue siendo la reflexión hermenéutica, elemento que concuerda con lo encontrado por Mejía (2004), quien señaló que este es un elemento que se hace común; o por Toro (2017), cuando indicó que en teología la tendencia que se tiene es publicar artículos de reflexión.
En todo caso, se concuerda con Cerda (2019), quien afirma que la selección definitiva de la opción metodológica más adecuada en cada caso dependerá de la temática, del conocimiento empírico previo que se tenga y de los objetivos de cada investigación, más en el contexto de América Latina, con una realidad diversa que, según Saldaña (2019), obliga al teólogo a pasar de una teología dogmática deductiva a una teología contextual inductiva que respeta a los sujetos y comunidades.
Conclusiones
El estudio permitió detallar que, en relación con los métodos, una quinta parte de las investigaciones publicadas en el campo de la teología en Latinoamérica entre 2018 y 2020 aplicó exclusivamente algún método propio de las ciencias sociales, siendo en su mayoría de enfoque cuantitativo y nivel descriptivo. Sin embargo, entre los métodos cualitativos empleados destacaron la fenomenología, la IAP, el método comparativo y el método biográfico o de historia de vida. Entre las técnicas sociales, la preferida fue la encuesta tipo cuestionario, lo que concuerda con el carácter cuantitativo de la mayoría de los estudios teológicos sociales revisados.
A través de la discriminación de los métodos y técnicas empleados por los autores, se reportó la opción mayoritaria de los investigadores por el uso de métodos teológicos tradicionales, fundamentalmente la hermenéutica, seguida de la exégesis, el método praxeológico latinoamericano y el método histórico-crítico, ratificando que el método hermenéutico se sigue considerando una matriz de comprensión lógica en la investigación teológica. Con respecto a las técnicas se presentó un panorama variado, con investigaciones que mezclan o superponen técnicas correspondientes a distintos enfoques y métodos, aunque la de mayor empleo sigue siendo la reflexión hermenéutica, seguida por el análisis semántico, el análisis histórico-gramatical y la narración.
La ponderación de los métodos y técnicas encontrados en los trabajos consultados se hizo bajo ciertos criterios de clasificación. En cuanto al tipo de estudios sistematizados, la mayoría (30,8 %) fueron trabajos de grado, seguido de artículos de reflexión (26,1 %), artículos de investigación (20,1 %) y tesis de maestría (16,7 %). Los países con mayor número de publicaciones fueron Colombia (45,7 %), Chile (21,6 %), Perú (12,2 %), Argentina (10,2 %) y México (8,4 %). El mismo orden se mantiene al considerar la nacionalidad de los autores. Asimismo, el año de estudio con mayor número de trabajos presentados fue 2018 (55 %), disminuyendo las publicaciones para 2019 (42,8 %).
En relación con el enfoque investigativo preferido, este fue el cualitativo (87,1 %). La baja proporción de estudios mixtos (0,5 %) muestra la timidez que aún existe entre los investigadores teológicos por el uso de este enfoque. La mayor parte de los estudios se hicieron con métodos teológicos (61,2 %), seguidos de métodos netamente sociales (20,6 %) o documentales (18,2 %). Las publicaciones, casi todas cualitativas, pertenecen en su mayoría a universidades católicas (78,6 %), el resto (21,4 %) a universidades adventistas, donde sí se observó un uso igualitario de métodos cualitativos y cuantitativos.
Puede concluirse que el análisis cuantitativo evidenció la preferencia de los investigadores por los métodos teológicos hermenéuticos, comenzando a observarse un uso creciente, pero aún tímido de métodos de investigación sociales, especialmente de tipo cualitativo, incluso como única metodología empleada, que pueden irse incorporando como herramientas que favorezcan estudios que den un carácter más científico a la teología, recomendando la realización de investigaciones con enfoque mixto para permitir una mayor amplitud en el uso de las técnicas.
Declaración de contribución de autoría
Juan Felipe Cardozo Ramírez realizó la planeación, ejecución y sistematización de la investigación; Jonathan Andrés Rúa Penagos estuvo encargado de la administración, supervisión y asesoría de todo el proceso. Ambos autores contribuyeron con la redacción, discusión, revisión y aprobación del manuscrito final.
Conflicto de interés
Los autores declaran la inexistencia de conflicto de interés con institución o asociación de cualquier índole. Asimismo, la Universidad Católica Luis Amigó no se hace responsable por el manejo de los derechos de autor que los autores hagan en sus artículos, por tanto, la veracidad y completitud de las citas y referencias son responsabilidad de los autores.
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Notas de autores
Juan Felipe Cardozo
Abogado del Politécnico Gran Colombiano, teólogo bíblico del Seminario Bíblico de Medellín, estudiante de Teología en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), Medellín,Colombia. Correo electrónico: juan.cardozor@upb.edu.co. ORCiD: https://orcid.org/0000-0001-9266-1014
Jonathan Andrés Rúa Penagos
Ser humano; Doctor en Teología por la Universidad Pontificia Bolivariana. Docente Interno Asociado de esta universidad y Maestro en la Secretaría de Educación de Medellín, Colombia. Correo electrónico: jonathan.rua@upb.edu.co. ORCiD: https://orcid.org/0000-0003-3193-8096