© Fundación Universitaria Luis Amigó
Revista Fundación Universitaria Luis Amigó
Vol. 1, No. 1 enero-junio de 2014
ISSN: 2382-3410
Rector General
Pbro. José Wilmar Sánchez Duque
Vicerrectora de Investigaciones
Isabel Cristina Puerta Lopera
Vicerrector Académico
Pbro. Carlos Cardona Quiceno
Jefa Departamento de Fondo Editorial
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Diseño y Diagramación
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Corrector de estilo
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Traductor
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Blanca Stella Montoya Ramírez
Luis Arturo Chaparro Neira
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Director de la revista
Fredy Fernández Márquez
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Comité Editorial
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Mg. Gustavo Adolfo Calderón Vallejo. Fundación Universitaria Luis Amigó – Colombia
Mg. Gustavo Antonio Cardona Echeverri. Fundación Universitaria Luis Amigó – Colombia
Esp. Oswaldo Salgado Cañaveral. Fundación Universitaria Luis Amigó – Colombia
Esp. Elías Alexander Vallejo Montoya. Fundación Universitaria Luis Amigó – Colombia
Árbitros
Mg. Harold Viáfara Sandoval. Universidad San Buenaventura – Colombia
Mg. Carlos Molina Gómez. Universidad de San Buenaventura – Colombia
Mg. Ana María Mesa Elneser. Fundación Universitaria Luis Amigó – Colombia
Mg. Catalina Gómez Aristizábal. Fundación Universitaria Luis Amigó – Colombia
Mg. Luz Mery Arias Muñoz. Fundación Universitaria Claretiana – Colombia
Esp. Raúl Gómez Narváez. Fundación Universitaria Autónoma de Las Américas – Colombia
Esp. Miguel Ángel Ortega Ruiz. Universidad Autónoma Latinoamericana – Colombia
Esp. Jaime Torres García. Edúcame – Colombia
Edición
Fundación Universitaria Luis Amigó
Para sus contribuciones
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Fundación Universitaria Luis Amigó.
Transversal 51 A N°. 67 B - 90. Medellín, Antioquia, Colombia
Vol. 1, No 1 enero-junio de 2014
La Revista Institucional de la Fundación Universitaria Luis Amigó (Colombia), es una publicación digital de carácter académico, periodicidad semestral y de circulación nacional e internacional. Sirve como medio de interlocución y presencia de la Funlam en el entorno social y universitario. Con el fin de promover la generación y la visualización del conocimiento, recibe reflexiones resultado o no de investigación, revisiones, reporte de caso, resúmenes de investigación y de proyectos en desarrollo; en cualquier idioma y correspondientes a temáticas de las áreas de formación de la Fundación.
Los autores son moral y legalmente responsables del contenido de sus artículos, así como del respeto de los derechos de autor. Por lo tanto, éstos no comprometen en ningún sentido a la Fundación Universitaria Luis Amigó.
conforme a lo descrito en: http://creativecommons.org/
CONTENIDO
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PRESENTACIÓN
Santiago Vallejo
EDITORIAL
De lo manual a lo digital
Inclusion in the digital world
Ana Lucía Mesa Franco
Fredy Fernández Márquez
Saramago: la caverna como alegoría del mercado
Saramago: the cave as allegory of the market
Marco Antonio Vélez Vélez
Literatura y progreso moral
Literature and moral progress
Jesús David Girado Sierra
Imaginando con María Zambrano un saber sobre el alma
Imagining a knowledge about the soul with maría zambrano
Nicolasa María Durán Palacio
El miedo como estrategia de marketing en los seguros de vida y de accidentes
Fear as a marketing strategy among life and accidents insurances
Sonia Cogollo Ospina
Perspectiva educativa de la radio universitaria. Estudio de caso sistema de radio educativa de la Universidad de Antioquia
Educational perspective of college radio
Nubia Amparo Mesa Granda
Ancízar Vargas León
La educación física y el deporte en Colombia: un diálogo entre la religión y la pedagogía en los inicios del siglo XX
Physical education and sports in colombia: a dialogue between religion and pedagogy at the beginning of the 20th century
Jonathan Andrés Rúa Penagos
Jesús María Pinillos García
El maestro como arquitecto y constructor de pensamiento
The teacher as architect and builder of thought
Gloria María López Arboleda
Lilian Johana Marroquín Navarro
Alexander Rodríguez Bustamante
PRESENTACIÓN
Santiago Vallejo Villa1
Para la Fundación Universitaria Luis Amigó es grato presentar este nuevo número de su revista, con la firme intención de continuar en la reflexión y la discusión académica que desde distintos ámbitos del conocimiento se va gestando. Es por ello que se ha invitado a diversos autores que desde sus propias fortalezas epistemológicas, han alimentado el debate, la discusión y el análisis para dar cuenta de una mejor comprensión de la realidad.
En primera instancia, se presenta el artículo del profesor Marco Antonio Vélez, quien realiza una reflexión de nuestra propia actualidad, de la posmodernidad, a partir de una obra fundamental en la novelística de José Saramago: La Caverna. Allí, el profesor Vélez, trata de develar el concepto de imagen para establecer ciertas rupturas que han aparecido en los últimos tiempos, a consecuencia de la aparición de esas megalópolis del consumo llamadas centros comerciales, poniendo en jaque la concepción del trabajo artesanal.
Luego, se encuentra un artículo del profesor David Girado, quien pone el punto de análisis a partir del discurso neopragmatista norteamericano, y particularmente del filósofo Richard Rorty. Lo que se plantea a grandes rasgos es la necesaria relación entre la filosofía y la literatura, como un modo de entendernos a nosotros mismos, y como una forma de poner en práctica el quehacer filosófico para potenciar la existencia.
Por su parte, la docente Nicolasa Durán vuelve a reconciliarnos con la figura de María Zambrano, excelsa filósofa española, quien nos recuerda el valor de ese diálogo infinito entre el alma y el mundo, reflejado no solo desde la racionalidad, sino también desde las pasiones que cada hombre lleva inscrito en su interior, formando unas fuerzas activas que permitan desnudar la esencia humana.
La profesora Sonia Cogollo presenta en su texto una visión sobre los seguros de vida y la concepción establecida por Zygmunt Bauman, filósofo y sociólogo polaco, acerca del miedo líquido, y la manera cómo el constante temor de los seres humanos a la muerte los obliga a optar por seguros de vida y tomar cierto tipo de restricciones apelando a la visión del justo medio, elaborada por Aristóteles.
La profesora Nubia Mesa y Ancízar Vargasplantean en su artículo la necesidad de comprender lo que está sucediendo alrededor de la radio educativa, partiendo de un estudio de caso con la Universidad de Antioquia. Allí se deja entrever la posibilidad de que a partir de los contenidos que la radio universitaria ofrece, se puedan establecer vínculos para el fortalecimiento de una actitud y un pensamiento crítico en aras de tomar una posición activa frente al propio contexto.
Los docentes Jonathan Rúa y Jesús María Pinillos muestran en su artículo la relación existente entre la actividad física y la espiritualidad como una manera de rescatar esa posibilidad de acercamiento entre Dios y el hombre, que ha estado en constante resquebrajamiento en los últimos tiempos.
Y por último, se presenta un artículo de corte educativo realizado por los docentes Alexander Rodríguez, Gloria López y Lilian Marroquín. Ellos analizan la posibilidad del maestro como un constructor de pensamiento, generador de inquietud y curiosidad, para las nuevas generaciones que vienen; aquellas generaciones que -como se evidencia constantemente- reducen sus posibilidades de aprendizaje y conocimiento del mundo, es decir, no se apropian efectivamente de su realidad actual.
Dejarse llevar por el fuego verbal que cada uno de ellos posee, es reconocer que aún es posible pensar la existencia desde distintas maneras; y que cada palabra, cada frase, cada diálogo que se intente establecer con cualquier tipo de reflexión que aquí se presenta, es el reflejo de que el pensamiento es una fuente perpetua para potenciar la vida misma.
Editorial
INCLUSION IN THE DIGITAL WORLD
DE LO MANUAL A LO DIGITAL
Ana Lucía Mesa Franco2
Fredy Fernández Márquez3
2 Coordinadora de Prácticas, Facultad de Comunicación Social y Publicidad. Fundación Universitaria Luis Amigó. Comunicadora Social Periodista de la U. de A. Graduada en Filosofía y Letras, Universidad Pontificia Bolivariana. Maestrante en Historia de la Universidad Nacional.
Correo: ana.mesafr@amigo.edu.co
3 Director de la Revista Institucional. Doctorante en Filosofía, Universidad Pontificia Bolivariana.
Correos: fredy.fernandezma@amigo.edu.co revista@funlam.edu.co
Tradicionalmente, el papel ha sido el soporte del pensamiento y la dinamización de las ideas. Nuestra cultura se ha construido sobre la base de la palabra escrita y toda la producción intelectual de occidente descansa sobre dicho elemento, lo que nos hace pensar que su permanencia nunca perderá su lugar en la sociedad. Sin embargo, el paso del tiempo y la acelerada evolución de las comunicaciones, plantean nuevos retos frente a la manera de enfrentar la aventura de editar y distribuir nuestras publicaciones.
Es por lo anterior que, luego de 23 volúmenes impresos, el paso al espacio digital de la Revista de la Fundación Universitaria Luis Amigó se convierte en un hecho significativo, tanto para su editor, como para el equipo humano que le acompaña. El debate acerca de las bondades de los medios impresos, frente a la red, seguirá siendo, sin duda, una fuente de inagotables reflexiones. Las voces, tanto a favor como en contra, tendrán sus propios argumentos de fuerza; sin embargo, de lo que aquí se trata, es de reconfigurar un nuevo espacio para la comunicación, una nueva posibilidad para el debate, por medio de la interacción, que logre dinamizar las ideas, desde diversos ángulos.
A diferencia de Umberto Eco, creemos que, desde los lugares que posibilitan las computadoras y las redes sociales será posible seguir estimulando las necesidades intelectuales de lectores y escritores; desde una mirada optimista, creemos, como Stiegler, que como viajeros digitales de las letras, contribuiremos, día a día y página a página, a la construcción de una sociedad cada vez más democrática.
ARTICLES
ARTÍCULOS
Saramago: the cave as allegory of the market
SARAMAGO: LA CAVERNA COMO
ALEGORÍA DEL MERCADO
Marco Antonio Vélez Vélez4
4 Magister. Candidato a Doctor, U. de A. Docente Especialización en Gerencia de Servicios Sociales, Fundación Universitaria Luis Amigó. Profesor del Departamento de Sociología, Universidad de Antioquia. Correo electrónico: marco_vvg@yahoo.es
Resumen
La novela La caverna de José Saramago se nos presenta como una alegoría de la sociedad de mercado. Sobre la base de la distinción alegoría, el símbolo se construye una interpretación que le da sentido a la presencia de la caverna, en tanto escenario del relato, y lugar que pone en escena a la mercancía y su guiño ambiguo e integrador y destructor de formas de trabajo premodernas; campo propio de la fantasmagoría y del simulacro.
Palabras clave
Alegoría, símbolo, sociedad de mercado, centro, fantasmagoría, simulacro.
Abstract
Saramago´s novel the cave is an allegory of the market society. Regarding this allegory, the symbol becomes an interpretation in the presence within the cave, both as a set for the story and a place where goods are displayed in the ambiguous, integrative and destructive forms of the pre-modern work
Key words
Allegory, symbol, market society, center, phantasmagoria, simulation.
La estética romántica propició una clara distinción entre alegoría y símbolo, en torno a la que se elaboró todo un campo de reflexión en el cual se involucró la concepción del arte, del mito y, en general, de la producción mito-poética del hombre. Todorov (1981) nos muestra como de esta discusión participaron Goethe, Schelling, Schlegel, Hegel, Creuzer y Solger. Era de mayor importancia para la teoría del arte de los románticos dejar establecida dicha diferencia. Sin embargo, no vamos a seguir todos los momentos de la distinción romántica entre ambos conceptos, más bien optaremos por brindar la definición condensada de alegoría propuesta por dos de los autores citados, con el fin de usar dichas enunciados como instrumento de análisis sobre la obra de José Saramago, La Caverna, que reúne todas las potencias de la alegoría.
Alegoría, símbolo, fantasmagoría
Creuzer, citado por Todorov, distingue alegoría de símbolo señalando que
La diferencia entre ambas formas (símbolo y alegoría) debe situarse en lo instantáneo, rasgo ausente en la alegoría. Una idea se abre en el símbolo en un momento y por completo, y llega a todas las fuerzas de nuestra alma. Es un rayo que cae directamente desde el fondo oscuro del ser y del pensar hacia nuestra mirada y atraviesa nuestra naturaleza íntegra. La alegoría nos hace respetar y seguir la marcha del pensamiento oculto en la imagen. En un caso, la totalidad instantánea; en el otro, la progresión de una serie de momentos (Todorov, 1981, p. 279).
La alegoría en este caso se distingue por su referencia temporal, además por la exigencia de detención del pensamiento en la imagen.
Para Solger (1981), citado por Todorov, la diferencia entre ambos conceptos se sitúa en que: “la alegoría contiene lo mismo que el símbolo; sólo que en ella aprehendemos mejor el modo de obrar de la imagen, ya cumplido en el símbolo” (p. 306). Además, nos dice el mismo autor
El símbolo tiene la gran ventaja de figurarlo todo como una presencia sensible, pues condensa toda la idea en un punto de la manifestación (...). Pero la alegoría tiene ventajas infinitas para un pensamiento más profundo. Puede aprehender el objeto real como puro pensamiento sin perderlo como objeto (p. 307).
De nuevo diferencia entre la instantaneidad del símbolo y la detención pensante de la alegoría, la profundidad de esta última en el recorrido de la imagen.
El filósofo Alemán Walter Benjamín (2009) utilizó el concepto de alegoría en sus análisis sobre la París del siglo XIX; así, en el libro de Los pasajes se deja sentir toda la fuerza de la alegoría como instrumento de interpretación sobre la realidad. Renato Ortiz (2000), citando a Benjamín al respecto de dicho uso señala que: “no es difícil percibir que los pasajes tienen también, en diferentes anotaciones a lo largo del libro, un valor alegórico” (p. 97). Igualmente, avanzando sobre tesis de Benjamin, sostiene que
Una alegoría es, mientras tanto, algo abstracto; para comprenderla es necesario subordinar el análisis a elementos más concretos. Benjamín los encontrará en temas como: iluminación a gas, sistema ferroviario, pasajes, electricidad, fotografía, folletín, magasins de nouveautés, grands magasins, etc. Su elección de asuntos aparentemente dispares no es casual; constituyen objetos heurísticos que alegóricamente expresan una realidad. París se torna así un “mundo en miniatura” (pp. 99-100).
Estas citas y el preámbulo pretenden introducir una propuesta de análisis a la novela del Nobel portugués José Saramago (2001); decir que la obra La caverna es una alegoría de las sociedades de mercado es, en parte, reconocer aquello que el autor formula expresamente sobre su obra. No es una novedad saber que el autor portugués es un marxista confeso, en tiempos en que asumir dicha condición no da muchos réditos. También el autor ha planteado explícitamente como esta obra forma parte de una trilogía donde El ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres son los otros componentes de un análisis descarnado de la realidad de la modernidad tardía. Pero es en La caverna donde la crítica del tardo capitalismo es más vehemente y el recurso de la alegoría es un momento esencial de dicho proyecto de puesta en cuestión de la realidad de la sociedad de mercado. Así como en otro contexto y para denunciar la realidad social del capitalismo del siglo XIX, Walter Benjamín (2009) puso en juego las potencialidades de la alegoría como condensación del fenómeno de la fantasmagoría propia de la dinámica de la mercancía y en tanto rebasamiento del mero fetichismo mercantil, denunciado por Marx.
El soporte de la construcción de Saramago (2001) es el de la oposición entre un oficio en desaparición, la alfarería, representada por Cipriano Algor y su hija -personajes de la obra-, y la realidad omnímoda de la sociedad de mercado. El alfarero encarna los atributos del mundo artesanal precapitalista, es decir, el modo simple de la producción de mercancías, un fenómeno de otra época; la alfarería refleja los códigos de la artesanía y el trabajo concreto, casi artístico, del alfarero; eso es Cipriano Algor, un artista de los materiales y del barro en particular, en un tiempo donde lo artístico del producto queda en un segundo plano. Para el artesano, su obra es esencialmente un valor de uso ligado a su personalidad, a sus peculiaridades como sujeto, indisociable de sí mismo. Sin embargo, no es esta la realidad de la mercancía, ni la del mundo del mercado. En este último reinan la abstracción y la serialidad.
En principio, no hay obstáculos para que el artesano subsista en el mundo del mercado; el capitalismo es aquella forma de producción que condensa otras formas de producción y las recicla a todas según sus necesidades. El tardo capitalismo no ha abolido el mundo del artesano y su obra, por el contrario, puede integrarla al ciclo de lo folclórico, en tanta supervivencia necesaria de un tiempo ya ido; sin embargo, Saramago (2001) presenta en su novela la confrontación mundo de las mercancías-mundo artesanal en términos de una oposición radical. El primero excluye al segundo. En La caverna, “el centro”, entidad físico-metafísica, está en abierta disputa con el mundo artesanal y lucha por destruir, según una lógica implacable -porque es social y abstracta-, la existencia del mundo del artesanado: el mundo de Cipriano Algor, su hija Marta y su yerno Marcial Gacho.
La economía política del centro
Hay una pregunta que no deja de inquietar al lector ¿qué es “el centro” en la novela de Saramago? Decíamos, previamente, que era una entidad físico-metafísica. Es un lugar tan concreto como el centro comercial de una gran ciudad, pero es igualmente una realidad trascendente a todo lugar, es la mercancía misma como fantasmagoría, según la expresión de Benjamín (2009); el lugar que aloja las mercancías sufre las transformaciones que estas pasan. El centro comercial se convierte en la ciudad moderna en el templo de la mercancía, lugar donde se oficia su culto y donde el oficiante-consumidor se entrega a los ritos propiciatorios del mundo de los objetos que le rodean, que le hacen ambiguos guiños. Es el lugar de sus elecciones y del ejercicio de su libertad ilusoria.
El centro en Saramago es un lugar de exclusión-inclusión; exclusión de lo extraño al mundo de la mercancía en su serialidad; pretensión de inclusión de todas formas frente a lo que se le resiste. Si en el centro vemos una alegoría de la economía y la sociedad de mercado, sabemos que la dinámica de esa economía y esa sociedad es jugar a la inclusión frente a quien se aviene a las reglas y el excluir a quien se resiste a ellas; en este doble juego se ven atrapados Cipriano Algor, su hija y su yerno; el doble juego mencionado los pone en situación de decidir sobre su alternativa de inclusión, sobre la base de la conciencia aparente de ser su única opción vital.
El centro deja sin alternativas al alfarero; su única posibilidad parece ser la de integrarse a la vida artificial y fantasmagórica del centro. Cipriano Algor sufre la devaluación de su oficio en virtud de la dinámica modernizante del mercado; un oficio manual, una labor de demiurgo con el barro no se corresponde con las nuevas realidades tecnológicas del mercado. La labor sensible de las manos es reemplazada por la abstracción de la mercancía
La pasta está bien, húmeda y plástica, en su punto, fácil de trabajar, pero ahora preguntamos nosotros, cómo podrá estar tan seguro de lo que dice si sólo puso la palma de la mano encima, si sólo apretó y movió un poco de pasta entre el dedo pulgar y los dedos índice y corazón, como si, con ojos cerrados, todo él entregado al sentido interrogador del tacto, estuviese apreciando no una mezcla homogénea de arcilla roja, caolín, sílice y agua, sino la urdimbre y la trama de una seda. Lo más probable, como en uno de estos últimos días tuvimos ocasión de observar y proponer a consideración, es que lo saben sus dedos y no él (Saramago, 2001, p. 190).
El saber del alfarero es un saber de las manos, del ejercicio concreto de la sensibilidad y no solo el resultado de la acción del instrumento técnico.
En principio podríamos aseverar que el centro comercial moderno no excluye ningún tipo de trabajo como realización de potencialidades humanas; sin embargo, como tendencia, el trabajo artesanal como expresión del trabajo concreto humano es una inversión de excedentes de tiempo, con la promoción de productos que se salen del gusto codificado y escéptico de un consumidor cuyos deseos y necesidades sufren la anticipación por parte de la máquina productiva. En La caverna el centro es excluyente, delimita taxativamente el espacio de la mercancía frente al producto del artesano, no admite mediaciones, ni hibridaciones. Pero el centro margina el trabajo concreto a costa de integrar a la persona como sujeto y lograr asimilarlo a su proyecto fundamental. Cipriano Algor como persona puede formar parte del espejismo del centro, solo que a riesgo de dejar de ser quien es como sujeto soberano de la labor concreta artesanal; su integración no debe ser entendida en el contexto de la obra en términos del viejo concepto de alienación; el artesano es captado, pero no pasivamente, por el contrario, su estrategia es la de reconciliarse consigo como sujeto, sobre la base del desciframiento de aquello que el lugar sagrado de la mercancía representa.
La trascendencia del centro
No lo creo y por eso ya he sugerido que existían otras formas de concebir la trascendencia distinta del antiguo modelo de la revelación. Una “trascendencia en la inmanencia”, que debe entenderse en un doble sentido. Por una parte, desde un punto de vista subjetivo; así tras el rechazo de los argumentos de autoridad que caracteriza todo el pensamiento moderno, percibimos irrecusables trascendencias en el seno de nuestra conciencia: las de la verdad que se impone a nosotros, a veces indiscutiblemente, y también creo yo, las del bien, lo bello y el amor. Por otra parte, en sentido objetivo, como sugería a propósito de los desplazamientos de la idea de sacrificio: la trascendencia de los valores se sitúa actualmente dentro de la propia humanidad (Comte-Sponville & Ferry, 1999, p. 269).
Esta idea de trascendencia retomada de la discusión entre dos filósofos contemporáneos, nos permite ilustrar la señalada posición de eminencia del centro en La caverna. El centro es para Cipriano Algor y su familia un lugar donde se deciden sus destinos, en tanto es el sancta santorum de las mercancías; pero también eminente lugar donde se cristalizan todas sus aspiraciones de realización personal.
El centro decide para el alfarero la posible continuidad en su oficio, ya que allí se posee el secreto de las mercancías, se descifra la incógnita de su valor de cambio. Espacio profano-sagrado, auténtico templo de los objetos de consumo, es una moderna iglesia con sus rituales y oficiantes que dejan pender sus inefables decisiones sobre la marginalidad de los oficios
Ésta es la ocasión de proclamar que el Centro escribe derecho con renglones torcidos, si alguna vez tiene que quitar con una mano, con presteza acude a compensar con la otra. Si recuerdo bien, eso de los renglones torcidos y escribir derecho se decía de Dios, observó Cipriano Algor. En estos tiempos viene a ser prácticamente lo mismo, no exagero nada afirmando que el Centro, como perfecto distribuidor de bienes materiales y espirituales que es, acaba generando por sí mismo y en sí mismo, por pura necesidad, algo que, aunque esto pueda chocar a ciertas ortodoxias más sensibles, participa de la naturaleza de lo divino, También se distribuyen allí bienes espirituales, si, y no se puede imaginar hasta qué punto los detractores del Centro, por cierto cada vez menos numerosos y cada vez menos combativos, están absolutamente ciegos para el lado espiritual de nuestra actividad (Saramago, 2001, p. 378).
La trascendencia del centro es inmanente; en el espacio de la desacralización de la modernidad es uno de los únicos lugares donde aún se escenifica el ritual de las nuevas trascendencias, es aquel donde el destino concreto de los hombres asume los rigores del valor de cambio y del valor de cambio-signo (Perniola, 2009); el centro comercial de las megalópolis modernas es el espacio del ritual siempre recomenzado del individuo consumidor. Basta ver la proliferación de los centros comerciales en las ciudades de Norteamérica, algunos de ellos surgiendo en el vacío absoluto de compradores, palacios líquidos de un ritual no realizado, pero siempre disponible a su ejecución. En ellos se escenifica la pura virtualidad del comprador y su emergencia quiere mostrar cómo esta nueva trascendencia del consumo no puede tan fácilmente erradicarse de las prácticas de los hombres. Son como esos templos de viejas religiones cuyos dioses han sido olvidados, pero con evidencias materiales que aún podemos apreciar; sólo que el dios del consumo es un dios de promesas futuras, de promesas no siempre ciertas, pues la desventura de la compra del tiempo futuro asedia al comprador.
El grupo y el centro
Como en otra obra de Saramago, La balsa de piedra, en La caverna, la vida de un grupo en devenir configura el espacio de la acción. Son devenires diferenciales, ya que en la primera novela mencionada, el grupo construye su línea de fuga sobre el presupuesto de una catástrofe, la separación de la Península Ibérica del continente europeo. La catástrofe configura y define la realidad del grupo como colectivo que deshace sus rutinas y vaga sin futuro definido. En La caverna el grupo está bien situado, es un grupo familiar con roles claros, el padre, la hija, el yerno, el perro. Un elemento de catástrofe no deja de advenir al grupo así constituido. El Centro como espacio de absorción amenaza la existencia de los miembros del grupo familiar; en él existe el quinta columnista, es el yerno de Cipriano Algor, es la presencia viva del centro en el entorno familiar, es la superficie de proyección de las estrategias del centro, y estas últimas son la expresión de la trascendencia del centro frente al grupo, no son el producto consciente de una acción política calculada. El efecto es propiamente sistémico.
El grupo familiar percibe la amenaza de absorción por el espacio trascendente
Y ya que estamos hablando de tamaños, es curioso que cada vez que miro al Centro desde fuera tengo la impresión de que es mayor que la propia ciudad, es decir, el Centro está dentro de la ciudad, pero es mayor que la ciudad, siendo una parte es mayor que el todo, probablemente será porque es más alto que los edificios que lo cercan, más alto que cualquier edificio de la ciudad, probablemente porque desde el principio ha estado engullendo casas, plazas, barrios enteros. Marcial no respondió en seguida, el suegro acababa de dar expresión casi visual a la confusa sensación de perdimiento que se apoderaba de él cada vez que regresaba al Centro después del descanso, sobre todo durante las rondas nocturnas con la iluminación reducida, recorriendo las galerías desiertas, bajando y subiendo en los ascensores, como si vigilase la nada para que continuase siendo nada (2011, p. 380).
El centro gravita así sobre el grupo como una especie de agujero negro, como espacio de engullimiento, que los abisma frente a la nada y el sinsentido; la insensatez posible del espacio configurado por la mercancía, la sensación de vacío no dejará en paz a los miembros del grupo y será el soporte de su línea de fuga más allá del centro.
Sin embargo, un potencial integrante del grupo familiar es quien mostrará a Cipriano Algor una posibilidad de vida, en el momento en que en apariencia para él la vida ha terminado. Isaura Madruga representa la alternativa del amor frente a la abstracción del centro; el amor se transforma en salvación para el alfarero. Si el centro es solo el simulacro de la vida, puro juego de máscaras, el amor es la recuperación de la autenticidad en el seno de la seducción mercantil; el amor es salud y reconciliación en la simplicidad de la figura de Isaura; el centro es el simulacro y la mascarada. En las novelas de Saramago el amor tiene la elementalidad de un sentimiento espontáneo que nos permite rebasar las encrucijadas vitales, no es el amor erótico, tampoco el amor pasión, como en el caso de Cipriano Algor es más bien la reciprocidad de un sentimiento que nos sitúa por encima de la miseria cotidiana. Las parejas están allí cercanas, inmanentes, recíprocas en su afecto, el erotismo se presenta desvanecido, furtivo, casi agazapado o solo sugerido.
El grupo lo conforman el alfarero, representante del oficio que fenece; su hija, prolongación del oficio y soporte vital del padre alfarero; Marcial Gacho, el yerno, imagen del centro en el entorno familiar y esperanza de reivindicación del grupo en los dominios trascendentes del espacio mercantil. Isaura Madruga, la promesa de amor y redención para Cipriano. Y finalmente, el perro, encontrado, es su nombre, representa a diferencia del perro de otra novela de Saramago (1999), La balsa de piedra, una relación situada en los límites estrictos de la domesticidad; allí la animalidad no es la expresión de una forma de clarividencia superior como en la novela ya citada; por el contrario, acá la animalidad es solo espacio de servidumbre y de mansedumbre, aquella figura que los seres humanos esperan de una naturaleza animal definitivamente sometida y disponible en términos de utilidad. En los asépticos lugares y espacios del centro, la animalidad por más doméstica que sea no tiene entrada, allí pululan pececillos de colores en peceras, forma extrema de la animalidad como decorado.
El grupo familiar de La caverna se libera del centro, Saramago nos deja sentir la esperanza mediante dicha emancipación; la línea de fuga abierta por el grupo es el resultado de una certidumbre posterior al descubrimiento del secreto del centro; una iluminación súbita deja entrever las potencialidades del espacio de simulación que es el centro. En este aséptico lugar de la simulación y de la seducción yace un secreto, algo oculto a la mirada de todos, espacio de lo recóndito y de la “inquietante extrañeza”, es aquello cuya revelación portará las alternativas de liberación del grupo familiar y será el alfarero el depositario de la oportunidad de escapar por aquella fisura abierta en el agujero negro del simulacro mercantil.
La caverna en el centro y la inquietante extrañeza
¿Cuál es el lugar del espacio secreto en un campo de simulación? Es esta la pregunta que surge con el descubrimiento en el centro de la caverna; el espacio de la simulación es translucido, tiene todo el fulgor de la mercancía que seduce, que emite signos, que convoca al sujeto. Sabemos que la mercancía tiene un doblez, que es fantasmagórica. Ella es una entidad físico-metafísica, empírico-trascendente, la posibilidad del secreto y el desconocimiento se albergan en su seno, en su devenir; sabemos que el secreto de la mercancía es el hombre mismo, ese es el enigma siempre planteado y siempre resuelto en los dominios de la economía política del capital. ¿Esta es la iluminación que adviene al grupo familiar con el descubrimiento de la gruta en el centro? ¿Es este el develamiento esperado en el espacio de las máscaras y de la fantasmagoría? Al develamiento del secreto por el Centro a través de sus agentes, develamiento banal, simulado, anticipado como precesión de todos los secretos, opone Cipriano Algor su capacidad de desenmascaramiento
El secreto de la abeja no existe pero nosotros lo conocemos, no existe pero lo conocemos, lo conocemos, lo conocemos. Vio caer una máscara y percibió que detrás había otra exactamente igual, comprendía que las máscaras siguientes serían fatalmente idénticas a las que hubiesen caído (2001, p. 309).
Para el centro no hay secretos, él es en sí mismo el mayor secreto, la mayor cifra, la incógnita no develada, el algoritmo supremo, de allí su trascendencia frente al sujeto cotidiano; la economía política crítica pretendió poner en evidencia su fantasmagoría, pero en revancha la mercancía y el mercado han rebasado toda expectativa de liberación. Cipriano Algor tiene una esperanza y es la del desciframiento supremo del secreto que el centro alberga; dicha acción lleva en sí la promesa de su liberación como sujeto; aquello que la caverna le revela es su no videncia, o para decirlo en términos de los teóricos de sistemas: no vemos aquello que no vemos. Existe una forma de ceguera propia de la vivencia en el seno de la economía de mercado, es aquella que nos somete a no ver en el espacio de la simulación más rostro que aquel donde la mercancía es el simulacro de sí misma, es la máscara tras de todas las máscaras, la negación de la conformación del sí mismo como sujeto en el desconocimiento abisal de las posibilidades más propias de subjetivación.
La caverna en el centro es, sin embargo, para el grupo familiar de Cipriano Algor el lugar de una inquietante extrañeza; en ella el grupo reencuentra la verdad olvidada de sí mismo; en un instante de revelación Cipriano Algor se recupera de los efectos de seducción que el centro ha producido en él; una versión más clásica diría que se desaliena, solo que la ruptura con la alienación supone un trabajo sobre la conciencia del sujeto, exige una forma particular de educación. La iluminación súbita del alfarero y su grupo para romper con el hechizo del centro tiene más los caracteres de rebasamiento de la seducción a que han sido sometidos. La mercancía posmoderna seduce, no aliena, frente a ella no hay toma de conciencia, sino el instantáneo fulgor de una visibilidad que adviene y nos permite superar las falsas trascendencias. Es este el proceso vivido por Cipriano Algor con el descubrimiento del agujero negro del centro, la caverna como el centro del centro, es decir, espacio ideal del desciframiento de sí mismo, siempre que se tenga la fortaleza para soportar esa luz que encandila, con todo el peso de la evidencia del sí mismo que de enceguecido se transforma en vidente.
Esta videncia que nos confronta con nosotros mismos es una forma de vuelta a lo concreto del mundo, más allá de una espuria trascendencia; Cipriano Algor retorna del templo de las mercancías a los brazos del amor. Isaura Madruga, con la simplicidad y evidencia del amor, rescata al alfarero de las abstracciones y simulaciones del templo de las mercancías; así como, igualmente, Marcial Gacho, el típico personaje del centro, cuya trama se teje en torno a él, vence su sumisión y vuelve el mundo concreto del amor y el trabajo no simulado en compañía de Marta. El sol que ilumina no es el sol platónico de las ideas, es la más específica luz de la cotidianidad del esfuerzo y el amor humanos no ficcionalizados.
Conclusiones
Saramago nos lleva a interrogarnos en La Caverna, por la condición contemporánea de una humanidad abocada a la idolatría de la mercancía, en tanto nuevo referente de lo social. A la economía política del valor, clásica, se le anexa la economía política del signo, del símbolo y de la imagen. Es el totalitarismo del mercado el que hace presa en nosotros.
La ciudad es el espacio ampliado para escenificar esas cavernas que son los lugares donde el culto a la mercancía-signo posibilita la soberanía. Los centros comerciales cumplen el papel dejado en el vacío por los espacios tradicionales de lo sagrado. Benjamín (2009), a comienzos del siglo xx, magnificó el papel de los pasajes, espacialidad del valor, del guiño que la mercancía ejercía sobre el sujeto del capitalismo del siglo pasado. Hoy, el equivalente de los pasajes de Paris son los centros comerciales, escenarios de la espectacularización de lo mercantil.
El sujeto humano se abre a la fantasmagoría que la mercancía genera. Las mercancías signo ejercen de dobles para un sujeto fantasmático y en el límite zombificado. De allí que la figura del zombi representa el carácter de muerto-viviente del hombre y mujer del mercado y para el mercado. Muertos vivientes de una biopolítica que vampiriza al individuo que habita el centro, esos agujeros negros que son los lugares del consumo.
Referencias
Benjamín, W. (2009). La dialéctica en suspenso. Santiago: LOM ediciones.
Comte-Sponville, A. & Ferry, L. (1999). La sabiduría de los modernos. Barcelona: Península.
Ortiz, R. (2000). Modernidad y espacio. Santafé de Bogotá: Editorial Norma.
Perniola, M. (2009). La sociedad de los simulacros. Buenos Aires: Amorrortu.
Saramago, J. (1999). La balsa de piedra. Madrid: Alfaguara.
Saramago, J. (2001). La caverna. Madrid: Alfaguara.
Todorov, T. (1981). Teorías del símbolo. Venezuela: Monte Ávila Editores.
Literature and moral progress
LITERATURA Y PROGRESO MORAL
Jesús David Girado Sierra5
5 Magister en Filosofía y candidato al Doctorado en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Docente de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Correo: davidgirado@gmail.com
El surgimiento de la cultura de los derechos humanos parece no deberle nada al incremento del conocimiento moral, sino a la práctica de escuchar historias tristes y sentimentales.
Rorty, Derechos Humanos, Racionalidad y Sentimentalismo.
Resumen
Para Richard Rorty la filosofía tradicional ha estado reducida a debates metafísicos, teológicos y epistemológicos, ocupada en una inútil búsqueda de la objetividad y la verdad absoluta; en este sentido, la literatura ha resultado ser mucho más útil para lograr la solidaridad, el progreso moral y el mejoramiento de nuestras prácticas sociales, debido a que logra de manera más efectiva manipular (modelar) los sentimientos, al tiempo que nos permite ponernos en el lugar de las personas (aunque sean ficcionales) en situación de humillación, dolor o exclusión, de tal forma que podamos redescribir y reevaluar nuestras prácticas sociales, con el fin de ser mejores.
Palabras clave
Pragmatismo, filosofía, literatura, progreso moral, objetividad, solidaridad.
Abstract
For Richard Rorty traditional philosophy has been reduced to metaphysical, epistemological and theological debates, engaged in a futile search for objectivity and absolute truth. In this sense, literature has proved to be much more useful to achieve solidarity, moral progress and the improvement of our social practices, because it manages to manipulate in a more effective way (modeling) feelings; while allowing us to place ourselves in the place of people (even fictional) in a situation of humiliation, pain or exclusion, so we can re-describe and reassess our social practices, in order to be better.
Key words
Pragmatism, philosophy, literature, moral progress, objectivity, solidarity.
De acuerdo con el pragmatismo, la filosofía se ha preocupado desde sus inicios entre los helenos por la búsqueda de las esencias, cuya aprehensión garantizaba el conocimiento verdadero; la realización de dicha empresa la podemos ver en los intentos platónicos de sustraerse a la temporalidad, así como frente al proyecto kantiano de hallar condiciones a-históricas de la posibilidad de fenómenos temporales. Por indagar y pretender encontrar lo que se denominó la verdad o las condiciones de posibilidad para el conocimiento de esta -fuera de los fenómenos mismos, de la historia y de las condiciones reales-, los filósofos han terminado por dar una imagen no solo poco atractiva de la filosofía, sino, y lo que es peor, la han hecho ver como una actividad inútil; en palabras de un neopragmatista como Rorty, “[los filósofos] después de haber renunciado a la esperanza de alcanzar el conocimiento eterno comenzaron a proyectar imágenes en el futuro” (Suárez, 2002, p.13).
Tal vez sea hora de que la filosofía abdique de hacer interpretaciones emancipadoras del mundo, de proyectarlo hacia un futuro con ideales realizables y establecidos a-histórica o meta-históricamente, y se dedique a pensar en las reales necesidades de quienes la reclaman como actividad útil para la vida. No se trata de abandonar o asesinar la filosofía (crítica errónea que le han hecho al pragmatismo), se trata de corregir su camino, de transformarla, empezando por reorientar su tarea, reevaluando el objeto y la forma de sus preguntas, de donde se desprende indudablemente su utilidad o inutilidad.
Así, la pregunta por lo que es la filosofía y, por tanto, el interés por poner de manifiesto su utilidad e inutilidad, ha sido uno de los asuntos de los que se han ocupado pragmatistas clásicos como John Dewey y William James, y neopragmatistas como Bernstein, Rorty y Shusterman. En este escrito se abordará de manera sucinta, en la medida en que se constituye en una aproximación, la perspectiva de Richard Rorty sobre la reorientación pragmática de la filosofía en cuanto equiparable a la literatura para efectos de lograr el objetivo más relevante: el progreso moral por vía de la solidaridad.
¿Qué podemos hacer para ser mejores? Esa es la cuestión
El pragmatismo deja claro que es hora de pasar de la pregunta por la esencia o la naturaleza humana al interrogante: ¿qué podemos hacer por nosotros mismos para ser mejores? Dicho cuestionamiento nos lleva inexorablemente a repensarnos, a redescribirnos como seres-producto de contingencias naturales e históricas, pero lo más importante, nos mueve a dar el paso hacia la responsabilidad con nosotros y con los que no están en el “círculo del nosotros”; y desde luego en el ámbito filosófico representa un paso de la metafísica y la epistemología a los proyectos ético-estético-políticos. En esta medida, las características principales de lo que se denomina el pragmatismo clásico, retomado por un neo pragmatista como Rorty, serán,
1. La crítica al fundacionalismo: que consiste en una directa invitación a abandonar la distinción griega entre apariencia y esencia, entre opinión y verdad; en este sentido es preciso reconocer que estamos en un mundo sin esencias, o mejor, son estas el resultado de la imaginación griega-platónica. La imagen platónica de la verdad y el destino humano de su búsqueda perenne hacen creer que había una realidad objetiva entendida, como en el caso kantiano, como una realidad intrínseca, un en-sí, o en cualquier caso, como una realidad a-histórica, a la que debíamos acercarnos para rechazar la ilusión, las apariencias, el error, la maldad o el pecado. De esta manera, los argumentos sobre la naturaleza o sobre la “esencia” humana, que tanto eco han hecho en el pensamiento occidental, son objeto de cierto desenmascaramiento -iniciado por Nietzsche- de lo que Richard Bernstein (1983, p. 199) denomina el “afán platónico”. Así, lo que se deriva de esta primera crítica al fundacionalismo es el rechazo a la idea de una estructura de la existencia que sirve de referencia moral, como también a la pregunta por lo intrínsecamente o esencialmente humano; es decir, como no hay esencias, y lo único que realmente existe en el mundo humano son relaciones contingentes, no es posible hablar de lo “humano” de manera unívoca y como categoría universal. No hay algo inmodificable llamado “lo humano”. “La palabra ‘humano’ nombra un proyecto impreciso pero prometedor, no una esencia” (Rorty, 1997, p. 50). De manera más precisa, el filósofo norteamericano señalará
Los seres humanos no tienen una naturaleza, no existe naturaleza alguna de la existencia humana. Simplemente existen los diversos modos en que los seres humanos se reunieron formando una sociedad y establecieron sus propias tradiciones. Algunas de estas tradiciones hicieron mucho más felices a los seres humanos; otras los hicieron mucho más infelices (Rorty, 2009, p. 38).
2. El rescate de la contingencia: en cuanto que después de Darwin, Nietzsche y todos los señalamientos hechos por los historiadores y los antropólogos, resulta para el pragmatismo ridículo que siga pensando el desarrollo de los seres humanos fuera de las circunstancias biológicas, históricas y culturales. John Dewey (1938) vio en el rescate de la contingencia y, por tanto, en el rechazo de determinaciones metafísicas, una manera de comprender mejor la plasticidad y adaptabilidad de las ideas y el comportamiento humano a las circunstancias; en este sentido, el lenguaje, las ideas y las conductas humanas son herramientas de adaptación que favorecen al mejoramiento del individuo mismo con respecto a sus circunstancias. Por tanto
Creían [los pragmatistas clásicos] que las ideas no están ‘ahí’ esperando ser descubiertas, sino que éstas son herramientas -como los tenedores, los cuchillos y los microchips- que los individuos crean para hacer frente al mundo en que se encuentran. Creían que las ideas no se desarrollan según cierta lógica interna, sino que son absolutamente dependientes, como los gérmenes, de sus portadores humanos y del ambiente; y creían que como las ideas son respuestas provisionales a circunstancias particulares e irreproducibles, su supervivencia no depende de su inmutabilidad sino de su adaptabilidad (Menand, 2001, p. 13).
3. La preferencia por la democracia: el rescate de la contingencia conducirá a los pragmatistas a considerar la democracia como el mejor estilo de vida que han logrado algunas sociedades hasta el momento, dado que permite no solo la igualdad y libertad de expresión, sino el reconocimiento de la falibilidad de todos los argumentos, siempre propensos a ser replanteados en busca de una mayor utilidad para describir y persuadir. Esta no solo es producto de las contingencias históricas que nos han hecho capaces de reconocer lo que nos causa dolor y lo que nos produce placer, sino que permite ella misma, contrario a la imposición del determinismo de los totalitarismos, el desarrollo del libre juego de los acuerdos intersubjetivos con miras a lograr progresos morales.
Ahora bien, en vista de que no existe eso que en la tradición filosófica ontoteológica se ha llamado naturaleza o esencia humana, o en caso de que existiera, la preocupación por conocerla no tiene efecto ninguno en el cambio de nuestras intuiciones morales; en otras palabras, de nada le sirve a un racista o a un homofóbico saber que existe una idea de bien a la que se resiste y una condición racional que se niega a aceptar, pero que lo hace “igual” a los demás.
De esta manera, la ambición del pragmático es alcanzar, no la esencia humana, sino una utopía, al estilo de la imaginada por la Ilustración, cuyo origen recae en el atrevimiento de idear una sociedad mejor, o sea, menos cruel, más inclusiva y con mayores libertades, y en vista de que el medio más efectivo para lograrla que hemos concebido en Occidente hasta este momento de nuestra historia es la democracia, es preciso reconocer que el conocimiento de un fundamento ahistórico o trascendente de esta, no motiva su respeto y, por tanto, no ayuda a que nuestras acciones sean más benévolas; por el contrario, puede ser este un peligroso argumento metafísico para iniciar una inquisición.
Por esta razón, un pragmático como Rorty (1998) considera que la democracia y la denominada cultura de los Derechos Humanos, no es un logro del conocimiento de una supuesta naturaleza humana o de un fundamento transcultural, sino que es el resultado de una acertada revisión del pasado para detectar actos de crueldad, de discriminación y, por ende, de anulación de la libertad, además de ser la consecuencia de atrevernos a imaginar una sociedad mejor. La herramienta que usamos entonces para llegar a este estilo de vida, propenso aún a mejorar, fue en menor medida la razón, en gran medida el sentimiento; no tanto los argumentos abstractos de la filosofía, cuanto la ampliación de la capacidad de imaginación moral, las narraciones literarias que nos han hecho más sensibles al profundizar nuestra comprensión de las diferencias entre las personas, de la diversidad de sus necesidades, acercándonos a su dolor y humillación. Señala Rorty
Nosotros los pragmáticos argumentamos partiendo del hecho de que el surgimiento de la cultura de los derechos humanos parece no deberle nada al incremento del conocimiento moral, sino a la práctica de escuchar historias tristes y sentimentales; llegamos así a la conclusión de que probablemente no existe conocimiento alguno de la clase que Platón concibió. Y pensamos que, dado que al parecer no se logra nada útil insistiendo en afirmar que la naturaleza humana es ahistórica, probablemente no exista tal naturaleza, o al menos no haya nada en ella que tenga influencia sobre nuestras elecciones morales (1998, p. 172).
De acuerdo con esto, es preciso disponer nuestras reflexiones no al conocimiento de la esencia humana, sino a la esperanza en un mundo mejor. Esperanza en una utopía hacia la que avanzamos por medio de la conservación de intuiciones morales como las que dieron lugar a una forma de vida como la democrática.
Mientras filósofos como Platón, Tomás de Aquino y Kant invitaron al conocimiento de nuestra naturaleza para lograr la comprensión y persecución del “sentido de la obligación moral”, reduciéndonos a lo meramente racional, el pragmatismo nos lleva a reconocer la relevancia que adquieren, en las narraciones literarias, la compasión, la amistad, el amor, la confianza o la solidaridad social, para la construcción de una sociedad mejor. El pragmatista cree que se logra ser mejor moralmente cuando surte efecto la manipulación de los sentimientos, a partir de una correcta educación sentimental. “El objetivo de esta suerte de manipulación del sentimiento es ampliar la referencia de las expresiones gente de nuestra clase y gente como nosotros” (Rorty, 1998, p. 176).
Literatura y Progreso Moral
El pragmatismo ha logrado mostrar que la filosofía y la literatura no pueden ser excluidas del desarrollo de las actividades humanas, por tanto es inaceptable que filosofía sea reducida, como pretendieron los neopositivistas, a ser simple revisora de los procedimientos de la ciencia, y que la literatura sea subvalorada como simple entretenimiento sin efecto alguno en las prácticas sociales. Con el pragmatismo es imposible ya pensar la filosofía y la literatura fuera de la cultura.
En este sentido, ha sido interesante la apertura del pragmatismo que ha hecho Rorty a ámbitos no concebidos, como los efectos de la literatura en las modificaciones de nuestros hábitos de acción, revaluando desde allí a la filosofía misma al integrar la ética y la política. En sus obras (véase, por ejemplo, Contingencia, ironía y solidaridad, 2001) es posible ver las características antes mencionadas del pragmatismo clásico, así como las concepciones neopragmáticas sobre la búsqueda de un sentido estético de la existencia; y en diálogo con las actuales tendencias filosóficas que se constituyen en un resurgir del estoicismo y del epicureísmo (y en general del ideal griego de “vida buena”), rescata una filosofía que mejore la vida, dándole a la literatura un papel bastante importante en ese lograr en el plano privado los ideales de “vida buena”, no sin dejar de conseguir hacernos más solidarios para mejorar nuestras relaciones con los demás.
Rorty (1998), una vez construye una férrea crítica al esencialismo como argumento fundacionalista de una supuesta naturaleza humana o estructura moral, subraya la importancia de comprendernos como seres envueltos en las distintas contingencias, como seres-resultado, como seres proyecto y no como encarnadores de una esencia; por tanto, la tarea de vivir consiste en hacer-nos a nosotros mismos en el plano privado, sin descuidar el ámbito público, el cual nos posibilita el disfrute de una vida íntima. La vía que propone Rorty para crearnos o hacernos es la redescripción estética autoenriquecedora, lograda a través de la literatura, la cual se constituye en un medio efectivo para conseguir un progreso moral por medio de un reconocimiento de nuestras contingencias y de una manipulación de los sentimientos.
Ahora bien, el pragmatista está convencido de su contribución a la pérdida de la atractiva imagen objetiva de la filosofía, es decir, su imagen de camino y pregunta por la verdad, de búsqueda de ideas que fundamenten y den sentido a los acontecimientos de la historia; y frente a la pregunta ¿desde dónde podría seguir hablando del carácter objetivo y la validez universal de la filosofía? Rorty (1996) invita a fijarse en la inutilidad de ver la objetividad desde una perspectiva esencialista, ahistórica y universalista, independiente de los distintos juegos de lenguaje que se dan en los diversos contextos culturales; es preciso reconocer que eso que llamamos “objetividad” es producto de acuerdos intersubjetivos que se dan al interior de las comunidades a las que pertenecemos. Así, la ciencia, la filosofía y la literatura no son más que distintas versiones, no acerca del mundo, sino acerca de las interpretaciones de este, son distintos juegos del lenguaje frente a los cuales resulta ridícula una jerarquización y valoración con el propósito de desprestigiar.
El pensador neoyorkino nos lleva a dar el paso de la referencia a la objetividad con validez universal, al reconocimiento de los criterios de cada juego del lenguaje desarrollado por cada comunidad con una validez limitada a su contexto. En ese horizonte, es preciso entender la ciencia, la filosofía, la literatura y los saberes tradicionales, como juegos del lenguaje que solo logran tener sentido dentro de la consolidación de las prácticas de cada comunidad. En todo caso, mediante la literatura se logran redescribir las prácticas sociales, con el objetivo de reconocer actos de crueldad, humillación y dolor, pero también se consigue imaginar mejores condiciones de libertad, variedad y crecimiento; así, la tarea es expandir el círculo del “nosotros”, reconociendo diferencias entre “nosotros” y otras personas, entre nuestro modo de vida y el de otros.
Llegar entonces a concebir a los demás seres humanos como “uno de nosotros”, y no como “ellos”, depende de una tarea descriptiva detallada de cómo son las personas que desconocemos y de una redescripción de cómo somos nosotros o de qué tan crueles o compasivos podemos llegar a ser; para esto, el informe periodístico, la etnografía, el cine y, sobre todo, la novela, son de gran ayuda.
Conclusiones
Para un pragmatista como Rorty (1996) la literatura es un medio que posibilita la educación sentimental, a través de lo cual conseguimos el progreso moral; él cree que gracias a relatos que han despertado nuestra sensibilidad ante las situaciones de los otros, no solo hemos llegado a ser lo que somos, sino que en estos reside la clave para ser mucho mejores. La literatura posibilita, para efectos de una manipulación de los sentimientos y el progreso moral, el reconocimiento de gente diversa que tiene modos de vida distintos, asunto que la filosofía ha ignorado por su afán de universalización
La filosofía moral ha ignorado sistemáticamente un caso mucho más común: el de la persona cuyo trato con una franja bastante estrecha de bípedos implumes es moralmente impecable, pero que permanece indiferente ante el sufrimiento de los que no entran en esa franja, aquellos que considera pseudo-humanos (Rorty, 1998, p. 177).
Sirve de poco señalar a quienes asumen actitudes crueles y discriminatorias, que tienen en común la racionalidad con aquellos que son objeto de sus acciones. Muchos de quienes caen en estos actos están completamente conscientes de esto, al punto de que precisan que eso sea así para que la víctima asimile la humillación y el sufrimiento a la que se le somete.
En otras palabras, a los terroristas, racistas, homofóbicos o machistas, les sirve de poco saber que las víctimas de sus abusos son personas racionales que no tienen importancia sino dignidad, y que no son medios, sino fines en sí mismos; básicamente porque todo lo que importa para los victimarios es que esas personas sujetas a abusos, no cuentan dentro del círculo de sus prójimos; por tanto, son seres humanos de segunda categoría o pseudo-humanos. Es por esto que Rorty (1996) insiste en que de lo que se trata es de obtener una efectiva manipulación de los sentimientos, es decir, educarlos para que se logre, no obedecer el sentido de obligación moral, sino la compasión suficiente para llegar a ser solidarios con aquellos que no son como “nosotros”, pero a los cuales podemos incluir en el “círculo del nosotros”. Todo esto no es otra cosa que un progreso de los sentimientos, para efectos de un progreso moral, y la manera más efectiva que tenemos de lograrlo son la literatura y el cine.
Se trata entonces de llevar acabo un progreso de los sentimientos a partir de una ampliación de nuestra simpatía hacia los demás, acrecentando cada vez más nuestra capacidad para reconocer que las similitudes que tenemos con los otros superan las diferencias. Sin embargo, dichas semejanzas no consisten en que compartimos un yo verdadero con el cual encarnamos a la humanidad, se trata más bien de pequeños parecidos que pueden consistir en que se comparten gustos, proyectos, valores familiares o sentimientos hacia la amistad.
En definitiva, las historias que nos ponen en contacto con un sentimiento de empatía frente a los otros y nos hacen ampliar el círculo del “nosotros”, han jugado un papel más importante que los mandatos o imperativos morales. Es decir, somos genuinamente benévolos o más solidarios con los que no son como “nosotros” solo en cuanto logramos una simpatía6 con su situación de dolor y humillación, y cuando nos atrevemos a reconocer similitudes, por muy superficiales que sean.
6 Es posible reconocer que Rorty piensa en este caso la simpatía desde la concepción desarrollada por David Hume en su obra Sobre el sentimiento moral (2012).
No se logra desarrollar vínculos de solidaridad con los otros elaborando teorías sobre el bien o reconociendo una esencia o naturaleza común, sino siendo capaces de sentir su historia, sus circunstancias, su realidad. Siendo capaces de simpatizar con la narrativa en que se convierte la vida del otro. Es esta la forma más efectiva y sincera de ser mejores, logrando el progreso de los sentimientos.
Referencias
Bernstein, R. (1983). Beyond objetivism and relativism: science, hermeneutics, and praxis. Philadelphia: University of Pensylvania Press.
Dewey, J. (1882-1898). The Early Works (EW), 5 vols. Editadas por Jo Ann Boydston. Carbondale: Southern Illinois University Press.
Dewey, J. (1899-1924). The Middle Works (MW), 15 vols. Editadas por Jo Ann Boydston. Carbondale: Southern Illinois University Press.
Dewey, J. (1925-1953). The Later Works (LW), 16 vols. Editadas por Jo Ann Boydston. Carbondale: Southern Illinois University Press.
Hume, D. (2012). Obra completa. Biblioteca de Grandes Pensadores. José Luis Tasset. ed. Madrid: Editorial Gredos.
Menand, L. (2001). El club de los metafísicos: historia de las ideas de América. (Trad. A. Bonnano). Barcelona: Destino.
Rorty, R. (1996). Contingencia, ironía y solidaridad. Barcelona: Ed. Paidós.
Rorty, R. (1997). ¿Esperanza o Conocimiento? Una introducción al pragmatismo. Buenos Aires: FCE.
Rorty, R. (1998). Truth and Progress. Cambridge: Cambridge University Press.
Rorty, R. (2009). Una ética para laicos. Buenos Aires: Katz.
Smith, A. (1997). La teoría de los sentimientos morales. Madrid, Alianza.
Imagining a knowledge about the soul with maría zambrano
IMAGINANDO CON MARÍA ZAMBRANO
UN SABER SOBRE EL ALMA
Nicolasa María Durán Palacio7
7 Mag. Psicología. Candidata a Doctora en Filosofía UPB. Docente Tiempo Completo Facultad de Psicología y Ciencias Sociales. Fundación Universitaria Luis Amigó. Medellín. Correos: nicolasa.duranpa@amigo.edu.co nimadupa@gmail.com
La vida no es más que un apasionado diálogo entre el mundo y el alma. Y el mundo se nos había perdido, se fue quedando frío, distante, infinitamente lejano, tanto que su presencia corpórea ofendía sólo a nuestro ensueño de ángeles, imponiéndonos una resistencia (…); así era el mundo al que abrimos nuestros primeros ojos conscientes; mundo lejano por definición, por ausente de sí mismo.
María Zambrano. La razón en la sombra. Antología crítica.
Resumen
La autora de este artículo presenta un esbozo del saber de reconciliación en la filosofía occidental, propuesto por la filósofa María Zambrano, para quien la lógica de la racionalidad moderna introdujo en el mundo una tragedia de escisión que ha hecho padecer al hombre su existencia. La pensador a Malagueña asume su tarea filosófica como re-creación de un necesario saber reconciliado, que aviene emoción y razón, imagen y razón, poesía y filosofía en la comprensión de la existencia humana. Se trata de la configuración de un pensamiento reflejante de la vida y el pathos humano; un pensamiento que se reconduzca por los caminos concretos de la existencia sensible que reconoce sus pasiones, realidades oscuras del alma.
Palabras clave
Alma humana, razón, imagen, pathos, poesía.
Abstract
The author of this article presents an outline of the knowledge of reconciliation in Western philosophy, proposed by the philosopher María Zambrano, for whom the logic of modern rationality introduced the tragedy of division into the world, which brought suffering into the existence of Man. The Malaga-based thinker takes this philosophical task as a re-creation of a need to know reconciled, which becomes emotion and reason, image and reason, poetry and philosophy in the understanding of human existence. It is reflective thinking of life and human configuration of pathos; a thought that is a very concrete road to the sensitive existence that recognizes their passions, the dark realities of the soul.
Key words
Human Soul, reason, image, pathos, poetry.
En su filosofar, María Zambrano se propone un saber de reconciliación ante la tragedia de las lógicas escindidas de occidente, iniciada con el cambio del ritmo del pensamiento en el discurso del método y las meditaciones cartesianas, y agudizada con la aparición del racionalismo europeo, en su forma idealista, especialmente con Hegel. Con este último la razón de occidente se ensoberbeció y con ella la filosofía, hasta el punto de no admitir más verdad que la que ella misma consigue con sus propios métodos e instrumentos. Empero, la vida misma se rebela ante el dominio totalitario de la razón, y se revela a través de otros cauces, de otras formas de pensamiento.
Para Zambrano (1987), se hace filosofía para aclarar nuestra vida, para realizarnos y llevar a cabo nuestro sueño para encontrar la verdad. Porque
Cada época se justifica ante la historia por el encuentro de una verdad que alcanza claridad en ella. ¿Cuál será nuestra verdad? ¿Cuál nuestra manifestación?” Las verdades tienen sus precursores que han pagado en alguna cárcel de olvido el delito de haber visto desde lejos (Zambrano, 1987, p. 21).
El camino que emprende María, es la senda hacia los parajes de los enigmas, de los oráculos, de las confesiones, de la verdad semivelada. En este camino emprendido, va mostrando la configuración de un pensamiento que expresa la vida, a partir de la conjunción entre razón y corazón, imagen y razón, filosofía y poesía. Ella elabora así un método asistemático que busca promover una comprensión del ser humano desde la vida. Se trata de reconducir el pensamiento a lo concreto de la existencia, reconociendo esas realidades oscuras del alma. En este sentido, el pensamiento de la filósofa opta por crear y recrear el alma desde lo que no se le ha permitido revelar, en este caso su sentir, sus pasiones, la vida concreta del ser humano no solo se constituye desde el saber de la mera razón, sino también desde el saber del alma que se siente atraído por la luz de la razón y al que la razón debe serle fiel en su diafanidad.
En este ensayo me propongo transitar con María Zambrano por los valles del alma, intentando saber sobre ella, sus peculiaridades, sus discurso y la forma privilegiada de sus palabras. Es cada apartado un rito de iniciación a la imaginación de ese delicado saber sobre el alma, tan hondamente necesitado para Zambrano.
¿De qué hablamos cuando hablamos del alma?
Aunque se pueda hablar “sobre” o “acerca” del alma, ella es por su misma naturaleza dei ambigui, los conocimientos que tenemos de ella son todavía bastante incompletos, y puede que permanezcan así… Ella intuye que su tiempo adolece de un saber que la razón no conocía todavía, que la razón posee instrumentos y métodos para acercarse a las cosas, pero no para acercarse a la realidad del alma
Pero nuestra mirada recorre el ciclo de cultura que nos es familiar, buscando algún saber acerca de la graciosa, adulada y abandonada <<psique>>, y lo primero que se echa de ver es el carácter fragmentario y como falto de apoyo de lo que se ha dicho (excepto tal vez Aristóteles y Spinoza) sobre tan grave y peligroso asunto. O, por el contrario, una sobrada arquitectura, una rigidez proveniente de haberse ido a ese saber desde unos a priori éticos o religiosos (desde luego, mucho más fecundos y flexibles estos últimos). O sobra de arquitectura, de supuestos, o falta de firmeza y de última claridad en lo aprehendido. (Zambrano 1987, Pp. 28-29).
Las definiciones apuntan a decir lo que algo es y señalan dónde ese algo está separado de lo que no es, excluyendo lo que no le es pertinente. La definición en lo relacionado con el alma, al fijarla demasiado, produce desazón. Las declaraciones son más apropiadas para la lógica y la ciencia natural, donde deben observarse una serie de estrictas convenciones sobre los términos, y donde las definiciones están al servicio de un sistema cerrado. El alma no es un sistema, mucho menos cerrada, sin embargo, es compleja; al alma le es más provechosa la imaginería, porque lo que de ella sabemos llega de manera intempestiva e inmediata. Al parecer de Zambrano, “Pocas veces se ha dado este milagro de agilidad de la mente, que es tratar adecuadamente al alma, fabricar una red propia para atrapar la huidiza realidad de la <<psique>>”. (Zambrano, 1987. P. 29). Por eso cuando se habla del alma se hace de manera imaginal8, y, las formas como se conversa de ella son metafóricas. Por eso, Zambrano aprehende la imagen de la mariposa, diciendo, “La mariposa, en unos casos se muere, en otros casos se escapa” (Zambrano, 1987 P. 29).
La huidiza psique, esa hermosa y graciosa muchacha no tiene definición. Ella sola sale a buscar su expresión. Como dice la antigua fábula recogida por Apuleyo9, esta psique era una bellísima muchacha, triste, inclinada al suicidio y bastante inexperta, sumamente ingenua en el trato con sus hermanas y las otras diosas. Experiencialmente el alma se revela, sobre todo, allí donde la nuestra conciencia es débil y vulnerable, donde la vida está en crisis, orientada hacia lo interno, hacia lo inferior, el inframundo o los ínferos del infierno. Al decir de Zambrano (1987).
8 Lo imaginal es el dialecto de la imagen, es la forma privilegiada de hablar de la imagen que no es un mero reflejo de un objeto o una percepción, tampoco es un recuerdo ni una imagen derivada. Imagen es un término del uso poético, propiamente una figura fantasiosa o una imagen de la fantasía; por eso cuando hablamos imaginalmente, hablamos poéticamente, siempre estamos hablando desde la metáfora-raíz de la fantasía.
9 Lucio Apuleyo. La metamorfosis o el asno de oro. Novela. Colección Universal. Traducción latina atribuida a Diego López Cortegana en 1500. Libro V, Caps. I – IV. Traducción española, introducción y notas de Lisardo Rubio Fernández. 1978. Primera edición. Editorial Gredos: Madrid.
La crisis muestra las entrañas de la vida humana, el desamparo del hombre que se ha quedado sin asidero, sin punto de referencia; de una vida que no fluye hacia meta alguna y que no encuentra justificación. Entonces en medio de tanta desdicha, los que vivimos en crisis tengamos, tal vez, el privilegio de poder ver más claramente, como puesta al descubierto por sí misma, y no por nosotros, por revelación y por descubrimiento, la vida humana; nuestra vida. Es la experiencia peculiar de la crisis. (P. 102).
El alma se sirve de una serie de imágenes, figuras arquetípicas y oníricas femeninas predilectas: Ninfas, ménades, amazonas, nereidas, entre otras. En las formas divinas más numinosas y articuladas de Perséfone, Coré, Afrodita, Artemisa, Hebe o Atenea; todas estas imágenes revelan el carácter y las predilecciones del alma. En los sueños el alma aparece encerrada, bajo el agua, “incapaz de salir”; puede ser tan mágica e incomprensible como los presagios mismos; puede también tomar la apariencia de un niña en el umbral de la pubertad, y otras veces puede tomar la forma de un paisaje mítico en donde hadas y animales fantásticos deambulan entre una vegetación que permanece todavía oculta a la percepción humana. La dificultad de estos términos deriva de que no son auténticos conceptos, son más bien símbolos que evocan significados pertenecientes a un ámbito distinto del delimitado por las definiciones. El alma despierta resonancias con las experiencias del cuerpo, sensuales, emocionales y sin una única forma precisa, como lo es también la vida. De ahí la insistencia de María Zambrano en la mirada, en el oír, en el sentir
Los sentidos, es decir, lo que a nosotros llega a través de ellos, se recortan sobre un cierto fondo. Un dato sensorial supone y lleva consigo todo un mundo, quizás el mundo todo. Más de una cierta manera. Un sentido es un camino hacia la realidad, una vía de acceso a ella. Lo cual sucede, sin duda, porque la realidad es inagotable. Y porque hemos perdido, si alguna vez lo tuvimos, el contacto inmediato con lo real en sí mismo (1970, p. 112- 113).
El lenguaje del alma es la fantasía, el “bricoleur”, el Collage. El modo de proceder del alma, es el aspecto de los sueños, ensueños, pintura, poesía, y, como diría ella, quizá…delirio. Estamos cada vez más urgidos de un saber delicado acerca del alma, un orden de nuestro interior; ese saber hondamente necesitado para nuestra autora. Una forma de saber fiel a lo que ve, vive, a la pasión; un conocer de los sentidos, en donde no hay conceptos sin experiencia. Un modo de ver y acercarse a las cosas con calma, con tiempo, con quietud. Una manera de aprehender, de mirar y de mirarse.
Al saber sobre el alma hacemos alma
Desde el punto de vista del alma, para saber sobre ella nunca podemos salir del valle de nuestra realidad psíquica. Todo lo que tiene que ver con el alma tiene que ser cuidadosamente imaginado, lo más fielmente que podamos, porque ella construye espontáneamente sus símbolos, su vida de fantasía. El alma exige una forma de saber asistemático, que se vincule más con el logos, con el poetizar imaginario. J. Keats (1816), uno de los más sobresalientes poetas románticos, expresó: “llama al mundo, si quieres, el valle de hacer alma. Entonces descubrirás el mundo”. Keats (citado por Hillman, 2000. P. 348). De la misma manera, que para Zambrano, la vida no era más que un apasionado diálogo entre el mundo y el alma (Zambrano, 2004, p. 72), lo que supone una inextricable imbricación entre alma y mundo, un di-álogos en el que alternativamente ambos expresan su modo explícito de ser y decirse.
La filósofa española recupera este di-álogos en el que es posible la unión en la distinción. Ni el mundo es la única realidad del hombre, ni lo es el alma tampoco. Tal recuperación implica la denuncia de una de los mayores pathos de la cultura moderna de occidente, a saber, el haber arrojado de sí al ser total del hombre, cuidándose sólo de su pensamiento. Desde el descubrimiento del hombre como res cogitans, a ciencias que no eran filosofía. (Zambrano, 1987, p. 24).
Separar y contrastar es el pathos del odio, de “Eris” o de “polemos” padre de todo, al decir de Heráclito. El apego a los discernimientos, a las diferencias a las ideas claras y distintas, constituye la superbia de la razón, lo que equivale a decir que la soberbia de la razón es soberbia de la filosofía. Con la lectura del discurso del método y de las meditaciones cartesianas, María Zambrano sintió que el ritmo del pensamiento cambió, y con el racionalismo europeo, en su forma idealista, especialmente con el hegeliano, sintió que el pensamiento degeneró en soberbia, en soberbia de la razón10. Esta superbia hirió de muerte la cultura de occidente, hasta tal punto que durante mucho tiempo el pensamiento occidental no percibió su propio dolor, negó su herida engendrando su propia decadencia, la polarización de su pensamiento, su anquilosamiento y su esterilidad, ya denunciada por Nietzsche, Dilthey, Ortega y Gasset, entre otros.
10 Zambrano, María. La soberbia de la razón. Ciclo de conferencias pronunciadas en la Casa de España. México. Biblioteca Virtual Universal Miguel de Cervantes. 2003. P.8
María Zambrano se decidió a pensar la vida del pensamiento, a pensar la vida del pensar, haciendo visible el problema de la expresión filosófica, la cuestión de los géneros literarios propios del pensamiento filosófico, y, en esta revisión descubre la rica diversidad de las formas del pensamiento. Para ella, cada una de estas formas del pensar tiene su “tiempo” y su “ritmo”, sus propios cauces. Poesía y filosofía son dos razones del cosmos, distintos puntos de vista. El filósofo y el poeta representan dos maneras de ver las cosas, dos formas de mirar, que sin embargo, confluyen en la palabra, acción creadora e iluminadora. La filosofía intentando responder a la pregunta por el ser de las cosas, y la poesía iluminando el daimón interior.
En todo su filosofar, María Zambrano muestra la soñada reconciliación entre filosofía y poesía, entre razón y pasión, la unión de lo racional con lo emocional
La pasión sola ahuyenta a la verdad, que es susceptible y ágil para evadirse de sus zarpas. La sola razón no acierta a sorprender la caza. Pero pasión y razón unidas, la razón disparándose con ímpetu apasionado para frenar en el punto justo, puede recoger sin menoscabo a la verdad desnuda (Zambrano, 1987. p, 22).
No obstante, ante el reconocimiento de la filosofía y de la poesía como dos formas de razón, María Zambrano (1987) insiste en la existencia de un orden del corazón, desconocido todavía por la razón filosófica, pese a que alguna vez intentó conocerlas, y que en el arte romántico naturaleza y alma se unieron, María muestra cómo aún el alma misma resultaba incomprendida, abandonada de la luz de la razón, sin sitio en la filosofía, y, “la naturaleza resultaba ser, para este hombre romántico, sólo el espejo donde podía ver reflejada su alma (…) …Una naturaleza de la que sólo podía hablar poéticamente con terror, casi con espanto” (Zambrano, 1987. P. 26). Recorriendo los caminos del pensar, nuestra autora devela que desde distintas formas de pensamiento, el hombre se ha aventurado a levantar los velos que encubren el oculto orden de su alma (Zambrano, 1987. P. 28). Desde la poesía, el arte, las religiones, hasta la filosofía, ella, resalta primordialmente las búsquedas de B. Pascal, B. Spinoza, M. Scheler, queriendo alumbrar los asuntos profundos del alma con la luz de la razón
Y es que no siendo el alma la realidad única del hombre, el saber acerca de ello necesita estar encajado dentro de otro más amplio y radical saber, como la nave de un edificio necesita estar apoyada en la mecánica del edificio entero.
Pero este saber más amplio, dentro del cual puede permitirse el florecimiento del delicado saber acerca de las cosas del alma, no podía ser un saber cualquiera, una filosofía cualquiera. Era necesario una idea del hombre íntegro y una idea de la razón íntegra también (…).
Era necesario topar con esta nueva revelación de la razón a cuya aurora asistimos como Razón de toda la vida del hombre. Dentro de ella vislumbramos que sí va a ser posible este saber tan hondamente necesitado. El cauce que esta verdad abre va a permitir y hasta requerir que el fluir de la <<psique>> corra por él. Tal es nuestra esperanza (Zambrano, 1987, pp. 29-30)
Esta esperanza de la que habla Zambrano es la Razón Poética. Esta nueva y paradojal forma del pensamiento profundo, de la filosofía de las profundidades, diría, revela un nuevo modo de inteligencia. Razón abierta, contemplativa, sintiente, entrañable, creadora, religada, fantástica y afable. Ella hace posible un nuevo horizonte para el alma: la aurora. La preocupación de nuestra autora por el saber sobre el alma, es el apremio por lo invisible, una realidad que está en los sueños, en nuestras intuiciones, la curiosidad por aquello que “nos visita en la penumbra del ser y del no ser, del saber y no saber” (Zambrano, 1987. P. 14), y no sabemos clasificarlo. La razón poética es un pensamiento que intenta dar a luz lo que yace oscuro en su innata oscuridad, pero no quiere iluminar con una luz clara y distinta, sino un albor que deje ser, que permita la revelación, la propia manera de hacerse visible lo que habita en la invisibilidad. Sólo así, de esta manera, y tal vez no de otra todavía, hacemos alma.
Del dis-cursus del alma o de las palabras del alma
El curso, el camino de la psique se hace desde las profundidades del inframundo hasta la alborada. Ella, la hermosa psique es la que sale a nuestro encuentro en los momentos más inesperados, ella irrumpe, conmueve. Su lengua es mítica, metafórica, ambigua, evocativa y minuciosa. Toma la forma de la cosa de la que habla, se posesiona de aquel a quien habla, y se convierte en su daimón. El discurso del alma está hecho de confesiones, de epístolas, de cuentos, de historias, sueños, fantasías y de intuiciones. Es un discurso siempre evocador, suscitador, que al hablar, crea alma. Habla de y a través de estados del ánimo: de tristeza y desesperación, de rabia, de miedo, de pánico y angustia. Este lenguaje es, al mismo tiempo, culto e inculto, refinado y natural. Se provee de símiles corpóreos, que alcanzan el “cuerpo imaginal” y hablan de él, esto es, de los movimientos del alma. Es un discurso vivo en el que la palabra misma vive, no es una simple descripción de un estado psíquico, escrupulosamente definido, sino libremente imaginado.
El alma se experiencia como una fuerza viviente que tiene una localización física, y las antiguas palabras que la denominaban en griego, latín o en la lengua germánica estaban cargadas de fuerza emotiva. En el pensamiento griego, alma y cuerpo eran generalmente indivisibles, hasta platón. Las personas no podemos hablar del alma sin trae a colación ideas relacionadas con nuestro cuerpo, con el amor, con los valores, con la vida y con la muerte. Sus metáforas son vivas y emocionales. La confusión y el dolor del alma precisan de palabras, de imágenes que reflejen esas condiciones a través de la imaginación. El alma para saberse, para revelarse toma el rostro de las metáforas, del ritmo de la poética y del tiempo. María Zambrano comprendió la servidumbre de la metáfora al saber del alma
Por una metáfora se ha solido entender una forma imprecisa de pensamiento. Dentro de la poesía se le ha cedido, especialmente desde Valery, todo su valor. Pero la metáfora ha desempeñado en la cultura una función más honda, y anterior, que está en la raíz de la metáfora usada en la poesía. Es la función de definir una realidad inabarcable por la razón, pero propicia para ser captada de otro modo. Y es también la supervivencia de algo anterior al pensamiento, huella en un tiempo sagrado, una forma de continuidad con tiempos y mentalidades ya idas, cosa tan necesaria en una cultura tan racionalista (1987. p. 60).
Sin embargo, a pesar de la preferencia de la psique por las ambigüedades, a diferencia de María Zambrano, me inclino a pensar que el saber del alma no es una forma de pensamiento impreciso. Las imágenes, formas que la psique asume, produce son precisas, por eso extraer un saber de ellas, requiere una dedicación refinada, cuidadosa y una mirada atenta, fiel. Ya decía la misma Zambrano (1987), que el saber sobre el alma es un saber delicado. La precisión de la psique expresa su atracción por la razón; esta atracción se expresa en la creación artística, en el procedimiento de los rituales, en los detalles de los cuentos y en las minuciosidades de las recetas de los brebajes fantásticos. Esta precisión pone de relieve el atento cuidado – la piedad – que nos produce lo que sentimos, hacemos y decimos. Cabe aclarar, que esta precisión de la psique no es una definición intelectual porque nunca pierde de vista los aspectos paradójicos, lo que le permite mantener la ambigüedad inherente a todo símbolo. La precisión de la psique deriva de la fidelidad de la fantasía a la vida anímica, a la cual la razón debe mostrar su diafanidad.
Una de las metáforas más antiguas, es la del corazón, imagen que tiene su propia visión, vida secreta, su propia música y hasta sus propias razones. A esta metáfora maría Zambrano dedica uno de sus escritos sobre los géneros literarios
La presencia del corazón en su metáfora, tan antigua, responde a su contradictoria naturaleza en Ia que los contrarios se manifiestan en su extremosidad. Para captar algo de lo que esta metáfora contiene se hace necesario ante todo dejarla que por sí misma se despliegue, ya que una metáfora es siempre una condensación de significaciones y aún de sentidos contradictorios, que no es posible reducir a un concepto (Zambrano, 2001. P. 145).
Las metáforas son nuestros instrumentos psíquicos primarios, la vía regia hacia el conocimiento siempre actualizante, inacabado, inagotado sobre el alma. La metáfora al decir de Zambrano (2001) es el modo de contener, de encerrar sin reducir ni abstraer nada, en unidad. La metáfora es imagen lingüística en la poesía y la música visual en la pintura y la escultura, que contiene específicos ecos y resonancias históricas, amén de su propia cultura. Por eso la idea de la rectificación del lenguaje propuesta por el nominalismo, ocasionó la destrucción de la diversidad de las formas lingüísticas y la exclusión de la vida misma. Gran parte de la “enfermedad” de occidente, no es sino la propia enfermedad de la que adolece el discurso de la razón instrumental, un discurso sin cuerpo y sin alma.
Conclusiones:
Saber abierto y sin terminaciones
Este saber sobre el alma no nos permite conclusiones, aún la mente humana no ha sido lo suficiente mente ágil para atrapar a huidiza psique. Pretender obtener un saber concluyente sobre el alma, sería traicionar nuestra propia alma, engendrar un no vivir, que no es lo mismo que estar muerto. Sería un retorno a la misma tragedia de la petrificación de la razón de occidente.
No obstante hemos logrado imaginar un saber sobre el alma, siempre abierto e inagotado, con la humildad necesaria de quien es consciente de la dependencia y limitación del saber humano. Asumimos con María Zambrano la humildad intelectual compañera indispensable de todo descubridor. Es necesario proteger nuestras formas del pensamiento de la superbia2 de la razón, amiga íntima de la acedia3. La razón poética es análoga al proceder de la vida misma, abierta a las paradojas, pese a su recorrido a través de un cauce. La razón poética se rinde ante la vida misma y le rinde culto en medio del asombro y la perplejidad de la visita de lo inesperado. La razón poética es un modo hacer alma para saber sobre ella, es un scire conunctio4 y scientia Alchemy5 formas privilegiadas en las que el alma busca su expresión atraída por la lux ratio6.
Descubramos el alma allí donde ella sola busca su expresión. Descubramos aquellas formas que ella misma elija libremente confesar, aprovechando nuestra soledad y abandono.
Referencias
Apuleyo, L. (1978). La metamorfosis o el asno de oro. Novela. Colección Universal. Traducción atribuida a Diego López Cortegana (1500). Traducción española Lisardo Rubio Fernández, 1978. Editorial Gredos: Madrid.
Hilman, J. (2000). El mito del análisis. Madrid: Siruela.
Zambrano, M. (1970). Entre el ver y el escuchar. En: Revista Educación. No. 30, Puerto Rico. Año1970.
Zambrano, M (1987). Hacia un saber sobre el alma. Obras reunidas. Madrid: Alianza editorial.
Zambrano, M. (2004). La razón en la sombra. Antología crítica. Edición de Moreno Sanz Jesús. España: Siruela.
Ward, A. John Keats. (1816). Autor citado por Hilmann, J (2000) en su texto: El mito del análisis. España: Siruela.
Fear as a marketing strategy among life and accidents insurances
EL MIEDO COMO ESTRATEGIA DE MARKETING EN LOS SEGUROS
DE VIDA Y DE ACCIDENTES
Sonia Cogollo Ospina16
16 Magíster en Literatura Colombiana. Especialista en Gerencia Integral. Psicóloga Universidad de Antioquia. Docente de la Fundación Universitaria Luis Amigó y de la Universidad de Antioquia. Correos: sonia.cogolloos@amigo.edu.co sonata_cog@yahoo.com
Resumen
Con la construcción de las sociedades del miedo, inseguras, se tiene el terreno abonado para el mercadeo de productos que busquen satisfacer la necesidad de protección, de seguridad. Este artículo se propone mostrar, con el caso de los seguros de vida y de accidentes, cómo el miedo se constituye hoy en una estrategia de marketing altamente efectiva al apelar a los temores primordiales del ser humano.
Palabras clave
Marketing, Miedo, Psicología del consumidor, Seguridad, Seguros de vida y de accidentes.
Abstract
With the building of Fears’ Societies, insecure societies, it has the fertilized land for the merchandising of products that search to satisfy the protection need, the security need. This paper propose to show, with the life and accidents’ insurances’ case, how fear constitues today a highly effective marketing’s strategy when they appeal to primordial fears of human being.
Key words
Marketing, Fear, Consumer’s psychology, Security, Llife and accidents’ insurance.
El marketing pretende la satisfacción de necesidades y deseos de los consumidores para obtener utilidades (Peter & Olson, 2006). En ese sentido, el comportamiento del consumidor, entendido como “la interacción dinámica de los afectos y cognición, comportamiento, y el ambiente, mediante la cual los seres humanos llevan a cabo los aspectos de intercambio comercial de su vida” (American Marketing Association, citada por Peter & Olson, 2006, p. 5) es el eje para la elaboración de las estrategias de marketing de las compañías.
Una estrategia de marketing muy interesante desde el aspecto psicológico ha sido la emprendida por las compañías de seguros, pues apelan al miedo esencial y constitutivo en el ser humano: el de la muerte y sus implicaciones en los deudos, logrando que este temor sea un móvil de consumo de seguros ofertados con una publicidad bastante sugestiva y sutil, así como con argumentos contundentes que apuntan en dos vías: la cognición y la emoción, influyendo en el modo de pensar y de actuar de los consumidores (Kotler & Armstrong, 2004) que consideran necesarios e indispensables estos productos para que su familia esté a salvo –económicamente- de cualquier eventualidad.
Una cita ineludible es la que se tiene con la muerte. Esa muerte temida, que llega sin previo aviso, que deja a una familia sin su padre, que impacta porque se lleva a una persona joven igual que a una anciana, que recuerda la fragilidad de la existencia y la insignificancia del ser humano, que lo obliga a ser humilde y reconocer que no tiene dominio sobre todo, por más dinero y poder que tenga, esa misma es una de las principales impulsoras de un mercado altamente lucrativo: los seguros de vida que, por cierto, tienen toda la razón para llamarse así porque trabajan con lo único “seguro” que tiene el ser humano: la finitud, el pasajero devenir por el mundo.
Según la etapa de la vida, el momento en que alguien se encuentre, y la forma misma de su ocurrencia, la muerte adquiere un significado y toma el tinte de un temor diferente. Por ejemplo, ante su posibilidad de ocurrencia en la niñez, quienes más se preocupan son los padres. En un adolescente, el fenómeno de la muerte es susceptible de evocar aprensiones por no poder realizar sus metas, pero por su juventud, podría pensar que es improbable que suceda. El asunto funciona diferente para los adultos: conscientes de sus responsabilidades y de las personas que dependen de ellos, la probabilidad de morir es una amenaza permanente a lo que han logrado construir: una familia, su nivel socio-económico, sus bienes, un estatus profesional. Precisamente es a este público al que más va dirigida la publicidad de seguros de vida; constituye el segmento de mercado más vulnerable al miedo al deceso, más sugestionable con argumentos tocantes a la amenaza del futuro de su progenie en caso de que acaezca, y con imágenes sensibleras o impactantes recuerdan esa posibilidad siempre latente y apuntan específicamente a reforzar las aprensiones que despierta.
¿Pero es que se puede hablar de seguro de vida cuando lo único seguro17 en la vida es la muerte? ¿No es contradictorio el nombre mismo o acaso pueden prolongar la vida a cambio de unos pesos? La explotación del miedo se ha vuelto un incentivo no solo para los gobernantes permanecer en el poder, sino también para el marketing (Bauman, 2007). ¿Qué pide la sociedad hoy? Protección, seguridad. En ese afán de protección y de seguridad, paradójicamente son muchos los que han caído presas de un sentimiento de inseguridad, de zozobra en la que se sienten especialmente débiles y vulnerables. Conviene además reforzar esos miedos a través de campañas publicitarias que inciten a tener el consuelo de que al menos la familia no sufrirá dificultades económicas con la propia ausencia, ser previsivos frente al futuro.
17 “Lo único seguro en la vida es la muerte” es una expresión popular que se aprovecha aquí para hacer un juego significante.
Una campaña adelantada en Colombia entre el 2008 y el 2010 resultó altamente impactante en cuanto al título mismo que le pusieron: “La lotería de la vida”. Fue producto de la unión de las compañías de seguros (Fasecolda: Federación de Aseguradores Colombianos) para “fomentar la cultura del seguro en Colombia y contribuir así a dar protección a los ciudadanos ante sucesos inesperados” (Junguito, 2008, p. 20). Así, implementaron una campaña bastante impresionante, que se difundió en televisión, radio e internet. Como rezó un artículo en Portafolio: “La ‘lotería de la vida’ (…) es aquella que jugamos todos los días y que nadie se quiere ganar, y es el ciudadano quien decide de manera responsable cómo la quiere jugar, con seguro o sin seguro” (p. 22).
Más agresivo aún fue el slogan que tuvieron durante el año 2010: “Jugar sin seguro siempre te cuesta más”. Asociaron así dos miedos: el económico y lo imprevisible, generando la ilusión de que adquiriendo un seguro se tenía un futuro más certero, más controlable.
Se pudo observar cómo los asesores de marketing se sirvieron de los medios de comunicación para hacer promoción a través de lo que supuestamente eran noticias. De manera que aprovecharon sucesos como la muerte del rey del pop para promover el miedo a no poder cubrir los gastos de un funeral y titularon la información publicada en Portafolio así: “Casi 1.670 millones de pesos costó el funeral de Michael Jackson”. Y el lead de la “noticia” reza de la siguiente manera
Basta con hacer un recorrido por diferentes páginas de internet para darse cuenta que la muerte puede llegar en cualquier momento o lugar, y que los costos que trae pueden llevar a la ‘quiebra’ o al serio endeudamiento de una familia (11 de febrero de 2010).
Ante ese encabezado, el hipotético pensamiento del consumidor de clase media puede ser del tipo: “si le quedó difícil a la familia del rey del pop que por más arruinado que estuviera, no podría jamás compararse a uno que escasamente tiene… ¿qué no podría sucederle a uno? ¿En qué aprietos podría uno meterse?”.
Entonces hicieron pasar por noticia algo que simplemente les sirvió para asustar, para inquietar al público en un tema de especial sensibilidad: lo económico. Pero esto no solo sucedió en un periódico dedicado exclusivamente a la economía y los negocios como Portafolio, sino también en los noticieros de televisión. El 14 de abril de 2010 en Noticias RCN del mediodía transmitieron un segmento que, no obstante tener una anotación que dura fracciones de segundo advirtiendo que se trataba de una nota patrocinada, por la forma en que lo hicieron, se percibió como una noticia: “Solo un 8% de la población está amparada por pólizas para el hogar”, esto a propósito de la tragedia de una familia cuya casa se resquebrajó.
Pruebas de esta potente estrategia de marketing también se pudieron hallar en las actas de Fasecolda. En el soporte de la reunión de la Dirección de Comunicaciones y Mercadeo en la que uno de los puntos a tratar fue el mercadeo social de La Lotería de la Vida, se manifiesta lo siguiente
Aunque el desempeño de la estrategia en la primera etapa del 2009 ha sido sobresaliente, Massive sugirió al comité las siguientes recomendaciones, dado que la parrilla de programación ha sufrido considerables cambios, especialmente con salida y entrada de nuevos programas:
• Aumentar la participación de noticias en RCN.
• Debido a que la concentración de audiencia en la franja prime es del 40% se recomienda aumentar la estrategia o la pauta en novelas que pertenecen a esta franja en el Canal Caracol.
• El ahorro de 7 millones generado por las bajas tarifas en RCN Televisión invertirlo en CM& para lograr mayor cobertura.
• Mantener la propuesta social de RCN, pues están en las franjas en las que mejor desempeño tiene la audiencia DAY y EARLY. El aporte va en comunicación, no solo en TRP’S.
Una vez presentadas estas recomendaciones, la Asamblea sugirió evaluar si la participación en CM& sí ayudaría a soportar la estrategia y si esta solución es la más correcta, además se pidió evaluar si el target de este canal es al que está dirigido nuestra campaña (Fasecolda, 12 de mayo de 2009).
Estaba claro, que una forma de penetrar en el mercado era hacer pautas publicitarias disfrazadas de noticias en su objetivo de “fomentar la cultura del seguro en Colombia”. Un objetivo que debían cumplir a toda costa, a juzgar por la siguiente acta, la número 17 realizada por la misma Dirección y en la que consta un apartado sobre “Avances en Caracol Social y RCN Social”
Con RCN Social, se realizarán 22 crónicas testimoniales “crónicas de la lotería de la vida” de temas específicos sobre seguros acompañados por especialistas en el tema. Se elaborarán 4 crónicas por semana y su registro será enviado a cada uno de los miembros del comité.
(…) En cuanto a CARACOL SOCIAL, el lunes 6 de julio, FASECOLDA y MASSIVE sostendrán una reunión para definir de que [sic] manera la estrategia Lotería de la Vida se incorporará en algunos espacios los cuales permitirán colocar el tema en la agenda pública desde el punto de vista social, generando espacios de sensibilización sobre los riesgos y el afrontamiento de estos de manera responsable para la segunda etapa (Fasecolda, 17 de junio de 2009).
De modo que no solo incursionaron con noticias, sino con crónicas, con testimonios de las personas que habían sido víctimas de infortunios, de terremotos, de accidentes, en fin, de las vicisitudes y contingencias de la vida, que no se pueden controlar y que los seguros siempre contemplan entre sus pólizas.
Bien asesoradas sobre cómo impactar al consumidor desde lo emocional y con sus argumentos, así como con la estética misma de sus comerciales y pautas publicitarias, las compañías aseguradoras utilizaron excelentemente los colores, incluso en las palabras. Así, en la página web de la Lotería de la vida usaron como convenciones el color rojo para los riesgos, el azul para lo tranquilo, lo seguro. El ítem de riesgos lo subdividieron en tres secciones: 1) ¿Qué es un riesgo?, 2) ¿Cómo pueden afectarte los riesgos?, 3) ¿Qué pasaría si…? En cada subsección aparecían en rojo aquellas palabras más sugestivas para su propósito de vender seguros. Por ejemplo, en ¿Qué es un riesgo? respondían resaltando en rojo las palabras que mayor temor causan al pensar en las contingencias de la vida, de la siguiente manera: “Un riesgo es la posibilidad de pérdida o daño, donde la probabilidad se hace en un momento inesperado. Es en este momento que la Lotería de la Vida empieza a jugar y todos estamos expuestos” (La lotería de la vida, 2010). A continuación le apuntaban a los argumentos racionales en ¿Cómo pueden afectarte los riesgos?
Muchas personas creen tener el control, pero situaciones inesperadas pueden poner en riesgo tu estabilidad.
Cuando entiendes los riesgos a los que estás expuesto puedes anticiparte y prevenirlos, para que las consecuencias sean mínimas y tu vida pueda seguir adelante en las mejores condiciones.
Muchas cosas podrían pasar, es momento de conocer los seguros que te protegen.
(La lotería de la vida, 2010).
Perfectamente se pueden extraer las palabras en rojo y captar el mensaje, que si bien parte de razones racionales, tiene como argumento principal el miedo a la incertidumbre, al azar, a lo incontrolable.
Para terminar de convencer al consumidor apuntaban a la parte más emotiva, la que proporcionaba la clave para el éxito, la concerniente a los afectos, a la posibilidad de que algo siniestro le ocurra a los seres o cosas queridas, por ejemplo
Para asimilar mejor los riesgos, debes reflexionar sobre qué pasaría en ciertos momentos de tu vida.
Piensa en qué harías si…
•Tu pareja se lesiona en un accidente y no puede trabajar durante dos meses…
•Tu hijo tiene una enfermedad grave y debe hospitalizarse…
•Un incendio destruye tu negocio...
•Una inundación destruye tu casa…
•Si como jefe del hogar pierdes tu trabajo…
•Los ladrones hurtan tus pertenencias y ahorros…
•Una sequía destruye los cultivos de los que vive una familia…
•Un accidente destruye el taxi, la única fuente de ingresos del hogar
•Una madre, quien es jefe de hogar, fallece…
Muchas cosas podrían pasar, es momento de conocer los seguros que te protegen.
(La lotería de la vida, 2010).
En agosto del 2011, Fasecolda realizó la tercera etapa de esta campaña sin precedentes en el país denominada Lotería de la Vida 2011 y tuvo como slogan “jugar con seguro es más seguro”. La idea era penetrar en los diversos medios, incluidas en esta ocasión las redes sociales de Facebook, Twitter y Youtube. El argumento que daba en los medios la Directora de Comunicaciones y Mercadeo del gremio asegurador, Ingrid Vergara, era que, cuando existen los seguros las personas no se empobrecen al momento de sufrir una tragedia. Son un indicador del desarrollo de un país y un instrumento para la reducción de la pobreza, evitando así un desequilibrio en la economía. De cara a un siniestro o una calamidad, el seguro garantiza no tener que empezar nuevamente de cero (Fasecolda, 2011).
Nuevamente, el viernes 30 de agosto de 2013 refuerzan la campaña con un especial sobre los seguros en el diario El Espectador, donde Fasecolda da a conocer el amplio portafolio para la tranquilidad de los colombianos que incluye accidentes, hogar, estudio, pymes, además de la novedosa estrategia de los microseguros que tienen como mercado objetivo a las personas de escasos recursos económicos para que puedan enfrentar las calamidades (El Espectador, viernes 30 de agosto de 2013, pp. 22-27). Allí remiten a una página web creada para educar a las personas respecto a los riesgos y los seguros que pretenden hacerles frente: http://www.vivasegurofasecolda.com/.
Se trata entonces de una potente estrategia de mercadeo que lleva ya varios años y está logrando un cambio cultural: el de la previsión, donde ya no existe la excusa económica para no adquirir seguros. Han penetrado en los distintos sectores y han amparado diversos riesgos propios del solo hecho de estar vivo, convirtiéndolos en altos dividendos económicos para estas compañías aseguradoras, a partir de la vulnerabilidad temida y recordada mediante estas campañas.
Este fenómeno de mercadeo no ha sucedido únicamente en Colombia. Ha sido una estrategia generalizada entre las compañías de seguros del mundo: hacer comerciales altamente impactantes, emotivos, que conmueven y a la vez invitan a pensar en el miedo a perder a un ser querido, a faltarle a los hijos, a la pareja. Thai Life Insurance es una aseguradora tailandesa que tiene unos hermosos comerciales para televisión que cumplen con estas características. Su frase más impresionante, extraída de uno de ellos, es: “Tal vez nos hacemos las preguntas equivocadas y la correcta es ¿Para quién vivimos?”, con la que busca llegar a los padres para que piensen en que su razón de vivir son los hijos, estos al fin y al cabo, “son la prolongación de la existencia”, como bien lo dice la tradicional canción El camino de la vida de Héctor Ochoa. En otro de sus comerciales, apelan a la relación paterno-filial, y pretende infundir conciencia en los padres de que, en un segundo, todo puede terminar y es mejor no tener que arrepentirse por no compartir suficiente tiempo con los hijos.
Para la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, AMIS, su slogan es: “nada es seguro, tu seguro sí”. El futuro se aprovecha en el presente por las compañías de seguros para recalcar la incertidumbre. Nada genera mayor temor que lo incierto, lo desconocido, sobre lo que no se tiene control.
Ahora bien, si lo importante es tratar de prever las posibles tragedias futuras, ¿cuántos seguros se tendrían que tomar? Seguro por desempleo, por accidente laboral, accidente de tránsito, para los estudios superiores, contra incendios, el hogar, de vida, y se podría hacer una lista sin fin, basados en cada uno de los temores que se tienen y que las compañías que los detectan han sabido explotar para lucrarse. Realmente, aunque Fasecolda reporta que en Colombia no hay una cultura previsiva –entiéndase por consumidora de seguros– son muchos los seguros obligatorios por ley: SOAT (Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito), seguro de salud, gracias a la Ley 100 (Sistema de Seguridad Social Integral), contra riesgos profesionales; las urbanizaciones deben adquirir un seguro contra incendios y demás siniestros; si se compra un carro es preciso asegurarlo; es necesario pagar mensualmente un seguro a la funeraria para impedir que en un momento dado no haya cómo enterrar a un ser querido en caso de fallecimiento.
Efectivamente, son muchas las vicisitudes a las que como humanos nos enfrentamos, sin embargo, es posible caer en el pánico cuando el miedo es lo que se deja primar y cuando este es infundido desde los mensajes de diversos medios de comunicación con claros propósitos lucrativos. Tal vez lo más difícil en la vida sea encontrar un punto de equilibrio, un justo medio (Aristóteles, 2003)18 entre el vivir, tomando algunas precauciones, sin permitir que estas se conviertan en una obsesión, al término de paralizar o de llevar a un consumo exagerado de seguros o, incluso, a dejar de asumir riesgos, lo que supondría una postura cobarde ante la vida.
Es claro que una fuente segura de rentabilidad es escudriñar qué otros miedos se pueden evidenciar para poder ofertar una póliza más, que mine el temor a lo incierto. Pero es importante considerar que algo más racional es aprender a aceptar que la vida está llena de vicisitudes, de riesgos, de problemas que nos retan, que en lugar de frenar la ruta de la vida porque existen, deben convertirse en motor impulsor para la acción, para aprovechar la existencia. Ser conscientes de que “la vida es un ratico”19 como dice Juanes (2007, #5), en lugar de paralizar, de atemorizar por lo futuro, puede posibilitar el vivir a conciencia, disfrutar de los pequeños detalles, de lo cotidiano, no sentir lo cotidiano como una rutina, sino como ese instante que tenemos para tomar fotos o hacer memoria de la belleza de los paisajes, de la encantadora compañía de los amigos, del compartir con la pareja.
18 En la Ética a Nicómaco lo define así: “llamo el medio de la cosa, el que igualmente dista de los dos extremos, el cual en todas las cosas es de una misma manera; pero el medio en respecto de nosotros es aquello que ni excede ni falta de lo que conviene” (Cap. VI).
19 Esta canción que le da el título al cuarto álbum de Juanes, en su coro repite:
“No dejemos que [el amor] se nos acabe que todavía hay muchas cosas por hacer.
No dejemos que se nos acabe que la vida es un ratico, un ratico nada más.
No dejemos que se nos acabe que vienen tiempos buenos y los malos ya se van, se van, se van.”
Para ello se puede citar la anécdota que refiere Freud (1916) en su texto sobre “La transitoriedad”
Hace algún tiempo, en compañía de un amigo taciturno y de un poeta joven, pero ya famoso, salí de paseo, en verano, por una riente campiña. El poeta admiraba la hermosura de la naturaleza que nos circundaba, pero sin regocijarse con ella. Lo preocupaba la idea de que toda esa belleza estaba destinada a desaparecer, que en el invierno moriría, como toda belleza humana y todo lo hermoso y lo noble que los hombres crearon o podrían crear. Todo eso que de lo contrario habría amado y admirado le parecía carente de valor por la transitoriedad a que estaba condenado.
Yo no me decidí a poner en duda la universal transitoriedad ni a exigir una excepción en favor de lo hermoso y lo perfecto. Pero le discutí al poeta pesimista que la transitoriedad de lo bello conllevara su desvalorización.
¡Al contrario, un aumento del valor! El valor de la transitoriedad es el de la escasez en el tiempo. La restricción en la posibilidad del goce lo torna más apreciable. (…) Si acaso llegara un tiempo en que las imágenes y las estatuas que hoy admiramos se destruyeran, o en que nos sucediera un género humano que ya no comprendiese más las obras de nuestros artistas y pensadores, o aun una época geológica en que todo lo vivo cesase sobre la Tierra el valor de todo eso bello y perfecto estaría determinado únicamente por su significación para nuestra vida sensitiva; no hace falta que la sobreviva y es, por tanto, independiente de la duración absoluta (pp. 309-310).
Conclusión
Freud (1916) lo aclara, es justamente la posibilidad de morir, lo que le confiere valor a la vida, lo que hace que la aprovechemos, que procuremos disfrutarla, aprender de las experiencias pasadas, en una continua confrontación y afrontamiento de sus adversidades. Tener eso presente tal vez permita hacer un consumo más racional de todas las ofertas de seguros de que dispone el mercado, con la sabia pauta aristotélica del justo medio.
Referencias
Aristóteles. (2003). Ética a Nicómaco. 2ª reimpr. Madrid: Alianza.
Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros. (2013). Recuperado de: http://www.amis.org.mx/amis/educacion.html
Bauman, Z. (2007). Miedo líquido: La sociedad contemporánea y sus temores. Barcelona: Paidós.
El Espectador (30 de agosto de 2013). Especial Seguros. Recuperado de: http://www.fasecolda.com/fasecolda/BancoMedios/Documentos%20PDF/especisl%20el%20espectador.pdf.
Fasecolda. (12 de mayo de 2009). Acta 16. Recuperado el 10 de mayo de 2010, del sitio Web de Fasecolda: http://www.fasecolda.com/fasecolda/BancoMedios/Documentos%20PDF/acta%20no%2016final.pdf
Fasecolda. (17 de junio de 2009). Acta 17. Recuperado el 10 de mayo de 2010, del sitio Web de Fasecolda: http://www.fasecolda.com/fasecolda/BancoMedios/Documentos%20PDF/actano17.pdf
Fasecolda. (2011). Comunicado de prensa. Recuperado el 10 de agosto de 2013, del sitio Web de Fasecolda: http://www.fasecolda.com/fasecolda/BancoMedios/Documentos%20PDF/comunicado%203ra%20etapa%20loter%C3%ADa%20de%20la%20vida.pdf
Fasecolda. (2013). Recuperado de: http://www.vivasegurofasecolda.com/.
Freud, S. (1916). “La transitoriedad”. En: Obras completas. Buenos Aires: Amorrortu, 1992. 4ª reimpr. Tomo XIV, pp. 305-311.
Juanes. (2007). La vida… es un ratico. En La vida… es un ratico [CD]. Santa Monica, CA: Universal Music Latin.
Junguito, R. (27 de agosto de 2008). “La lotería de la vida”. En: Portafolio. Recuperado el 10 de mayo de 2010, del sitio Web: http://www.portafolio.com.co/opinion/columnistas/robertojunguito/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-4468317.html
Kotler, P. & Armstrong, G. (2004). Marketing (10ª ed.). Madrid: Pearson Educación.
La lotería de la vida. (2010). Recuperado el 10 de mayo de 2010, del sitio Web: http://laloteriadelavida.com/
Peter, J. P. & Olson, J. C. (2006). Comportamiento del consumidor y estrategia de marketing (7ª ed.). México: McGraw-Hill.
Portafolio. (2010). “Casi 1.670 millones de pesos costó el funeral de Michael Jackson”. Recuperado el 10 de agosto de 2013, del sitio Web: http://www.portafolio.co/detalle_archivo/CMS-7178849.
Thai Life Insurance. Recuperado de: http://www.thailife.com
Educational perspective of college radio
PERSPECTIVA EDUCATIVA DE
LA RADIO UNIVERSITARIA
Estudio de caso Sistema de Radio Educativa de la Universidad de Antioquia
Case Study Educational Radio System Antioquia University
Nubia Amparo Mesa Granda20
Ancízar Vargas León21
20 Especialista en Docencia Investigativa Universitaria de la Fundación Universitaria Luis Amigó y Comunicadora Social-Periodista de la Universidad de Antioquia. Profesora de tiempo completo de la Funlam. Realizadora de radio y televisión. Medellín- Colombia. Correo: nubia.mesagr@amigo.edu.co
21 Comunicador-Periodista U de A. Especialista en Comunicación Organizacional UPB. Especialista en Docencia Investigativa Universitaria. Decano Comunicación de la Funlam. Magister en Educación y Desarrollo Humano U. Manizales – Cinde. Estudiante Doctorado en Comunicación - Uniacc Chile. Correos: ancizar.vargasle@amigo.edu.co ancizarvargas@gmail.com
Resumen
La radio ha influido en las decisiones y comportamientos de los oyentes desde su aparición. Su alta capacidad de penetración y su lenguaje oral, la hacen un vehículo ideal para aportar al desarrollo de las comunidades, especialmente aquellas con niveles de educación bajos y pocas posibilidades de acceso al sistema educativo; aunque esas potencialidades se han diluido al convertirla, muchas veces, en simple tribuna para anunciar productos. Por eso, las radios universitarias son consideradas una opción para aportar contenidos que estimulen en las audiencias, procesos de apropiación del conocimiento y de reflexión crítica frente a su entorno. Este artículo, producto de la investigación Sentido(s) de la educación en el sistema educativo de los programas radiales denominados de carácter educativo en la emisora de interés público Universidad de Antioquia, realizado por la Facultad de Comunicación Social de la Funlam, presenta una aproximación a los fines que se persiguen y las estrategias que se plantean en la realización de los programas emitidos a través del Sistema de Radio Educativa de la Universidad de Antioquia. Al hacer un análisis de su programación se logra visualizar la concepción de radio educativa que acompaña la realización de los espacios y las dificultades que se enfrentan para concretar ese objetivo educativo.
Palabras clave
Radio universitaria, radio educativa, audiencias, programación, rutinas de producción.
Abstract
Radio has influenced the decisions and behavior of listeners since the beginning. Its high penetration and oral language, make it an ideal vehicle to contribute to the development of communities, especially those with low education levels and inadequate access to education; although these potential shave been diluted to make, often, a mere platform to advertise products. This is why college radio is considered an option to contribute content to stimulate the hearings, processes of appropriation of knowledge and critical thinking to the environment. This article is a product of Research Sense of education in the education system of the radio programs of an educational denominated in the public interest station Universidad de Antioquia, conducted by Facultad de Comunicación Social of FUNLAM presents an approach to the end pursued and the strategies that arise in the implementation of the programs broadcast by Radio Educational System of the University of Antioquia. On analysis of its programming is achieved conception radio display accompanying educational performing spaces and the difficulties faced to realize the educational objective.
Key words
Radio academic, educational radio, audiences, programming, production routines.
La voz de la Universidad
La primera emisora universitaria de Colombia y de América Latina es la Emisora Cultural Universidad de Antioquia, que nace en 1933 y desde entonces fue concebida como un medio de comunicación abierto, plural y respetuoso de las manifestaciones culturales del mundo, del derecho internacional a la información y de los lineamientos institucionales de esta institución. Surgió como resultado de la experimentación física de dos profesores, José J. Sierra y Próspero Ruiz, quienes conformaron una emisora casera de onda corta con una banda de 62 metros; pero el intento traspasó las fronteras y consiguió hacerse escuchar en más de 18 países, según testimonio de su primer Director, José J. Sierra.
Más adelante, con el apoyo del Departamento de Antioquia y del municipio de Medellín se adquirió un equipo de onda larga y el Ministerio de Correos le otorgó la licencia con la cual comenzó a funcionar en 1938, con el nombre de Emisora Cultural y Experimental de la Universidad de Antioquia. La programación incluía audiciones de música clásica y se empezó a editar un boletín que educaba en aspectos relacionados con el arte y la cultura.
En 1960 se inauguró la estación en F.M, lo cual hizo que se reorganizara la programación y las franjas musicales y literarias quedaran en esta frecuencia, mientras que el A.M se dedicó a los programas de carácter social y educativo.
Durante el año 2005 se crea el Sistema de Radio Educativa, proyecto de la Universidad de Antioquia que contó con el apoyo de la Gobernación de Antioquia -Secretaría de Educación para la Cultural-, el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (IDEA) y la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de Antioquia Guillermo Gaviria Correa. Así, la “Voz de la Universidad” se empezó a escuchar en cinco regiones antioqueñas para fortalecer su presencia en el Departamento y proporcionar a la comunidad regional nuevas oportunidades de acceso a la educación formal y no formal, a la información y a la cultura. El sistema de Radio Educativa está conformado por una red de radiodifusión que enlaza las regiones donde la Universidad tiene seccionales: Urabá, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Suroeste y Oriente antioqueños. Las estaciones están conectadas y emiten contenidos, en directo o en diferido, de manera autónoma o enlazadas con una matriz que puede ser cualquiera de las emisoras que conforman el sistema, incluida la de Medellín.
El concepto de lo educativo en la programación
La programación de la Red de Emisoras de la Universidad de Antioquia responde al objetivo de divulgar contenidos educativos informativos y culturales, entendiendo lo educativo como educación formal y no formal, es decir, como contenidos que puedan inclusive ser parte de un pénsum académico
La Emisora apoya la labor de las facultades que quieren dictar un número de cursos por radio, pero también emite contenidos educativos que no siendo formales apoyan la formación y capacitación de la gente en las regiones. Los contenidos culturales están centrados básicamente en la valoración del patrimonio regional, entendiendo como patrimonio la literatura, la música, el arte, el patrimonio material e inmaterial, los edificios, los parques, la gente, los valores, etc. Y entendiendo la información como una valoración de lo que se genera en las regiones (B. Mejía, entrevista, agosto 5, de 2010).
A partir de esa premisa se ha diseñado la programación que se emite para las subregiones. Sin embargo, la concepción sobre lo que significa educar a través de la radio como un medio de comunicación con sus propias dinámicas de producción, queda sujeta a vicisitudes de carácter pragmático como los tiempos asignados a la realización de los espacios y la poca investigación de las necesidades de las audiencias; así como otros aspectos relacionados con la identificación que cada uno de los actores involucrados en la realización de los espacios tiene de lo que es educar a través de un medio de comunicación.
En muchos casos se entiende la emisión de noticias como una manera de educar. Las entrevistas realizadas a los coordinadores de los programas (Carlos Castañeda, Alina Castrillón, Víctor Hugo Obando, Julied del Socorro Ríos, Daniel Felipe Escobar y Olivia Rosa Morales) indican que para ellos se cumple con el objetivo educativo al analizar los temas coyunturales, explicar los hechos internacionales más importantes y contextualizar lo que en otros medios es noticia. Pero no hay uniformidad en la concepción sobre lo que debe marcar la agenda informativa en sus programas. Para algunos, las necesidades cotidianas de los oyentes determinan la agenda informativa, otros hacen énfasis en la importancia de generar opinión pública por medio de la información, y otros establecen como prioridad la información sobre deberes y derechos de los ciudadanos. En muchos de estos informativos se consultan fuentes oficiales que ofrecen una única mirada sobre el acontecimiento, servicio o iniciativa que se divulga. Se incluyen pocos espacios de debate y de análisis. Los temas se escogen a partir de la agenda informativa diaria y se presentan como orientación para el oyente, pero no logran explicar en profundidad los antecedentes y consecuencias de esos hechos para la vida de las comunidades.
Los programas incluyen información de servicio y de orientación como el precio del café, el estado del tiempo, de las vías, recomendaciones para el cuidado del medio ambiente, trámites y oferta educativa y cultural. En general, se entiende que es significativo mantener informadas a las personas sobre los temas cotidianos que les pueden ayudar en su desempeño diario.
En ese sentido, hay una asimilación de lo informativo como educativo, en concordancia con lo que plantea Jesús Martín Barbero (2002), en cuanto a que la educación se realiza transversalmente con referentes, informativos y cognoscitivos, procedentes no solo de una fuente, sino de muchas y, en especial, de aquellas relacionadas con las tecnologías y los medios de comunicación.
La programación del Sistema de Radio Educativa de la Universidad de Antioquia incluye también la emisión de radio consultorios, espacios mediante los cuales se brinda orientación en áreas específicas del conocimiento. Según los realizadores, este tipo de programas tienen la mayor acogida entre los oyentes, lo cual se entiende por la necesidad de las comunidades de acceder a contenidos que les permitan el desarrollo integral. La salud, la nutrición, la educación de los hijos, el cuidado del medio ambiente, entre otros, son para las comunidades asuntos de preocupación que encuentran respuesta en este tipo de programas.
Los radio consultorios tratan de generar un vínculo directo entre las personas y los profesionales, o en otras palabras, sacar la academia de las aulas. Ofrecen a los oyentes orientación para que identifiquen las oportunidades y soluciones de desarrollo sostenible que estén a su alcance. En su producción participan asesores académicos que programan las temáticas y ofrecen su conocimiento durante las emisiones.
Lo que no se logra plenamente es la participación de los radioescuchas. En algunos casos, el uso técnico del lenguaje, o la selección de temas orientados a la divulgación de políticas públicas de desarrollo, más que a sus necesidades puntuales, dificulta que estos participen con sus inquietudes y aportes. No se logra entonces, “integrar los distintos grupos y actores en la construcción de alternativas posibles de transformación y desarrollo social” (Kaplún, 1992, p. 15).
Un aspecto que se deja de lado es la importancia de utilizar estrategias desde el lenguaje mismo, como el uso del humor, los refranes populares, los testimonios que permitan la identificación de los oyentes con casos similares al suyo, la alusión a situaciones que se presentan comúnmente en los hogares, los llamados de atención reiterativos invitando a la participación. Los conductores de los programas cumplen una función de entrevistadores, se convierten en mediadores entre el conocimiento experto y las posibles inquietudes de la comunidad, pero no logran implicarse, no generan emociones que incentiven la participación, tal como propone Scott Sussman (1995), quien considera que un contenido interesante puede ser anulado por la falta de seducción, mientras que utilizando la emoción un mensaje puede ser más interesante e incluso, emocionante.
Las rutinas de producción
El contacto permanente con los oyentes es un elemento fundamental para conocer sus expectativas y construir nuevos discursos. Kaplún (1998) afirma que debe existir una experiencia de doble vía “un ir y venir permanente de mensajes entre uno y otro (…), cuando se da esta reciprocidad, esta posibilidad de que en los dos extremos de la línea se generen mensajes, se puede hablar de comunicación” (p. 117), pero si el productor no está en contacto directo con la comunidad, difícilmente podrá interpretar su sentir.
En el caso de las rutinas de producción de los realizadores del Sistema de Radio Educativa de la Universidad de Antioquia, se encuentra que hay dificultades para desplazarse a cubrir la información y que deben hacer la reportería por teléfono. El equipo de producción es reducido y debe responder por toda la programación de su estación, lo cual dificulta la producción de pregrabados de apoyo con una buena edición para la que se usen los distintos recursos radiofónicos como música y efectos. Los mismos realizadores son conscientes de la importancia de segmentar más las producciones, “que las entrevistas no sean tan largas y sosas” puesto que “las personas expresan que a veces en esta emisora se habla mucho” (V. Obando, entrevista, julio 10 de 2010).
En general, al escuchar los programas no se advierte una adecuada combinación de los recursos expresivos para entregar producciones innovadoras, con formas renovadas de “significación estética y semántica”, como lo denomina Ricardo M. Haye (2000) en La radio del siglo XXI. Nuevas estéticas. No hay una diversidad de formatos. La entrevista y los informes o nota ilustrada son los reyes. Habitualmente no hay una estructuración planeada, sino que se enfrentan los temas de una manera espontánea, sin una combinación ordenada de los elementos a partir de un diseño previo. Otros recursos sonoros como la música y los efectos de sonido son utilizados como elemento de transición, cumplen una función sintáctica, de separación entre un contenido y otro; pero no es tan generalizado su uso como parte del mensaje, no se utilizan con un objetivo expresivo.
Radio de interés público
En concordancia con su categoría de radio de interés público, el Sistema de Radio Educativa de la Universidad de Antioquia entrega una programación ajustada a los fines expresados por el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Es una radio para la difusión de servicios sociales, que fortalece el plan institucional educativo y promueve una ciudadanía que se responsabiliza de sus procesos. Aporta contenidos, más allá de lo que hace la radio comercial a la cual tienen acceso las comunidades en las regiones y cuya producción “se limita a la locución, la mención de la hora, el servicio social y tirar una canción” (V. Obando, entrevista, julio 10 de 2010).
La idea de rescatar la historia, cultura y costumbres de las regiones está expresada en la programación por medio de espacios para la emisión de música autóctona, aunque en ellos no se hace mucho énfasis en el posicionamiento de nuevos intérpretes nacionales. Los programas señalados como de carácter cultural comparten con las oyentes actividades artísticas a las cuales pueden acceder en sus regiones, lo cual busca motivar el acceso a nuevos lenguajes y evidencian las manifestaciones artísticas de las comunidades. En algunas ocasiones se resaltan personajes extranjeros, desconocidos en la región, con lo cual se amplía el panorama de los radioescuchas y se motiva la interculturalidad. Aun así, podría decirse que al mostrar expresiones artísticas de otros conglomerados, la emisora logra ser un vector importante de “mundialización cultural”, como lo llama Jesús Martín Barbero (1999).
La divulgación sobre los programas de extensión ofrecidos por la Universidad de Antioquia se percibe en las emisiones radiales donde se hace alusión a programas académicos que realiza la universidad en las regiones, logrando de esta manera posicionar esa oferta. “La gente al escuchar constantemente la Universidad de Antioquia la va a tener como referente de Universidad” (A. Castillón, coordinadora programa Color Local de la región del Magdalena Medio, julio 22, 2010).
Hay libertad en la producción de contenidos. Eso se logra, según expresan los realizadores, porque la universidad aporta los recursos para su sostenimiento. En ningún caso se recurre a la pauta publicitaria, aunque sí se hacen proyectos conjuntos con entidades afines como ministerios, gobernaciones o alcaldías; pero los recursos que ingresan por la administración de esos proyectos se reinvierten en la emisora para la adquisición de música, modernización de equipos o contratación de personal. Sin embargo, según los productores, se presentan problemas con la logística y los trámites administrativos son lentos, además, “está la amenaza latente de lo presupuestal y de la falta de recursos”. (C. Castañeda, coordinador programa Conexión Antioquia. Región del Bajo Cauca, entrevista, julio 22, 2010).
Conclusión
El sistema de Radio Educativa de la Universidad de Antioquia es una opción en las regiones antioqueñas para que las comunidades accedan a contenidos que les ofrecen conocimientos nuevos y les amplían sus horizontes sociales. Sin embargo, no se podría afirmar que actúa como dinamizadora de cambio social, puesto que aún hay una práctica de comunicación unidireccional donde poco se logra la participación de los oyentes, donde no siempre se comparten sentidos y significados porque no se trabaja en sus núcleos y no se hace presencia en sus organizaciones.
De otro lado, el lenguaje utilizado en las producciones no muestra una búsqueda con aplicación de nuevas técnicas narrativas que estimulen la atención de la audiencia y la permanencia de interés por el aprendizaje. Por eso se hace necesaria una nueva mirada sobre el sentido educativo de la programación, replanteando especialmente la concepción academicista por una en la que, como dice Martín Barbero (1987) cuando habla de los medios y las mediaciones, se empiecen a cambiar las preguntas que permitan comprender qué hace la gente con lo que escucha, cómo asimila los discursos ideológicos, cómo se identifica con los emisores, qué tanto le conmueven las propuestas y qué cambios pueden generarse en su vida.
Referencias
Haye, R. M. (2000). La radio del siglo XXI. Nuevas estéticas. Buenos Aires: La Crujía.
Kaplún, M. (1998). Una pedagogía de la comunicación. Madrid: Editorial de la Torre.
Martin-Barbero, J. (1987). De los medios a las mediaciones. Madrid: Editorial Gustavo Gili S.A.
Martin-Barbero, J. (2002). La educación desde la comunicación. Buenos Aires: Norma.
Martin-Barbero, J. (2001). La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. Guadalajara: Departamento de Estudios Socioculturales México.
Martin-Barbero, J. (2003). La educación desde la comunicación. Enciclopedia Latinoamericana de sociocultura y comunicación. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma.
Scott, S. (1995). Así se crean programas de radio. Barcelona: Editorial Rosaljai.
Sussman, S. (1995). Así se crean programas de radio. Barcelona: Editorial Rosaljai.
Physical education and sports in colombia: a dialogue between religion and pedagogy at the beginning of the 20th century
LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL DEPORTE EN COLOMBIA: UN DIÁLOGO ENTRE LA RELIGIÓN Y LA PEDAGOGÍA EN LOS INICIOS DEL SIGLO XX
22
Jonathan Andrés Rúa Penagos23
Jesús María Pinillos García24
22 Este artículo está asociado a la investigación en curso Los discursos sobre la crisis de la Educación Física en Colombia y Brasil: un estudio comparado, vinculada al Doctorado en Historia Comparada de la Universidade Federal do Rio de Janeiro. (Br.)
23 Docente de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Funlam. Miembro del grupo de investigación Filosofía y Teología Crítica de la misma institución. Magister en Teología de la Universidad Pontificia Bolivariana. Teólogo y estudiante de Filosofía de la Funlam. Estudiante de Licenciatura en Educación Física de la Universidad de Antioquia. Correos: jonathan.ruape@amigo.edu.co jonarua@hotmail.com | www.jonathanrua.com
24 Docente del programa de Actividad Física y Deporte de la Funlam. Miembro del grupo de investigación Familia, Desarrollo y Calidad de Vida -Línea Tendencias Contemporáneas de la Actividad Física, el Deporte y el Ocio- de la misma institución. Doctorando en Historia Comparada de la Universidad Federal do Rio de Janeiro (Brasil). Correos: jpinillo@msn.com
El Gobierno de Colombia quiere dar fundamento estable a la obra de la “Regeneración en la educación cristiana de la niñez”: ojalá este libro contribuya a realizar tan noble y patriótico deseo.
Restrepo, L. & Restrepo, M.
Resumen
Al indagar por las relaciones entre la religiosidad, la espiritualidad y los discursos pedagógicos sobre la Educación Física y el Deporte en Colombia, durante los inicios del siglo XX, a partir de la lectura e interpretación de los textos Elementos de pedagogía moderna (Restrepo & Restrepo, 1911) y Cultura física, moral y mental (Nuñez S., 1936), se encontró que todas estas categorías integran una red que adquiere un sentido teológico. De esta manera, los componentes pedagógicos y religiosos poseen un mismo sentir y actuar. Es así, entonces, como estos saberes constituyen un estatus propedéutico y son implementados como medio para el fortalecimiento de las facultades humanas, entre ellas la voluntad, y el fortalecimiento de la relación Dios-hombre-otro, en búsqueda de la felicidad humana.
Palabras clave
Educación física, deporte, religión, pedagogía, teología del deporte.
Abstract
When researching the relationship of religion, spirituality and pedagogical discourse on physical education and sports in Colombia, during the beginning of the 20th century, based on reading and interpreting the texts Elementos de pedagogía moderna (Restrepo & Restrepo, 1911) y Cultura física, moral y mental (Nuñez S., 1936); all these categories are integrated to make up a network that acquires a theological meaning. In this way, the pedagogical and religious components have a same feeling and acting. Therefore, this knowledge constitutes a preparatory status and it is implemented as a means for the strengthening of the human faculties, including the will, and the strengthening of the relationship God-human being-other, in search for human happiness.
Key words
Physical education, sport, Religion, pedagogy, theology of the sport.
Al indagar por la génesis de la educación física y el deporte en Colombia, es común encontrar alusiones a discursos pedagógicos, a la religiosidad y a la espiritualidad. El objetivo con el presente texto es establecer la relación entre estos ámbitos de la vida humana y desvelar cómo se integran en prácticas destinadas a formar integralmente al hombre. En este sentido, se puede preguntar: ¿cuál es la relación entre la religiosidad, la espiritualidad y los discursos pedagógicos sobre la educación física y el deporte en Colombia, durante los inicios del siglo XX, a partir de la lectura e interpretación de los textos Elementos de pedagogía moderna y Cultura física, moral y mental?
Este artículo pretende aportar a la recuperación del patrimonio histórico de la educación física en Colombia25, en la medida en que estos dos libros, en la actualidad, han sido poco estudiados por los académicos. Además, se busca contribuir al fortalecimiento de la emergente línea de investigación sobre la Teología del Deporte, entendida como el conjunto de reflexiones que tienen como punto de partida la experiencia trascendente del ser humano en un contexto deportivo (Rúa Penagos, 2012a; 2012b).
25 Otros trabajos de este tipo pueden ser confrontados en Pinillos García, 2004.
Metodológicamente, el estudio se inscribe en el contexto de los estudios hermenéuticos de análisis documental. Inicialmente se realizará una descripción general de los contenidos de los textos, mostrando la articulación entre la religión y la educación física presente en ellos. Y posteriormente se hará un análisis comparativo para determinar los puntos de encuentro y desencuentro existentes entre ambos.
Elementos de pedagogía moderna
Al analizar las relaciones entre la educación física y la religión en Colombia, se encontró un manual denominado Elementos de pedagogía moderna, escrito por Restrepo, L. & Restrepo, M. (1911). La primera versión de este texto se hizo acreedora a un diploma de honor en la Exposición Nacional de Cartagena en el año de 1889. En el año de 1892 contó con el aval y aprobación del Obispo de Popayán, y en el año de 1904 con la autorización para su reproducción en el país por el Ministerio de Instrucción Pública de Colombia, que contaba con la dirección de Antonio José Uribe. Además, esta obra fue expuesta en Quito (Ecuador) en el año de 1909 donde se hizo merecedora de un diploma de honor con medalla de oro. Este libro, en su cuarta edición del año de 1911, fue adoptado como texto guía para las escuelas normales de Colombia.
El tratado surge en un periodo histórico en el que recién se promulgaba la Constitución Política de 1886, una época de guerras civiles y de crisis económica, y principalmente de un control social ejercido por la iglesia católica; al respecto se dice
Destrozar la influencia de la iglesia sobre el pueblo en tal coyuntura era peligroso. Para los conservadores y una parte de los liberales el catolicismo debería ser el denominador común de los colombianos, pues la iglesia era la única institución nacional capaz de dar coherencia a esta sociedad desarticulada. Además era necesario dotar al país de un sistema político más centralizado para permitir el restablecimiento del orden y neutralizar las oposiciones y los regionalismos (Helg, 1987, pp. 27-28).
Fruto de estas circunstancias, en la Constitución ya citada, se estipula que la instrucción pública debería ser organizada y dirigida en concordancia con la iglesia católica. En este contexto, es entendible por qué los hermanos Restrepo solicitaran el aval del obispo de Popayán y la recomendación del Ministerio para ser difundida.
Concepto de pedagogía
En la obra de los Restrepo (1911), la pedagogía es considerada como la ciencia del progreso en la que se estudia el destino del hombre a la luz de la razón y la fe. Por tanto, para lograr tan magna labor, en ella queda comprendida la religión y la política, y su trascendencia implica que los estudios educativos no sean tarea solo de los maestros, sino también de los padres de familia. Como fundamento, la pedagogía tendría dos referencias, a saber, el sistema de educación materialista y el sistema espiritualista; entendidos estos como aquellos principios supremos relacionados con la naturaleza, estado y fin del hombre, a los cuales todas las leyes del desarrollo humano y los trabajos educativos deben subordinarse. Por supuesto, en el texto se recomienda el sistema espiritual cristiano, considerado el único verdadero, que ha civilizado al mundo y, por tanto, puede ser denominado como integral o completo, pues atiende al fin último del hombre y a los medios para alcanzarlo (Restrepo, L., & Restrepo, M., 1911, p. 25).
En consecuencia, la educación, como objeto de la pedagogía, es definida como conducir a un hombre libre hacia los fines para los que ha sido creado: su desarrollo, el cumplimiento de sus deberes y Dios. Finalmente, para el logro de estos propósitos, se considera que la pedagogía se divide en dos partes: la primera es la ciencia de la educación, relacionada con los fundamentos que se requieren para educar al hombre, es decir, la naturaleza, el estado y fin del hombre, las leyes pedagógicas y los medios de la educación; y la otra, el arte de la educación que tiene que ver con los métodos, formas y procedimientos utilizados para ello. Esta visión de la pedagogía corresponde, según Saldarriaga (2003), al modelo pedagógico católico.
Concepto de ser humano
Para el conocimiento de la naturaleza del hombre se requiere conocer sus operaciones, las cuales reciben el nombre de facultades humanas o potencias, cuyo funcionamiento da cuenta de la vida y son las siguientes: la vegetativa, la sensibilidad cognoscitiva, la sensibilidad afectiva (apetito sensible) y el movimiento. Estas facultades son comunes al hombre y al animal, lo que lleva a que sean consideradas inferiores. Por su parte, las facultades intelectiva (entendimiento) y la voluntad (apetito racional) serían las específicamente humanas y consideradas superiores.
La naturaleza del hombre está compuesta, entonces, por el cuerpo (materia), relacionado con las facultades vegetativa, sensitiva (cognoscitiva y afectiva) y motriz, las cuales se ejercen por medio de órganos; y por el espíritu, y que se encargaría de ejercer las facultades del entendimiento y la voluntad. Por consiguiente, la persona humana26 es una substancia que resulta de la unión de la materia y el espíritu o alma.
26 Según Restrepo, L., & Restrepo, M. (1911), las cosas existen para otras criaturas, mientras las personas existen para rendir a Dios su gloria extrínseca por el conocimiento y el amor racionales (p. 105).
La pregunta por el ser humano, cuya respuesta se esbozó en el párrafo anterior, tiene como telón de fondo otra, a saber ¿cuáles son los fines del hombre, hacia lo que se dirige o intenta conseguir a través de la acciones? Para los Restrepo (1911) hay dos fines; el fin último, para lo que existe el ser, y el fin intermedio o medio, para alcanzar el fin último. El fin primero o intermedio consiste en alcanzar el grado supremo de perfección de las facultades, a saber, el de la facultad vegetativa, la reparación del organismo; el de la cognoscitiva, conocer los objetos y sus cualidades; el de la sensitiva, apetecer lo bueno y aborrecer lo malo que se ha conocido; el de la motriz, el movimiento del cuerpo; el del entendimiento, conocer lo inmaterial; y el de la voluntad, apetecer lo conocido por el entendimiento: el bien por medio de la razón.
Alcanzado el fin natural o el deber del hombre (fin primero), relacionado con el conocimiento del mundo, vendría el fin sobrenatural o fin superior y último del hombre, vinculado con el conocimiento de su creador: Dios, para rendirle tributo de amor y adoración. Estos fines varían de acuerdo a los periodos o estados en que se ha dividido la vida del hombre, las condiciones del organismo y el alma, y las influencias exteriores.
Además, fundamentados en el método universal de Pestalozzi, los pedagogos colombianos proponen la siguiente estructura jerárquica de aprendizaje que corresponde a un orden natural
Cada una de las potencias del hombre se ordena a su inmediata superior; y como la voluntad es la última, todas ellas deben preparar la perfección de esta; el hombre vegeta para sentir, siente para conocer y conoce para amar; porque es imposible amar lo que no se conoce, conocer sin sentir (en el orden natural) y sentir sin vegetar (Restrepo, L., & Restrepo, M., 1911, p. 44).
Estando la voluntad en la cúspide de la jerarquía,
Debe referirse a todo lo que nuestra naturaleza necesita, a saber: 1°, la conservación y desarrollo de la vida corpórea; 2°, la consecución de todas las cosas que contribuyen a la conservación y desarrollo del individuo y a las comodidades de la vida; 3°, la conservación y desarrollo de la especie; 4°, el recto ejercicio y ordenado desarrollo de la vida social; y 5°, rendir a Dios su gloria extrínseca por simple conocimiento y amor naturales en el orden natural y por su posesión en el orden sobrenatural o de la gracia (Restrepo, L., & Restrepo, M., 1911, p. 114).
Desde el punto de vista pedagógico, estas facultades, para su enseñanza, se agrupan en tres grandes componentes y reciben la siguiente denominación: educación (cultura) Física, educación (cultura) intelectual y educación (cultura) moral, las cuales se constituyen en medios para alcanzar el fin último del hombre. En consecuencia, con el principio de la jerarquía entre potencias, la educación intelectual (la potencia o facultad del entendimiento) está subordinada a la educación moral (la potencia o facultad de la voluntad), y por ende, la educación física (la facultad o potencia motriz) está subordinada a la educación intelectual y a la educación moral.
Aunque el fin último de la educación intelectual es la adquisición de la verdad religiosa, el primer fin que se debe alcanzar es el del cuidado y desenvolvimiento de la vida corporal; es decir, la educación física, donde se ofrecen conocimientos higiénicos y fisiológicos. Debido a la insuficiencia y lo costoso de la experiencia sensible, se requiere que esta se trabaje simultáneamente con el primer fin de la educación moral, a saber, conservar la salud y el desarrollo del cuerpo, por medio de la virtud de la templanza.
El sentido que se le otorga a la educación física a comienzos del siglo XX, según se puede inferir del manual objeto de análisis, está relacionado con que ella es un instrumento para la perfección del hombre, perfección que no se encuentra sino en la relación del hombre con Dios (Restrepo, L., & Restrepo, M., 1911). Además, está determinada por principios o leyes pedagógicas generales entre las cuales se destacan imitar a la naturaleza, el orden sucesivo de las finalidades y la integralidad en el proceso formativo; y en principios o leyes específicas retomadas de la fisiología y la higiene, dentro de las que se resaltan la ejercitación muscular diaria, el descanso y la gimnasia como medio ideal destinado no solo para fortalecer el cuerpo, sino para desarrollar el valor y la obediencia.
Cultura física, moral y mental
Carmelo Núñez S., colombiano, fue hijo de Gabriela y Diomedes M. Núñez. Hizo parte de una familia numerosa. Estudió la profesión de cultura física durante tres años y también cultura respiratoria yogui27, sueca y norteamericana. Después de varios años de ejercer dicha profesión, en ciudades como Barranquilla, Tunja y Medellín, se aventuró a publicar en 1936 un libro sobre cultura física, moral y mental, el cual estructuró en 25 capítulos, que, entre otras cosas, tienen que ver con la higiene, la respiración profunda, la sugestión y autosugestión, la polaridad biológica, moral y espiritual; el agua, el sueño, la mujer, el cultivo de la cabeza, la piel, la cara, y los pies; la tisis, los desastres, los principios para un plan de cultura física, la alimentación, la fisiología, la antropometría, la fuerza de voluntad, el cambio de vida para la salud y el conocimiento de sí mismo; la psicología para leer el carácter, la grafología, y la fe y la confianza en Dios.
27 La palabra yogui hace referencia a una “persona que practica los ejercicios físicos y mentales del yoga” (Real Academia Española, 2001).
El texto Cultura física, moral y mental, escrito por Núñez (1936), es de gran importancia para la reconstrucción de la historia de la educación física y el deporte en Colombia y su sentido religioso, al menos, aquel que tenía en sus orígenes. Su valor radica en el hecho de que, por medio de sus líneas, se configura la idea según la cual, la cultura física, moral y mental, hoy diríamos educación integral, es fundamentalmente para formar humanos con un sólido vínculo espiritual y social. El libro contiene, según lo expresa el autor, medios para combatir la enfermedad, la obesidad, el nerviosismo, el insomnio, la tristeza, la pereza, medios para ser alegre, procurar la salud, una buena moral cristiana, la reconciliación con Dios y la cercanía a Él.
Los párrafos siguientes presentarán la visión antropológica que subyace en el texto, aclararán el concepto de cultura, y definirá la cultura física, mental y moral que el profesor de educación física, autor del libro, indica.
Visión antropológica
El hombre posee un componente anatómico, biológico o físico. Esta dimensión facilita hablar posteriormente de una cultura física o educación del cuerpo humano. Es evidente, aquí, la incidencia que las ciencias bio-médicas han tenido en el autor, sobre todo la medicina, la nutrición y la anatomía. El ser humano es, pues, cuerpo.
Además de la dimensión corporal emerge la categoría mente, acompañada de la palabra cultura. Este hecho da cuenta de un componente psicológico en el ser humano. La psicología, o estudio del alma, comprende procesos como el pensamiento y elementos como la inconsciencia, los instintos y la sugestión, unidades que serán descritas con mayor precisión en el próximo apartado.
El ser humano es cuerpo, alma (mente) y también espíritu. Lo espiritual, o la relación del hombre con Dios, es un componente clave para comprender la teoría propuesta. Lo espiritual se hace cultural mediante la religión, y con ella la moral. La espiritualidad y la moral se relacionan en la medida en que la religación entre el sujeto y Dios implica asumir compromisos vitales, costumbres propias del ser hijos de Dios.
La persona es creada por Dios y está destinado a acercarse a Él. Es en Dios en quien se conquista la perfecta salud. La naturaleza humana, es decir, lo que el hombre es, a saber, cuerpo, alma (mente) y espíritu, está sujeta a leyes y a principios naturales y divinos.
Un elemento importante en la antropología del pedagogo es que no hay oposición entre las dimensiones humanas expuestas. Por el contrario, la educación solo será integral en la medida en que los modelos pedagógicos respondan a cada uno de estos aspectos del hombre. Hay una interrelación, diríamos hoy, integración entre el cuerpo, el alma y el espíritu.
El concepto de cultura
La palabra cultura significa etimológicamente cultivar, cuidar (Sobrevilla, 1998). Este es el sentido otorgado a la categoría en el texto abordado. Cultivarse física, moral y mentalmente significa educarse integralmente. La cultura está asociada, en este sentido, a la educación. La educación responde a la naturaleza humana, es decir, a lo que el ser humano es: cuerpo, mente y espíritu. Por esta razón
Cultivar el cuerpo únicamente a base de artificio, de nudismo y de ejercicios o deportes fuertes es divorciarlo del espíritu y condenarlo a perecer. De igual manera, cuando sólo se cultiva el espíritu, y se abandona el cuerpo, perece la personalidad de todo el ser humano. El cuerpo y el espíritu accionan reaccionando entre sí mediante las vibraciones del pensamiento. Del cultivo integral de esta trilogía depende el buen éxito de cualquier sistema educativo (Núñez, 1936, pp. 28-29)
La educación tiene carácter preventivo ante cualquier eventualidad que sea contraria a las facultades con que Dios ha dotado al ser humano. Ella debe impartirse desde la niñez porque, si así se hace, el infante será gloria de Dios. Hay que formar a las personas incluso desde antes de su nacimiento. Esto implica que las mujeres también hagan parte del proceso, pues ellas moldearán a las futuras generaciones. De esta manera insiste Núñez (1936):
Es preciso educar y reeducar al niño y al adulto para que se haga costumbre de usar diariamente con orden y método los elementos esenciales [la cultura física, mental y moral] que con grande abundancia ha dispuesto el Creador del Universo a disposición del hombre (p. 218).
Cultura física
La cultura física, o educación física, contiene rasgos que hacen que sea beneficioso para el hombre. La práctica frecuente de ejercicios de respiración profunda, la higiene personal, los ejercicios gimnásticos, la sana alimentación, el no abusar del trabajo, el licor o la nicotina, y evitar el trasnocho, son algunos de los aspectos contemplados en este proceso pedagógico. Lo primero que tendría que tenerse en cuenta es que cultivarse físicamente no es practicar deporte. De hecho, la práctica del deporte podría ser contraria a la cultura física, porque:
Muchos confunden la Cultura Física, Moral y Mental con la Cultura Deportiva. Son dos actividades enteramente distintas. La primera es a base del ritmo, de ejercicios suaves, de respiración profunda, de moral, de sugestiones nobles, de autogestiones de salud, de vigor, de fuerza, de ponderación, de resolución, de vitalidad, de amor a Dios, de amor al prójimo y así mismos y de todo cuanto es base de salud y de alegría sana. La segunda es a base de ejercicios violentos y deportes de igual género, que hace atletas pero no mentores (Núñez, 1936, p. 33).
Las razones que se aducen para oponer la cultura física al deporte consisten en que este último causa mutaciones de orden físico, moral y mental, incapacita para el trabajo funcional, envejece prematuramente, genera nerviosismo, catarros y gripas28. La cultura física debe ir acompañada de un riguroso estudio antropométrico y la actualización permanente (cada 4 meses) de los datos arrojados allí29. De esta manera, se tendrá certeza de los avances en términos nutricionales y fisiológicos. Para ello, se contempla la edad, el peso, la estatura, la medición de los perímetros y pliegues corporales. Además del balance antropométrico, es necesario nutrirse adecuadamente; esto implica el consumo de alimentos naturales como frutas, legumbres y leche; el uso de la carne no está restringido, pero es ideal abstenerse del mismo. Para que las sugerencias tengan efecto, es menester disfrutar del proceso digestivo; por ejemplo, comiendo despacio para que los momentos de la digestión se realicen según los ritmos corporales. El uso diario del agua, tanto para la bebida como para el aseo, es fundamental en la cultura física.
28 Núñez ponía como ejemplo de deporte violento el basketball, el cual no podía ser practicado por niñas menores de 15 años, pues podía ser nocivo para la salud y el desarrollo físico.
29 El siguiente comentario de Núñez puede ampliar lo dicho en este párrafo: “El Poder Ejecutivo Nacional, con fecha 19 de octubre de 1933 dictó el decreto número 1734 reglamentario de la ley 80 de 1925, [en donde] se establece en forma obligatoria la expedición de la ficha antropométrica y de la ficha médica a todos los educandos de los establecimientos de educación primaria, secundaria y universitaria, y se ordena que los ejercicios de cultura física deben practicarse por lo menos dos veces por semana, a fin de fomentar la salud, la recreación física, el mejoramiento de la energía mental y la educación del carácter” (p. 227).
La respiración profunda es otro elemento a tener en cuenta en la cultura física. Es útil en la medida en que el aire es vida, proporciona alegría y estimula el buen funcionamiento del sistema glandular endocrino y respiratorio. Esta práctica llega a la cultura física por influencia del Yoga. Núñez se formó en este campo de la cultura oriental e implementó algunos ejercicios en las clases de educación física y en la vida cotidiana de los estudiantes y ciudadanos. Esto es novedoso en la medida en que evidencia que no solo el deporte o la gimnasia pueden ser herramientas para educarse, sino que es posible innovar didácticamente para lograr los objetivos propuestos.
La implementación del yoga y de la sugestión, elemento que se abordará próximamente, fue acusada de ser diabólica o satánica. El hecho se explica porque la llegada de prácticas orientales como el yoga, que en su sustentación espiritual tiene como telón de fondo una religiosidad diferente a la occidental, en una sociedad católica, es vista como sospechosa, intrusa e incluso enemiga de una moral cristiana arraigada en el territorio colombiano. Lo que hace el texto de Núñez (1936) es precisamente mostrar que este tipo de ejercicios no contradicen lo enseñado por la Iglesia, sino que son herramientas que pueden ser utilizadas para educar integralmente a las personas y acercarlas a Dios.
La práctica de ejercicios musculares debe ser permanente, de allí la insistencia en realizar entrenamientos gimnásticos siempre. Muchos de ellos pueden ser practicados en todas las edades y sexos, y algunos están diseñados para una población específica. Su implementación no se reduce al contexto escolar, la persona consciente de la importancia de la cultura, realizará en su diario vivir estas prácticas. Las actividades físicas pueden ser acompañadas con excursiones, paseos y salidas al parque. La implementación diaria de los grandes componentes de la cultura física descritos anteriormente se articula con una consciencia higiénica. La higiene corporal es el eje transversal del cuidado de sí que previene enfermedades y promueve hábitos de vida saludables.
Cultura mental
¿En qué consiste una mente sana? El texto analizado en este apartado sugiere que una mente sana se caracteriza por mantenerse libre de pensamientos de odio, blasfemia, mentira, ira, orgullo, rabia, celos y crítica. Muchos pensamientos negativos podrían afectar al sujeto, las fuerzas del subconsciente, y esto es la causa de toda enfermedad física, moral y mental. Sugestionar y autosugestionarse con pensamientos positivos, además de la respiración profunda, facilita el amar al prójimo y así mismo, como lo proclamó Jesús de Nazaret.
La clave para ser saludable, en términos mentales, está en la sugestión. Esta puede ser mental u oral, y consiste en, además de una respiración profunda, pensar y repetir ideas positivas o negativas, de acuerdo con lo que se pretenda
Por eso la alegría y las autosugestiones orales o mentales según la frecuencia y la cantidad y calidad de ellas, atraen los elementos afines; por eso hay que pensar siempre bien y perdonar los agravios reales o imaginarios para atraer las cosas bellas y cuanto modela el corazón y enaltece las almas (Núñez, 1936, p. 68).
Por tanto, en el proceso de conocimiento personal es de vital importancia la psicología, comprendida por Núñez (1936) como aquella que se ocupa de los trabajos internos de la mente: proceso de pensamiento, naturaleza del sentimiento, y la voluntad; también del carácter, la disposición, temperamento y atributos personales. La psicología es útil para evitar dolencias del cuerpo, el alma y el espíritu; corregir los efectos de las leyes de la herencia y controlar los instintos. El papel de la educación del carácter es encauzar los instintos hasta sublimarlos en actividades culturales. Además, esto evitará el complejo de inferioridad, el de Edipo y otros que son resultado de una sugestión o autosugestión negativa.
Cultura moral
La moral, es quizá, el eje articulador de la cultura. Ella da cuenta de la espiritualidad humana, de la relación entre el ser humano, Dios y los otros; del fin del hombre. Todo se subordina a Dios y su voluntad
La felicidad es Dios porque Él es el principio y fin de esa gran energía cósmica que no podemos ver sino con los ojos del espíritu, pero que nos alienta y nos vivifica en razón directa con nuestra manera de cultivar nuestra mente, el cuerpo y el alma. Nuestra brújula es el pensamiento; y el norte o meta es Dios (Núñez, 1936, p. 107)
De esta manera, la cultura física, mental y moral tiene razón de ser en Dios. Este es el sentido religioso de las prácticas humanas, que si bien, tienen por objeto la higiene, la salud y el bienestar humano, están direccionadas hacia lo divino. El Dios en el que cree Núñez (1936) es cercano, llena al hombre de paz. Todos los hombres, sin excepción, son creados por Él. Eso hace que cada persona sea igual en dignidad y nadie sea superior a otro. Por ejemplo, el cristianismo es presentado por el autor como una posibilidad de emancipación de la mujer ante las prácticas machistas de la época, liberándola del yugo de la esclavitud del que ella es víctima:
[En] los tiempos bárbaros, cuando se creía que al hombre le correspondían todos los derechos, porque creían que la mujer no tenía alma y sólo podía ser esclava; vino el Cristianismo y la libertó del yugo y la sublimó como relicario de la especie humana (Núñez, 1936, p. 32).
De esta manera, la mujer posee los mismos derechos que los hombres, es igual en dignidad a él y debe tener la misma posibilidad para educarse que el hombre.
El ser humano, al olvidar lo divino, destruye, se ejercita violentamente, vive placeres desenfrenados, todo lo ha mercantilizado y ha descuidado el alma. Vivir de esa manera lo torna inestable, lo vuelve inseguro porque no sabe que, “si se busca a sí mismo, dentro de su mundo interior, sin alejarse de las vibraciones del mundo espiritual se encuentra, con la seguridad o fijeza con que el piloto orienta a su nave por medio de la brújula” (Núñez, 1936, p. 76).
La higiene, la salud y el bienestar son posibles por la fe en Dios. La cultura física, mental y moral es útil, inclusive las técnicas que implican su implementación en la vida cotidiana; sin embargo, sería vacía si no está acompañada del componente espiritual, de la confianza en la curación, como lo indica el profesor
Si os dice algún negativo o negativa que estáis muy mal y que vuestra enfermedad se prolonga mucho, no lo creáis. Tened fe en Dios y en vosotras mismas veréis que el aire y cuanto se os enseña en este libro son medios eficaces para ayudar al médico y para que vuestro restablecimiento sea tan pronto como vosotras mismas no podréis creerlo ahora, sino cuando las pruebas os sorprendan (Núñez, 1936, pp. 147-148).
Otro aspecto de la teología subyacente en la teoría de la cultura moral consiste en la justicia divina. Según esta creencia, Dios premia o castiga a los hombres de acuerdo con sus obras. Los beneficios o desgracias de los seres humanos dependen de sus acciones; de tal manera que quien cumpla los mandatos divinos es próspero y abundante, pero quien no, su vida se sumirá en oscuridad y tinieblas
Ignoran que haciendo el bien es como más progresan los negocios y que todo cuanto atente a la salud del prójimo lo cobra Dios tarde o temprano, sumiendo al hombre en la inquietud, en el nerviosismo, en las dolencias de uno y otro orden y en todo cuanto no lo deja gozar del dinero acumulado a base de los vicios y del mal y uso que hace de la sugestión negativa, en su loco afán de acaparar dinero (Núñez, 1936, p. 122).
La opción de quien desea agradar a Dios será siempre el bien, cumplir las leyes divinas y eternas. Quien dirige su vida en este sentido, deberá comprometerse con la sociedad, pues con ella tiene unos deberes que cumplir: el compromiso con Dios implica una responsabilidad social. Pero, en la vida humana no todo será color de rosa, en ella se podrá hacer presente la vanidad, el pecado, la pereza, los placeres desenfrenados y demás elementos contrarios a la voluntad de Dios. Es allí donde la cultura moral tiene cabida, es un mecanismo para reconciliarse con el creador: “tienen razón los yoguis cuando dicen, ‛la mente, el agua, la respiración profunda y completa y demás principios de la higiene integral nos reconcilian con Dios y con los hombres de buena voluntad’” (Núñez, 1936, p. 107). En tal sentido, la moral cristiana y universal es la base de todo bien, imitada por todas las religiones cuando desean reconocer a Dios. La cultura contribuye al dominio de la voluntad, libera el espíritu, fomenta la paz y la alegría, y acerca al hombre a Dios. Quien se preocupa por su salud será un ejemplo de vitalidad, moral y caridad espiritual.
La cultura moral puede promoverse de muchas maneras, hay tres estrategias que fortalecen este aspecto de la vida: la meditación, la oración y el ayuno. En cuanto a la meditación, armoniza el cuerpo y el espíritu, vincula con lo divino, aumenta la consciencia de uno mismo y da paz. La oración, por su parte, está relacionada con la meditación y es la precursora de toda actividad diaria, porque, “la primera hora de la mañana, cuando ya entra el cuerpo humano en estado positivo, se distribuirá así: en primer lugar, dando gracias a Dios con la oración que cada cual acostumbre para saludar el día” (Núñez, 1936, p. 245). Y el ayuno es una práctica de abstinencia alimenticia que se realizará entre una y dos veces en la semana.
De lo anterior, se concluye parcialmente que la educación colombiana ha estado impregnada de un marcado sentido religioso. La influencia de la iglesia católica en los procesos pedagógicos del país es notable. En el texto de Núñez subyace dicha influencia, sobre todo en lo que tiene que ver con la implementación de la cultura física como medio para moldear el comportamiento humano a partir de la moral cristiana. De esta manera, la educación física, practicada de esa manera, facilita el establecimiento de la salud, el bienestar, la paz, y sobre todo, la reconciliación y acercamiento a Dios, quien crea al hombre y lo libera.
Encuentros y desencuentros
Los textos explorados en los párrafos anteriores, si bien podría decirse son contemporáneos (1911–1936), presentan diferencias que marcan, de alguna manera, el pensar, sentir y actuar de cada uno de los autores. Esto da cuenta de una pluralidad en la manera de comprender la educación física y sus presupuestos pedagógicos y metodológicos.
La concepción antropológica de los textos parece tener en común la comprensión del ser humano como un ser corpóreo y espiritual; y aunque este aspecto es contemplado en los dos textos, Núñez (1936) enfatiza más que los hermanos Restrepo (1911) en el concepto de mente, lo que haría parecer que su visión más que dualista (cuerpo-alma), fuera tripartita (cuerpo-mente-espíritu). El primero, comprende por mente el conjunto de procesos psicológicos, diríamos hoy cognitivos, relacionados con el pensamiento. Los segundos, utilizando la antropología de Santo Tomás, hablan del intelecto como facultad humana, pero lo hacen como posibilidad para el conocimiento. El autor de la Cultura física, mental y moral, al referirse a la mente recurre al psicoanálisis y a categorías como la sugestión, los complejos, la sublimación. Otro aspecto en el que parecen distanciarse un poco los autores en cuestión, es en la explicitación de la categoría deporte; mientras el uno utiliza el término en un sentido peyorativo, es decir, piensa que el deporte impide el desarrollo armónico; los otros no utilizan el término.
En relación con los medios y técnicas utilizadas para la enseñanza, también hay diferencias. Por un lado, se otorga un abanico muy amplio de posibilidades, mientras que por el otro, se restringe un poco la práctica a la gimnasia, el yoga, la psicología, la higiene, la medicina y la espiritualidad. Lo que caracteriza a Núñez (1936) es que si bien, sus técnicas son pocas, el campo de acción es más amplio, ya que la cultura física, moral y metal no es solo para las aulas de clase, sino que es para la vida cotidiana. Los hábitos higiénicos, gimnásticos y psicológicos, para que pueda surgir efecto, deben ser implementados diariamente en los diferentes espacios en el que el ser humano habite.
Ambos textos no solo poseen diferencias, sino que incorporan una serie de elementos que hacen que se articulen, entre ellos, considerar al ser humano como un ser creado por Dios, regido por principios naturales, lo cual da cuenta de un componente teológico muy acentuado.
Finalmente, la educación es concebida como un proceso, que al igual que el ser humano, integra una serie de elementos, y que no tenerlos en cuenta sería formarse parcialmente. La formación, independientemente de las estrategias pedagógicas que utilice, tiene siempre el mismo fin, que es glorificar a Dios y conocerlo. La educación física no escapa a este objetivo, ella es, para los hermanos Restrepo y para Núñez, un instrumento para el dominio de la voluntad, que deberá estar orientada hacia lo divino e imprime en el ser humano paz, amor y compromiso con los otros.
Conclusión
Colombia ha sido tradicionalmente un país en donde la religiosidad ha ocupado un papel central en la configuración de los pueblos. La educación, como proceso cultural, ha sido un instrumento privilegiado para lograr formar personas que respondan a las demandas sociales e intereses del Estado. La religiosidad, y sobre todo la que identifica a la iglesia católica, al ser en este país un elemento común en todas las esferas de la vida, permeó también el contexto educativo.
La educación física y el deporte, en los inicios del siglo XX, integraron una red en la que la religión se hacía presente, adquirieron un sentido teológico. De esta manera, los componentes pedagógicos y espirituales se orientaron hacia un mismo sentir y actuar. La cultura física adquiere un estatus propedéutico y es implementada como medio para el fortalecimiento de las facultades humanas, entre ellas la voluntad, y para el fortalecimiento de la relación Dios-hombre-otro, en búsqueda de la felicidad humana.
Referencias
Helg, A. (1987). La Educación en Colombia 1918-1957. Una Historia social, económica y política. Bogotá: Fondo editorial CEREC.
Núñez S., C. (1936). Cultura física, moral y mental. Medellín: Tipografía Industrial.
Pinillos García, J. M. (2004). La Educación Física y el Deporte en Colombia, una oposición de discursos en el periodo comprendido entre 1968 y 1991 (Tesis de Maestría). Medellín: Universidad de Antioquia.
Restrepo, L., & Restrepo, M. (1911). Elementos de Pedagogía moderna (4 ed.). Bogotá: Imprenta Moderna.
Rúa Penagos, J. A. (2012a). Presupuestos antropológicos y epistemológicos para una Teología del Deporte. Cuestiones teológicas, 39(91), 139-158.
Rúa Penagos, J. A. (2012b). Teología y deporte: análisis crítico del deporte en Colombia a la luz de la fe. Educación Física y Deporte, 31(1), 873-880.
Saldarriaga, O. (2003). El Oficio del Maestro. Prácticas y teorías de la pedagogía moderna en Colombia. Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio - Grupo Historia de la Práctica Pedagógica.
The teacher as architect and builder of thought
EL MAESTRO COMO ARQUITECTO Y CONSTRUCTOR DE PENSAMIENTO
30
Gloria María López Arboleda31
Lilian Johana Marroquín Navarro32
Alexander Rodríguez Bustamante33
30 En el marco del curso formador de formadores ofrecido por la Fundación Universitaria Luis Amigó durante el primer semestre de 2013, orientado por el docente-magister Jorge William Guerra Montoya.
31 Magíster en Psicología. Psicóloga clínica. Docente e investigadora de la Facultad de Educación y de la Escuela de Posgrados de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Pertenece a los grupos de investigación “Educación e Infancia”, de la Facultad de Educación y, “Familia, desarrollo y calidad de vida”, del Programa de Desarrollo Familiar de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Correo: gloria.lopezar@amigo.edu.co
32 Magíster en Administración de Negocios, Especialista en Gerencia Empresarial, Especialista en Gerencia Estratégica y de Mercadeo, Economista. Docente del Programa de Negocios Internacionales con funciones de Coordinación de la Especialización en Mercadeo Estratégico, Fundación Universitaria Luis Amigó. Asesora de Proyectos de Grado, Tecnológico de Antioquia. Medellín-Colombia. Correo: lilian.marroquinna@amigo.edu.co
33 Magíster en Educación y Desarrollo Humano, Especialista en Docencia Investigativa Universitaria, Profesional en Desarrollo Familiar, docente y Director del Programa de Desarrollo Familiar de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. Pertenece al grupo de investigación “Familia, Desarrollo y Calidad de Vida” del Programa de Desarrollo Familiar de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Correo: alexander.rodriguezbu@amigo.edu.co
La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.
José M. Esteve, Universidad de Málaga
Resumen
El propósito del presente escrito, es plantear una discusión sobre el papel del maestro desde la metáfora de la arquitectura y la construcción: el docente como aquel ser que posibilita un proceso activo y dinámico en el aprendiz, quien será el protagonista y finalmente, el creador y artífice de sí mismo. La reflexión que se propone es solamente uno de tantos senderos que se ha escogido para compartir su propia visión, sin desconocer que sólo pretende ser un escrito introductorio, otra manera de ver, una temática largamente discutida e indiscutiblemente importante.
Palabras clave
Maestro, arquitecto, constructor, aprendizaje.
Abstract
The purpose of the present paper is to raise a discussion on the role of teachers from the metaphor of architecture and construction: the teacher as a facilitator that allows an active and dynamic process in the novice, who is the protagonist and ultimately the creator and architect of him-herself. The reflection proposed is only one of many trails that he has chosen to share his own vision, without disregarding that it only intended to be one introductory letter, another way of seeing, an issue long discussed and indisputably important.
Key words
Teacher, architect, Builder, learning.
Introducción
A manera de introducción se establece un diálogo con lo descrito por el Padre Juan Antonio Vives (2000)
La palabra carisma, de origen griego, puede traducirse muy bien por don o regalo. Desde una visión Cristiana de la vida, los carismas son regalos que Dios hace a una persona determinada o a una institución a fin de que dicha persona o corporación los invierta en el bien común. Los regalos de Dios son siempre regalos para regular, con ello no quiere él aumentar el ego de la persona –algo que se opondría diametralmente a su proyecto original de hacer de la persona un ser para el amor-, sino que quiere precisamente favorecer el desarrollo en alteridad de la persona misma o de una comunidad determinada (p. 127).
De lo anterior se desprenden una serie de acápites que conforman el todo sobre el presente artículo, cuya intencionalidad será la de precisar algunas pistas sobre la comprensión y construcción de pensamiento hoy desde el hacer del maestro.
Arquitectura y construcción: desafíos del maestro
El papel del maestro se encuentra desde los inicios de la civilización sobre la tierra. La cultura occidental floreció gracias a las enseñanzas de los grandes de la antigua Grecia. Este escrito no pretende resolver la falta de claridad sobre su significado, puesto que se hace evidente que hay múltiples ópticas y perspectivas, que le permitirán al lector elegir su propio camino de comprensión. Ahora bien, si acudimos a la semántica, el concepto de arquitectura remite al “arte de proyectar y construir edificios” (Diccionario de la Lengua Española - DRAE, 2001) y dependiendo de su especialización, el concepto va acompañado de otra significación, “II - hidráulica. Arte de conducir y aprovechar las aguas, o de construir obras debajo de ellas” (p. 132).
Anotado lo anterior, es importante aclarar que las definiciones de arquitectura son tantas, como teóricos y arquitectos las han intentado; no obstante, las aquí mencionadas son las que servirán para comprender al maestro como arquitecto y constructor. En cuanto a esta última, la construcción, se refiere a la “acción de construir” (RAE, 2001, p. 393); así mismo, la semántica del verbo construir nos habla de: “1. Fabricar, edificar, hacer de nueva planta una obra de arquitectura o ingeniería (…). || 2. Hacer algo utilizando los elementos adecuados” (p. 393).
El periódico El Campesino, en la editorial del 15 de mayo de 1960, sigue la defensa, en un artículo que titula: “MAESTRO - UN TITULO DE HONOR Y DE GLORIA”
Lo primero que la nación, el gobierno y la sociedad deben hacer es colocar al maestro en el lugar que le corresponde. Tanto en lo público como en lo privado, por razón de la dignidad de su misión, al Maestro le corresponde el primer puesto de honor… Hombres y mujeres que sientan el orgullo de su profesión. Niños que aspiren y sueñen con la gloria de ser Maestros. Jóvenes que busquen el profesorado no como el último recurso cuando se les han cerrado todos los otros, sino como la más brillante misión que un muchacho puede escoger. La misma palabra “Maestro” hay que valorizarla de tal manera que responda a la tradicional grandeza de su etimología, pues la palabra “Maestro” viene del latín “Magíster” que significa tres veces más, tres veces grandes...Personalmente el Maestro reúne extraordinarias virtudes intelectuales y morales. Una inteligencia en continuo progreso y un corazón todo bondad. Este valor personal del Maestro constituye la tercera fuente de grandeza. Que los maestros se den cuenta de lo que son y que no se rebajen ni degraden, tanto en su vida privada como en su actividad pública, es lo que necesita la patria. El Maestro tiene que ser el modelo y el espejo de la sociedad (p. 136).
Dicha provocación del maestro permite al discípulo elevar su pensamiento y encontrar caminos, no siempre similares a los de su enseñante, que le permitan ser sujeto ético, emancipado y por qué no, guía para otros, a su debido tiempo.
Como ya se habrá apreciado, las similitudes entre el ser maestro y la arquitectura y la construcción son visibles: la primera alude al ser artista del alma humana, que abre caminos y muestra luces y “planos” diferentes para aquellos que se ven a sí mismos como obra moldeable, respetando claro está, los diferentes caminos que sus discípulos elijan, las bifurcaciones del pensamiento y las diferentes manifestaciones del espíritu. Un arquitecto proyecta, conduce, refleja; e igual, un maestro conduce el espíritu más allá de las asignaturas y refleja virtud, ya que no hay mejor enseñanza que el ejemplo.
En un segundo momento, el maestro como arquitecto nos remite a aquel que es quien dirige la construcción, es decir, la educación de sus discípulos. En este sentido, además ha de tener en cuenta que dispone de variadas formas de invitar al conocimiento, imprescindible una, muy antigua por cierto: la mayéutica, por medio de la cual se da a luz el aprendizaje en el discípulo, insinuándole preguntas para que sea él mismo quien encuentre la respuesta. El maestro es grande de espíritu y pensamiento, pero también ha de ser humilde y casi desaparecer; de ahí la metáfora con el constructor, oficio humilde, silencioso, pero de gran importancia, ya que si pone los ladrillos mal, la construcción se viene abajo, aunque el arquitecto la haya diseñado muy bien. Ahora bien, se hace necesario recordar variadas acciones y procesos que el maestro realiza: presencia el alumbramiento del aprendizaje que es el descubrir de la verdad, acciones como quien algo desliza bajo los umbrales del entendimiento, introduce sugerencias, regresa para volverle la atención sobre algo, a la manera de quien mueve ante la mente atenta un signo, una señal, diálogo descubridor, se aproxima, se acerca al milagro del aprendizaje, cuando se hace necesario, sin interponerse, ni estorbar.
De igual forma es indispensable hacer explícitos los conceptos arquitecto e investigador, los cuales aluden esencialmente al arte de amar lo que se hace en función de “otros…”. Esto nos lleva a reflexionar sobre los encuentros y coincidencias con la educación como arte. También se podría intentar desarrollar tal comparación y comprensión con la arqueología; sobre ello, el siguiente párrafo es ilustrativo
Hace algunas semanas apareció en el periódico la noticia de un nuevo hallazgo arqueológico. La labor del arqueólogo resulta ardua y requiere de persistencia. Su labor requiere como elemento indispensable, la curiosidad y la capacidad para buscar en los lugares más insólitos. Un rasgo esencial de los profesionales de la arqueología consiste en saber mirar a partir del conocimiento, sin descuidar la imaginación y la intuición (Dabdoub, 2005, p. 1).
Conclusiones
Primera. Cierto es que pese a los esfuerzos realizados en Colombia por tejer cada vez más unos nuevos criterios formativos relacionados con el quehacer educativo, urge la necesidad de potenciar nuevas posibilidades para que esta profesión tenga un lugar distinto. La Reforma de la Educación Superior, artículo 30 de la Ley 30 de 1992 ha de entenderse como “una posibilidad” y no “la posibilidad” para el maestro que se piensa en función de lo que necesita un país como Colombia. Esa misma reforma tiene que ir más allá de la búsqueda de la verdad como fin de las instituciones de formación en lo superior. En este sentido, el docente es facilitador de pensamiento, promueve verdades, certezas, preguntas, sombras, luces, silencios (un mundo en donde el estudiante navega, se sumerge, prueba, degusta, vive).
Segunda. La Fundación Universitaria Luis Amigó, en su Proyecto Educativo Institucional, PEI (2012), propone pensar al ser humano como un universo de posibilidades que se construye, se reflexiona, y se prepara para el mundo y en tal sentido, invita al docente a pensarse como arquitecto y constructor del pensamiento. El PEI de la Fundación Universitaria Luis Amigó –Funlam- busca concretar la filosofía y el carisma que le da identidad y le permite diferenciarse de otras instituciones de educación superior. Es el sello o impronta que marca la diferencia en lo que se refiere al ser institucional y su forma de proceder, que le aporte a la civilización con el desarrollo de sus funciones sustantivas y transversales, y con el impacto social que los graduados dejan en el medio en que les corresponde actuar.
Tercera. La construcción de pensamiento en la universidad es una tarea permanente de la comunidad que hace parte de ella: docentes, estudiantes, directivos, graduados, las familias de los estudiantes, el sector productivo externo (todos sin distinción). Desde la concepción amigoniana, ese vínculo de unión que parte de la familia y los demás miembros de la comunidad, se enmarca en la capacidad de amar al otro, y de amarle como es y de ser capaz de establecer con él vínculos de empatía por medio de la diaria convivencia; la decisión de permanecer junto al alumno como un latido maternal siempre solícito por el hijo; hacer vida en uno mismo esos dos matices del sentimiento educativo amigoniano que se han visto hasta el momento, está en relación directa con la fortaleza que se necesita para permanecer inquebrantablemente fiel a los alumnos y a la propia misión de la educación, sin huidas ni abandonos, en los momentos de dificultad, que suelen ser abundantes y fuertes. La atención a la individualidad constituye entonces no cabe duda, en otro de los matices más característicos de la Funlam.
Cuarta. Dentro de los principios de la Fundación Universitaria Luis Amigó, se considera el desarrollo trascendente
De acuerdo con su identidad católica y su Misión, inserta en la tradición, experiencia y obra de los Terciarios Capuchinos, la Fundación Universitaria Luis Amigó regirá todas las acciones desde la promoción y la búsqueda del saber que debe servir a la persona humana en el desarrollo de su dignidad y de su libertad, para el cumplimiento de su tarea transformadora del mundo, la realización de la justicia y la equidad y, sobre todo, el apoyo al desprotegido. El ser humano no es sólo fruto de causas históricas y contingentes, su destino no culmina con la superación de las desigualdades sociales, su destino es la trascendencia en el encuentro consigo mismo, con el otro, con lo otro y finalmente con Dios (PEI, 2012, p. 23).
En esta reflexión amigoniana, el ser humano se asume como otro que aprehende, comprende, lee e interpreta lo contextual como suceso causal y causado.
Quinta. Desde la perspectiva de “construcción”, se invita al lector a reflexionar sobre los siguientes interrogantes
¿Los estudiantes se comprenden como una perspectiva de posibilidad en la construcción?
¿La lógica del pensamiento educativo es una praxis en permanencia?
¿Es el maestro hoy un arquetipo para co-construir discurso y pensamiento?
¿Es posible construir pensamiento crítico en las generaciones de nueva sociedad que llegan a las aulas?
Referencias
Dabdoub, L. (2005). Desenterrando el potencial creativo en la escuela. Revista Recre@rte, 3. Recuperado de http: www.iacat.com/revista/recrearte/recrearte03.htm México.
Ley 30 de 1992, artículo 30.
El campesino, (1960, 15, mayo). Archivo sutatenza. Pp. 128-147.
Proyecto Educativo Institucional –PEI-. (2012). Acuerdo 03 de 2010. Medellín: Fundación Universitaria Luis Amigó.
Real Academia de la Lengua Española. (2001). Diccionario esencial de la lengua española de la Real Academia Española (22ª ed.). España: Espasa Calpe S.A., p. 132; 393.
Vives, J. (2000). Identidad Amigoniana en Acción. Medellín: Funlam.
Lineament to the writers
Lineamiento para los escritores
Se reciben contribuciones teóricas y prácticas en todas las áreas que se ofrecen en la Funlam: docentes, estudiantes, invitados y egresados.
I. Estructura del texto
•El texto debe ser escrito en Microsoft Word, tamaño carta, márgenes de 3 cm en cada uno de los lados de la hoja, espacio 1.5, letra Arial, tamaño 12.
•Máximo de páginas: 25, se incluye cuadros, gráficas, bibliografías, notas.
•Título: Español-Inglés.
•El texto debe tener reseña breve del autor: nombres-apellidos, último título estudio superior, institución donde labora, país, correo electrónico, filiación si pertenece a un grupo de investigación.
•Resumen del texto: español-inglés, extensión máxima 350 palabras que contenga la idea principal, objetivos, metodología, donde se encuentre lo más sobresaliente del escrito y las conclusiones.
•Cinco palabras clave: español-inglés.
Articulación de las citas
•Para la citación: normas APA, 6ta edición.
•Para la citación corta, menos de tres líneas, se agrega en el texto comillas para señalarlas. Las textuales extensas van fuera del texto o del párrafo con espacio por cada extremo sin comillas. De las dos formas de citación será completa: autor, año, número de la página. La referencia del texto deberá ser completa.
•Cuando se cita en el texto: apellido autor, fecha obra, entre paréntesis.
•Si en la oración se incluye el apellido del escritor, sólo se escribe su fecha entre paréntesis. Ejemplo: De acuerdo a Fernández (2013), la filosofía es la vida misma.
•Si no está incluido el escritor en la oración, se escribe entre paréntesis el apellido y la fecha. Ejemplo: La filosofía es la vida misma (Fernández, 2013).
•Cuando son dos autores o más, la primera vez se cita con todos los apellidos, si se recurre al mismo texto, solo se escribe el apellido del primer escritor y se le agrega la frase: et al: Ejemplo, la neuroética es una nueva rama de la filosofía que se encarga de estudiar el comportamiento de la neurociencia. (Fernández, Orrego, Márquez, & Flórez, 2013).
•Fernández et al. (2013) en tanto la neuroética se convierte en la nueva herramienta filosófica e interdisciplinaria.
•En caso tal, más de seis escritores, se utiliza et al, desde la primera citación.
•Las citas pie de página se utilizan para aclarar-aportar las adiciones necesarias, menos para referencias bibliográficas.
Referencias
•Al final del escrito.
•En orden alfabético de acuerdo con la primera letra de la referencia.
•De las obras del mismo autor en orden cronológico.
•En formato de sangría francesa-doble espacio.
Libros
•Libros autor:
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•Libros citados electrónicos:
•Apellidos, A. A. (Año). Titulo. Recuperado de http://www. ____________________
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•Apellido, A. A. (Ed.). Titulo. Ciudad: Editorial.
Capítulos de libros o referencia
•Apellido, A. A. & Apellido, B. B. (Año). Título del capítulo. Apellido, C. C. (Ed.), Título del libro (pp. xx-xx). Ciudad: Ciudad: Editorial.
•Apellido, A. A. & Apellido, B. B. (Año). Título del capítulo. Apellido, C. C. (Ed.), Título del libro (pp. xx-xx). Ciudad: Editorial, Recuperado http://www. _________________
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