Editorial

Educación y conflicto armado: consecuencias sobre la población de niños, niñas y adolescentes de Colombia

Jaime Eduardo Gómez Díaz*, Fredy Quiroz Guzmán**, Sandra Ortegón Ávila***, Yosimar Rojas Torres****

Forma de citar este artículo en APA:

Gómez-Díaz, J. E., Quiroz-Guzmán, F., Ortegón-Ávila, S. & Rojas-Torres, Y. (2022). Educación y conflicto armado: consecuencias sobre la población de niños, niñas y adolescentes de Colombia [Editorial]. Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 13(2), 444-448. https://doi.org/10.21501/22161201.4318

Estimado editor:

A lo largo de la historia, el derecho a la educación ha sido un factor determinante e indiscutiblemente necesario para la superación de las personas; sin embargo, como proceso sociopolítico, no ha estado exento de adversidades. En este sentido, desde hace más de seis décadas, Colombia vive en el contexto de un conflicto armado interno. Miles de hombres, mujeres y niños de distintas edades y procedencias culturales han visto restringido su derecho al acceso a la educación ya que -para huir de la violencia que amenaza sus vidas- han tenido que abandonar las escuelas donde habitualmente desarrollaban sus actividades educativas. (Castiblanco-Castro, 2020).

En virtud de lo anterior, es correcto afirmar que las secuelas de un conflicto armado no sólo se manifiestan con la muerte en el campo de batalla; existen otras consecuencias o formas de expresión de la violencia que afectan el bienestar y la calidad de vida de las personas. Así, los actores armados utilizan diferentes vías para lograr su objetivo, que van desde los enfrentamientos, la interrupción o manipulación de los servicios educativos, hasta el uso de las escuelas como blanco militar o trinchera (Cortés-Salcedo et al., 2016).

Como era de esperarse, tales acciones recaen principalmente en niños y adolescentes en edad escolar privados de la oportunidad de disfrutar del cumplimiento de sus derechos. Asimismo, los niños son testigos de cómo su capacidad para superar la pobreza, la posibilidad de ascender en la sociedad y su capacidad para obtener mejores ingresos se ven significativamente disminuidas.

Se estima que en Colombia hay más de 5 millones de personas desplazadas de sus territorios a causa del conflicto interno, y aproximadamente el 48% de esta población desplazada son niños, niñas y jóvenes que continúan viviendo en zonas donde persiste el conflicto. En varias regiones del país, más del 30% de la población sin escolarizar son niños y jóvenes desplazados. Muchos de ellos pierden el interés por la educación y piensan que volver a la escuela no es fundamental para su futuro. Además, muchos de estos niños son reclutados a la fuerza por grupos armados ilegales y terminan como instrumentos de guerra.

En un contexto en el que los padres de estos niños son desplazados por la violencia y carecen de empleo, son los niños, niñas y adolescentes quienes generalmente trabajan para satisfacer sus propias necesidades básicas y sustentar económicamente a sus familias. Para estos niños, estudiar y trabajar simultáneamente no es una opción factible y la educación muchas veces no tiene en cuenta el contexto y la cultura de donde provienen (Pitre-Redondo et al., 2022). Por otro lado, quienes permanecen en zonas de conflicto en ocasiones encuentran una alternativa para obtener dinero, alimentos y protección en grupos armados ilegales y terminan involucrados en actividades ilícitas (Alarcón-Palacio, 2019).

Algunos indicadores revelan que grupos ilegales como las FARC, AUC y ELN han incorporado a sus filas a por lo menos 4.737 menores de edad que han tenido que interrumpir su proceso escolar. Por su parte, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) informó que entre 1999 y 2015 atendió a 5.850 menores de edad víctimas del mismo delito. Sin embargo, cabe aclarar que no sólo la guerra ha sido la causa de la ausencia de los niños colombianos en las escuelas; la brecha entre los niños y jóvenes que viven en la ciudad y los que viven en el campo es uno de los principales problemas estructurales (Gómez, 2017).

La guerra y el desplazamiento forzado en el país están reconfigurando la geografía cultural y las dinámicas sociales, siendo las poblaciones indígenas y afrocolombianas las más afectadas (Cano-López & Lozano Mayo, 2021). El desarraigo cultural al que son sometidas estas poblaciones acelera la pérdida de saberes ancestrales, y los niños y jóvenes se ven obligados a lidiar en la escuela con el rechazo que les produce los imaginarios y representaciones que construyen desde su condición de desplazados. En este sentido, en ocasiones se etiqueta a los niños como “bichos raros”, “los de otro idioma” o “los desplazados”, lo que aumenta la carga emocional y psicológica de verse obligados a abandonar sus hogares (Alban Achinte, 2012).

Sin duda, el Ministerio de Educación Nacional y otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de ayuda humanitaria han realizado esfuerzos para atender los problemas educativos causados por la violencia, ampliando la cobertura, mejorando la infraestructura y estimulando la calidad del servicio en aquellas zonas del país consideradas vulnerables. Sin embargo, los docentes que laboran en zonas que han sufrido los estragos de la guerra, observamos con cautela cómo el país atraviesa un proceso de “consolidación de la paz” y el inicio del “posconflicto” ya que somos testigos de cómo los grupos ilegales todavía controlan ciertos territorios y ejercen su influencia sobre las comunidades.

Asimismo, respecto al trabajo publicado por Mosquera Mosquera y Rodríguez Loznano (2020) en el volumen 11, número 1 de la Revista Colombiana de Ciencias Sociales sobre conflicto armado y escuela, coincidimos con los autores en el sentido de que el Estado colombiano debe redoblar esfuerzos para promover políticas de memoria en el contexto educativo para crear conciencia de paz en los estudiantes. Sin embargo, en un país donde los grupos armados ilegales aún amenazan la práctica docente y donde hablar de paz se convierte en una actividad de riesgo, cuestionar a la escuela o a la comunidad educativa por no generar espacios para abordar el tema -como lo hacen los autores en otra parte del documento- no es lo más pertinente que hacer.

Con esto en mente, sugerimos que los autores evalúen las dificultades o restricciones que tienen los docentes que trabajan en áreas de “postconflicto” para hablar libremente sobre la paz y los determinantes sociales que perpetúan la guerra: el narcotráfico, la corrupción y el desplazamiento forzado (Alexander- Monroy et al., 2021; Cortés-Salcedo et al., 2016). Si bien la ausencia de políticas de memoria en el contexto educativo colombiano aumenta la deuda histórica con la población estudiantil, es necesario considerar que el temor de los docentes a las represalias es un factor determinante que poco ayuda en la materialización e implementación de tales políticas. La falta de espacios en la escuela para el diálogo abierto sobre temas de paz no debe verse como una falta de voluntad en la comunidad educativa; probablemente, en algunos casos, es una cuestión de supervivencia.

La educación y la paz son realidades interrelacionadas e interdependientes en la vida de los niños de nuestro país. Ambos tienen diversos significados e implicaciones tanto en el ámbito individual como colectivo, y ambos son tareas siempre en construcción (Barrios Andrade, 2021). En relación con lo anterior, consideramos que la paz y la educación sólo se lograrán en la medida en que se dé prioridad a las causas estructurales del conflicto, las cuales están íntimamente ligadas a la seguridad y el desarrollo humano. En este sentido, instamos al Estado colombiano a incrementar los esfuerzos para garantizar la equidad, la salud, la esperanza de vida y la educación de los niños, niñas y adolescentes del país para poder hablar y construir una paz verdadera.

Conflictos de intereses

Los autores declaran la inexistencia de conflicto de interés con institución o asociación comercial de cualquier índole.

References

Alarcón-Palacio, Y. E. (2019). Reclutamiento forzado de niños y niñas (abduction) en el conflicto armado colombiano: los menores de 18 años como víctimas con protección especial reforzada en el DIH y DIDH. Vniversitas, (138). https://doi.org/10.11144/javeriana.vj138.rfnn

Alban Achinte, A. (2012). La educación intercultural ante el desplazamiento forzado: ¿Posibilidad o quimera? Contextos, 1(1), 55–66.

Alexander-Monroy, J., Pineda-Patrón, J. M., Betancur-Giraldo, H., & Olivera-Paniagua, D. (2021). Experiencias pedagógicas para la memoria histórica y la construcción de la paz. Repensando la escuela rural en medio del conflicto armado colombiano. Encuentros, 19(2), 74–90. http://ojs.uac.edu.co/index.php/encuentros/article/view/2707/2432

Barrios Andrade, D. (2021). Educación para la paz: una reflexión desde Tomás de Aquino. Educación y Educadores, 24(2), 181–196. https://doi.org/10.5294/edu.2021.24.2.1

Cano-López, W. A., & Lozano Mayo, L. A. (2021). Comunidades étnicas y conflicto armado: algunas dificultades para la gobernabilidad en territorios de comunidades negras e indígenas en Riosucio-Chocó, Colombia. Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 12(2), 846–869. https://doi.org/10.21501/22161201.3537

Castiblanco-Castro, C. A. (2020). Efectos del desplazamiento forzado sobre el acceso a la educación en Colombia. Revista de Investigación, Desarrollo e Innovación, 10(2), 297–310. https://doi.org/10.19053/20278306.v10.n2.2020.10214

Cortés-Salcedo, A., Pérez, T. H., & Guerra, L. F. (2016). La escuela colombiana: entre la nuda vida y la biopotencia. Revista Colombiana de Educación, 1(71), 383–397. https://doi.org/10.17227/01203916.71rce383.397

Gómez, M. (2017). El primer día de la niñez después de la guerra. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 15(2), 1382–1385.

Mosquera Mosquera, C. E., & Rodríguez Lozano, M. N. (2020). Políticas de memoria en la escuela. El caso de Colombia frente a su conflicto armado. Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 11(1), 267–286. https://doi.org/10.21501/22161201.2770

Pitre-Redondo, R., Chiquillo-Rodelo, J., & Hernández-Palma H. (2022). Maltrato infantil en el marco del conflicto armado en Colombia. Encuentros, 20, 94–104. https://doi.org/10.15665/encuen.v20i01.981

Notas de autor

Jaime Eduardo Gómez Díaz

M.Sc en Salud pública. Institución Educativa los Morales, Tierralta-Córdoba. Contacto: eduardogomezdiaz@hotmail.com, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1988-5991

Fredy Quiroz Guzmán

M.Sc en enseñanza de las matemáticas, candidato a Doctor en Ciencias de la educación. Institución Educativa Campobello, Tierralta-Córdoba. Contacto: fjquiroz2190@gmail.com, Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=_9raYHMAAAAJ&hl=es, ORCID: https://orcid.org/0000-0002- 3973-6504

Sandra Ortegón Ávila

M.Sc en Desarrollo educativo y social, candidato a Doctor en Ciencias de la educación. Universidad de los Llanos, Villavicencio-Meta. Contacto: sortegon@unillanos.edu.co, Google Scholar: https://scholar.google.es/citations?hl=es&pli=1&user=10_lszwAAAAJ, https://orcid.org/0000-0002-3108-6260

Yosimar Rojas Torres

M.Sc en Gestión de la tecnología educativa, candidato a Doctor en Ciencias de la educación. Institución Educativa San José, Ovejas-Sucre. Contacto: yosimarrojastorres@hotmail.com, Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=blIuunYAAAAJ&hl=es, ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4857-1112