Cienc. Acad. (Univ. Catol. Luis Amigó) | N°. 4 | enero-diciembre | 2023 | ISSN (En línea): 2744-838X | Medellín - Colombia

Reflexión sobre las emociones políticas

Reflection on political emotions

John Arbeláez Ochoa

Recibido: 18 de octubre de de 2022 / Aceptado: 05 de diciembre 2022 / Publicado: 01 de febrero de 2023

Forma de citar este artículo en APA: Arbeláez Ochoa, J. (2023). Reflexión sobre las emociones políticas [Reseña]. Ciencia y Academia, (4), DOI: 10.21501/2744838X.4656

Durante los recientes comicios para elegir al presidente de la República de Colombia, tuvimos ocasión de ser testigos de la más despreciable manipulación de las emociones de un pueblo ignaro, alimentadas por la ira de unos y el miedo de otros y, en general, por una crasa ignorancia sobre lo que debe ser la conciencia política seria, cimentada en reflexiones y análisis para llegar a fondo y comprender las propuestas de cada uno de los candidatos.

¿Qué necesita este país? ¿Quién ofrece las mejores alternativas para superar nuestras seculares problemáticas? ¿En quién debemos confiar? ¿Quién representa a un verdadero patriota y no es un Caballo de Troya, como los que hemos tenido en los últimos gobiernos que aparentan una ideología sana pero que esconde la avaricia de las élites? La ideología de uno puede acabar con la tremenda inequidad de nuestro país o, al contrario, ¿la acrecentará? ¿Podrá el otro cumplir con lo que promete?

Estos y muchos otros interrogantes debe realizar cada votante antes de depositar su voto y antes de leer la opinión de los embaucadores de profesión (como los que ya conocemos) y que no piensan en las necesidades de la gente, sino en lucrarse ellos y lucrar a la clase social a la que pertenecen: Las élites políticas, sociales y económicas que han detentado el poder desde hace 200 años y desde que se dio ese primer grito: ¡Tierra a la vista!

Desde ese 12 de octubre, las clases políticas de Colombia quedaron alineadas; por un lado, los blancos, la gente bien, los mandamases y por el otro, los indios, la chusma, los nadies… a los que luego se añadirían los negros, Juan sin tierra y los siervos de la gleba.

Pero para manejar a ese pueblo mestizo y sin educación, se tiene la herramienta más eficaz: apelar a sus emociones primitivas por medio del miedo, del odio al contrario mintiendo, exagerando, azuzando, deformando y como caldo de cultivo para estas emociones: Una educación de pésima calidad.

Sin una educación política seria desde la infancia no se forman las conciencias políticas y, desafortunadamente, en nuestra educación primaria y secundaria han desaparecido materias para formar excelentes ciudadanos, aunque se hace énfasis en materias para formar mediocres empleados.

Duro reto el que tienen el próximo Presidente de la República, el próximo ministro de Educación de este país, sean quienes sean electos, para formar una sólida conciencia política en la ciudadanía, que no sólo sirva para votar en unas elecciones, sino que sirva para formar ciudadanos que piensen en cómo superar la pobreza y las necesidades del pueblo colombiano, en crear industria pensando en el desarrollo del país, en políticos altruistas que no piensen en enriquecerse a costa del erario público, sino en trabajar con honestidad por el bien de la patria, para que podamos decir, ahí sí, que Colombia no pertenece sólo a la élite privilegiada sino que se convirtió en un país de oportunidades para todos.

Conflicto de intereses

El autor declara la inexistencia de conflicto de interés con institución o asociación comercial de cualquier índole.

Nota de autor

John Arbeláez Ochoa

Magíster en Estudios Políticos, Universidad Pontificia Javeriana. Profesor Universitario, Medellín-Colombia. Contacto: johnarbeo@yahoo.es